El café Vitruvia arranca nueva etapa en las instalaciones del Aeroclub de Vigo

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

El local, que tiene escenario, ofrecerá conciertos y eventos culturales

03 sep 2025 . Actualizado a las 00:37 h.

El café Vitruvia comenzó ayer una nueva etapa en el número 7 de la calle Reconquista, una ubicación no muy alejada de la Alameda, emplazamiento en el que nació hace diez años. El establecimiento que ya había generado una importante recua de seguidores, estrenó su segunda vida a 1 de septiembre, simbólica fecha en la que se cierra la puerta mental del verano pero se abren otras posibilidades. Emulando la comparación favorita del alcalde de Vigo, la ciudad cuenta con un local de hostelería que podría ser digno de ese Nueva York que nos envidia por las luces de Navidad en sus sueños más felices.

El Vitruvia ya era un bar con personalidad, con una decoración elegante, confortable, y una interesante programación de música —fundamentalmente jazz en directo. Ahora, esa oferta se redobla en varias direcciones. A partir de ya, contará todos los meses con un mínimo de dos conciertos de jazz, que arrancará este mismo jueves con la actuación de Alberto Conde (piano) y Antón Risco (vibráfono) y seguirá el día 18 con Abe Rábade.

Pero además, dado que el local, que empieza su actividad a las 8.30 de la mañana y no cierra ningún día de la semana, cuenta con escenario y camerinos (ya los tenía originalmente), se aprovechará al máximo ofreciendo actuaciones de otros géneros. Por ejemplo, una sesión mensual de música clásica con la pianista Nuria Reboreda, que viajará desde Barcelona para cumplir con la cita que arrancará con una obra de Debussy. Javier Ferreiro es el gestor del establecimiento que ocupa ahora el lugar de un emblemático local vigués, las instalaciones sociales del Real Aeroclub de Vigo, entidad que tiene su sede principal en la avenida del Aeropuerto y que dejó de utilizar este local en pleno centro hace casi dos décadas. De hecho, llegó a ser alquilado por el Círculo Mercantil desde el 2015 y hasta el 2018, cuando vendió su propiedad en la calle del Príncipe al Real Club Celta. Después, el Aeroclub lo siguió utilizando como hasta entonces, con alquileres ocasionales que ofrecía a empresas y particulares para celebrar eventos lúdicos o reuniones de trabajo.

Ferreiro vio en este espacio de 400 metros cuadrados una oportunidad para crecer en todos los aspectos a pesar del bajón inicial, sentado allí, solo, contemplando un bajo lóbrego con una decoración atroz, completamente desfasada: «Ha sido duro. Coger un espacio como este y transformarlo me ha resultado muy complicado porque estaba muy deteriorado, sin embargo, he quedado contento porque estéticamente responde a lo que yo quería y porque me permite hacer las cosas que tenía en mente», reconoce.

Ferreiro está agotado y encantado a la vez. «Ahora los músicos tienen un escenario y camerino para estar tranquilos antes del concierto. El local tiene varios espacios, puedes entrar en el café sin pasar por delante, que antes era imposible. Si se sentaba alguien en la terraza en una actuación, tenía que pasar el camarero por el medio para atenderle», recuerda. Vitruvia, que tiene habitualmente piezas de arte en su decoración además de muebles de diseño originales, seguirá apoyando al sector con exposiciones o eventos como la subasta que organiza la Fundación Degen de Enfermedades Neurodegenerativas que albergará pronto. También tendrán cabida otros actos culturales, desde festivales a conferencias y presentaciones de libros. Se presentará allí el libro sobre Vigo con texto de Ferreiro e imágenes de Manuel Cortizo y se estrenará en su escenario la ópera dedicada al Vitruvia que el compositor Brais González está escribiendo. En su carta, desayunos, comidas, repostería de autor de André Gonçalves y coctelería de alto standing. Lo dicho. Ni en Nueva York.