La negacionista Esperanza Aguirre, frente al experto en cambio climático Fernando Valladares: «Perdemos el tiempo explicando que los veranos son cada vez más letales»

I. G. LA VOZ

SOCIEDAD

Valladares, en la parte inferior derecha de la pantalla, escuchando a Esperanza Aguirre en el programa «Todo es mentira», moderados por Pablo González Batista.
Valladares, en la parte inferior derecha de la pantalla, escuchando a Esperanza Aguirre en el programa «Todo es mentira», moderados por Pablo González Batista. CUATRO

El científico del CSIC rebatió los argumentos de la política madrileña en «Todo es mentira», ya que según ella «el clima se caracteriza por eso, porque cambia». «La muertes por calor aumentan año tras año», replicó el ecólogo

08 ago 2025 . Actualizado a las 17:51 h.

No hay más ciego que el que no quiere ver. Al menos el termómetro, con temperaturas extremas también en Galicia este verano, como los 42,8 grados que esta semana registró Ribadavia. Son varios los indicadores de que los veranos, como defiende el ecólogo y científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Fernando Valladares son, «cada vez más letales». El récord de calor el pasado lunes no estuvo en Andalucía, clásica autonomía donde solían darse estos episodios en la península, sino en la localidad ourensana.

Ahora mismo, estamos inmersos en una ola de calor que no dará tregua en la comunidad hasta la semana que viene y que el domingo hace que MeteoGalicia establezca la alerta roja en varios municipios del sur de la provincia de Lugo y el Noroeste de la de Ourense. Allí habrá que soportar más de 40 grados. Por debajo de 30, los próximos días solo estarán los concellos ubicados al norte de la provincia de A Coruña y la Mariña lucense. Y por poco. Además, como para combatir el calor se usa agua, también hay problemas en este sentido. Existe prealerta por escasez y ya hay constancia de problemas en el suministro en varias comarcas e, incluso, en Vigo, la ciudad más poblada de Galicia. Si no se llenó la piscina hasta ahora, ya no puede hacerse en estos lugares.  

Ante estos datos incontestables, no deja de llamar la atención como representantes públicos niegan lo que ocurre. En el programa Todo es mentira, de Cuatro, este jueves, la popular Esperanza Aguirre eludía referirse a esta realidad. «Yo solo digo que lo que está claro es que hay calentamiento global, no cambio climático», se expresaba en directo mientras la escuchaba, atento, Valladares. La expresidenta madrileña lamentaba el eco mediático que se le da a un cambio climático que ella considera inexistente, porque simplemente «el clima se caracteriza por eso, porque cambia», decía. En su argumentario defendía también que en invierno muere más gente por frío de la que lo hace por calor en verano.

El clima es, cada año que pasa, más extremo que el anterior

En lo único que dio la razón el científico a Aguirre fue en su última afirmación: «Se calcula que al año mueren alrededor de 20.000 personas por frío y unas 4.400 por calor, cuatro o cinco veces menos». Sin embargo, Valladares precisaba que la situación va empeorando cada día, un poco más. «Mientras las muertes por frío van cayendo, las de calor aumentan año tras año. Y, además, estamos psicológicamente más preparados para soportar el frío del invierno que para afrontar el calor extremo de estos veranos», rebatió a la política. 

«Siempre ha hecho calor, hay variabilidad en la estación, hay episodios todos los años, toda la historia de la humanidad ha sufrido olas de frío, de calor e inundaciones. Pero no se puede explicar lo que está ocurriendo si no metemos en la ecuación el efecto invernadero generado por la quema de combustibles fósiles», detalló en la cadena de Mediaset, poniendo ejemplos concretos ocurridos en las últimas semanas. Así, mencionó los 50,5 grados alcanzados en Turquía, «una temperatura ante la que se desnaturaliza la proteína, por ejemplo, para que veáis el impacto que pueden tener estos niveles de calor». Desde finales de mayo y hasta el final de julio, más de 1.000 muertes fueron atribuidas directamente a las altas temperaturas en España, frente a las 600 del mismo período en 2024, según el Ministerio de Sanidad. 

Desigualdad entre ricos y pobres

Otra clave que aportó Fernando Valladares es que se está comprobando que los países y economías más ricas palían mejor que naciones pobres los problemas sanitarios y el número de muertes ligadas al cambio climático. Suele hablarse de «refugios» para referirse a lugares donde los efectos de la subida de las temperaturas aún es soportable, pero en el futuro será imposible que toda la población consiga vivir en esos lugares. «Nos podemos acostumbrar a todo. Pero mientras algunos se aclimatan, otros se mueren», fueron las palabras que empleó para poner sobre la mesa el mapa de la desigualdad climática: «Mientras que en Europa se han ampliado las muertes en los últimos 10 años en un 40% por el cambio climático, en Latinoamérica es por un 110%. Y no es porque haga más calor, es porque en Latinoamérica tienen menos condiciones, menos logística, menos hospitales para hacer frente a ese incremento del calor». 

Lucha contra el «retardismo»

Y no todo se reduce a que el termómetro esté en la zona más roja. El principal problema es que cada vez marca esos valores durante más tiempo. Desdibujar las estaciones, romper los ciclos biológicos de la naturaleza, acarrea otra serie de problemas. «El verano climatológico dura ya cinco semanas más que en los años 80. Eso tiene consecuencias directas sobre la salud, la agricultura, la energía y el bienestar social», dijo con preocupación ante los espectadores.

Para Valladares es fundamental que las intenciones se transformen en acciones para intentar revertir la situación. Solicita a las administraciones que ejecuten políticas que empiecen a dar resultados, para evitar que el llamado «retardismo» siga impidiéndolo: «Es una forma de negacionismo que va tomando fuerza en los últimos años. Y que en el fondo, como en general lo hacen los negacionistas, supone un grave problema para todos. Porque estamos perdiendo un tiempo y una energía en explicar una y otra vez que, aunque hace siempre calor en verano, los veranos cada vez son más letales. Un tiempo y una energía que podríamos estar dedicando a adaptarnos, a hablar de refugios climáticos, a tomar medidas para que en las próximas décadas la cosa no siga yendo a peor».