Bruselas «se esforzará por la revisión» de las 87 vedas, que puede ampliarlas a 104 o 115
PESCA Y MARISQUEO

Ahora afectarían sobre todo a la flota de litoral, pero España ya ha reanudado la batalla judicial contra la sentencia que las valida
02 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.De ser la flota más selectiva porque pesca con anzuelos, a una lenta agonía que la conduce a la extinción. Apenas quedan palangreros demersales en el puerto de Celeiro, y a los que resisten en el de Burela les cuesta cada vez más. Se resienten por las 87 vedas impuestas por la Comisión Europea, que los expulsaron de sus caladeros históricos, cantiles de España, Francia, Irlanda y Portugal. Ahora que, con un recurso de casación, España ha reanudado la batalla legal contra la sentencia del Tribunal General de la UE que las valida, trasciende que Bruselas «se esforzará» por revisarlas.
Cumpliendo lo anunciado por Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, el Gobierno de España impugnó en agosto un fallo judicial acatado, pero no compartido por el ministerio ni por la Organización de Productores Pesqueros del Puerto de Burela, la única del sector que acudió a los tribunales europeos contra las 87 vedas. Tampoco está conforme la Consellería do Mar, coadyuvante de Puerto de Burela en su impugnación.
El Tribunal de Justicia de la UE ya ha enviado al ministerio el acuse de recibo del recurso presentado por el Reino de España. Ahora Puerto de Burela prepara su adhesión a este segundo intento judicial, ya que ha decidido no apelar directamente contra la sentencia del Tribunal General de la UE. Y cuentan con que también se persone la Consellería do Mar. No hay plazos para el nuevo dictamen jurídico.
Si las 87 vedas que la anterior Comisión Europea implantó el 10 de octubre del 2022 generaron controversia y rechazos reiterados en estos tres años, el fallo del Tribunal General de la UE produjo desconcierto por algunos de sus argumentos. Por ejemplo, porque considera que la Comisión no tiene por que tener en cuenta el impacto socioeconómico de las vedas, pese a que el equilibrio entre los aspectos ambiental, económico y social es uno de los principios de la biblia comunitaria del sector, la Política Pesquera Común.
Charlina Vitcheva respondió al sector cuando ya conocía la sentencia
Mucho antes de hacerse público el fallo judicial, el Consejo Consultivo para las Aguas Occidentales Australes (CC Sur) emitió el 7 de febrero un dictamen sobre las 87 vedas en el que, excepto «una opinión minoritaria de las oenegés ambientales», instaba a la Comisión Europea a revisarlas. Sugería «identificar las zonas con el menor impacto socioeconómico» y tener en cuenta que el palangre demersal apenas incide sobre los ecosistemas marinos vulnerables que se pretenden proteger.
Charlina Vitcheva, directora general de Asuntos Marítimos y Pesca en la comisaría de Pesca y Océanos que preside Costas Kadis, respondió el 7 de julio, una vez conocida la sentencia que avala la expulsión de todas las artes de fondo de 87 caladeros históricos. «Con satisfacción» por el fallo judicial que confirma que las vedas «se establecieron de manera proporcionada y de conformidad con el reglamento» comunitario, Vitcheva dice que ahora la Comisión «se esforzará por seguir cumpliendo sus obligaciones, incluida la revisión y la actualización». Ahora porque, de momento, ya se se ha saltado uno de sus deberes, el de examinarlas anualmente: no lo hizo en el 2023 ni en el 2024.
Severo impacto en la flota de litoral si se amplían a 104 o a 115
Cuando el sector pesquero aún espera que las buenas palabras con las que el eurocomisario Costas Kadis abrió hace casi un año la puerta a la esperanza de un cambio de rumbo en la política pesquera comunitaria, Vitcheva deja entrever en su respuesta al CC Sur que mantiene el suyo propio. La revisión de las 87 vedas se propone hacerla «trabajando en estrecha colaboración con los Estados miembros y los consejos consultivos interesados, y contando con el asesoramiento y los conocimientos científicos más actualizados».
En el sector pesquero interpretan que Vitcheva y el anterior comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, aparcaron la propuesta científica que tienen sobre la mesa desde el 2023 por si la sentencia no amparaba las 87 vedas. Entonces ya se habían decantado por dos de los cuatro escenarios planteados por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés).
Uno, en un espacio total de 9.752 kilómetros cuadrados, prevé 104 zonas de veda, 54 de ellas en el noroeste y el suroeste español y 50 en el resto de la fachada atlántica francesa e irlandesa. Y el otro, sobre una superficie de 14.344 kilómetros cuadrados, establece 115 áreas, 62 en el entorno de la península ibérica y 53 en el resto de los cantiles. Si hasta ahora la flota de litoral salió relativamente indemne, cualquiera de esas dos propuestas le afectaría directamente, tanto en Galicia como en el resto del Cantábrico.
Quedan contados pincheiros en A Mariña
La comunicación de Vitcheva trasciende a 40 días de cumplirse tres años del veto a todas las artes en contacto con el fondo, pensado para las móviles del arrastre, pero al final las más perjudicadas han sido las fijas del palangre, aunque en son demersales porque su contacto con el suelo marino se reduce al anclaje de las líneas de anzuelos, una pieza de un tamaño menor que el de un bloque de hormigón cada 50 metros. Todavía se les conoce como palangreros de fondo, pincheiros en A Mariña lucense, el reino español de la merluza fresca de Gran Sol. Si en Burela aún predomina la de anzuelo, en una apuesta firme y costosa por la selectividad, en Celeiro se ha impuesto la de volanta, una arte fija de redes por la que han optado numerosos barcos para no hundirse económicamente.