Las reservas fantasma asedian a la hostelería de Santiago: «Tenemos más plantones que nunca»
SANTIAGO

Aunque los restaurantes aplican medidas preventivas, los casos de clientes que reservan mesa y no se presentan se disparan este verano en el casco histórico
30 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Los meses del verano son sinónimo de días ajetreados para el sector hostelero de Santiago. Bares, tabernas y cafeterías del casco histórico tienen que hacer frente a un aluvión de comensales que aumenta por la mayor afluencia de visitantes. Y en medio de estas aglomeraciones, los restaurantes de la zona vieja se encuentran con un problema recurrente: los plantones de clientes que reservan mesa y después no se presentan. Esta práctica, también conocida como «no show», no es nueva en Compostela. De hecho, muchos locales ya aplican desde hace unos años medidas preventivas contra las reservas fantasma. Pero el fenómeno continúa y algunos hosteleros aseguran que incluso con más fuerza.

En la rúa do Franco, este período vacacional está siendo especialmente problemático. «Ha sido una buena temporada, pero ahora tenemos más plantones que nunca», señalan en la marisquería El Pasaje. Uno de sus empleados afirma que, en los ocho años que lleva trabajando en el restaurante, nunca habían tenido tantos «no show» en los meses de verano. «A veces llaman, reservan y luego no aparecen. Pero, en otros casos, incluso se pasan por el local, piden mesa para varias personas, se van y ya no regresan», comenta. Añade que han tenido casos de reservas para un grupo de quince personas que después no apareció. En El Pasaje deben estar especialmente atentos a estos casos, pues la aplicación con la que gestionan las reservas siempre les cobra algunos céntimos por comensal, por lo que tienen que estar pendientes de cancelarlas cuando se dan estos casos.
En A Barrola también están experimentando un panorama similar, y los plantones les están causando tantos inconvenientes que se están planteando implementar algunas medidas, como pedir el número de una tarjeta bancaria. «Tenemos muchos casos de gente que no viene. Hace poco había una reserva para cuatro personas y solo vino una», apuntan.
Penalizaciones
Entre las medidas más extendidas en el sector hostelero para tratar de evitar estas prácticas, la más habitual es aplicar una penalización monetaria a los clientes que no cumplan con su cita. Este ha sido el caso de El Trébol, en la rúa da Raíña, que hace un año comenzó a trabajar con la aplicación The Fork. «Cuando una persona hace la reserva, se le pide el número de una tarjeta», explican. Esta acción preventiva funciona como un tipo de garantía de que el cliente se presentará, puesto a que, en caso de no cancelar la reserva y no cumplir con ella, la aplicación carga un importe determinado al comensal. En El Trébol explican que, gracias a esta medida, en lo que va de verano no han vuelto a tener plantones.

«Pueden fallarnos seis mesas al día, pero sabemos manejarlo»
En O Galeón, en la Praza do Toural, aseguran que por lo general no se tienen que enfrentar con plantones de comensales. Tampoco en el restaurante Cacao, donde aseveran que, como mucho, el mes pasado les habrá fallado solo una mesa. «A nosotros no nos pasa tanto, pero es cierto que en la zona se están quejando bastante de estas prácticas», constatan. Y en el restaurante L'Incontro, en la Rúa do Vilar, advierten que, a diferencia del año pasado, en esta temporada estival no están teniendo grandes inconvenientes con respecto a las reservas. «En el verano anterior sí que tuvimos algunos casos de gente que no se presentó, pero por fortuna en estos meses no hemos tenido grandes problemas», explican.
En otros establecimientos del casco histórico consideran que el aumento de plantones durante el verano es relativamente comprensible. «El resto del año no nos suele pasar. La gente de aquí suele siempre acudir a la reserva», comentan en A Noiesa. En cambio, durante los meses de máxima afluencia de turistas, advierten que son varios los plantones que soportan a diario. «Podemos tener hasta seis al día, aunque en verdad no nos supone un gran problema. Estamos muy contentos con el ritmo actual del negocio», apostillan. A pesar de que sea un problema generalizado, en A Noiesa mantienen una actitud positiva y se muestran comprensivos con los comensales, por lo que en el restaurante no se plantean instaurar algún tipo de penalización. «Hay que tener empatía con el cliente. Son cosas que pasan, sobre todo, con los que están solo de visita en la ciudad. A veces se les complica el itinerario, o no consiguen donde aparcar, y simplemente no pueden venir», consideran.