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El tajo a xarda, lirio y abadejo dejaría muy tocado al arrastre de litoral gallego

somos mar REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

monica ferreiros

La Universidade de Santiago calcula que se podrían perder hasta 65 millones

11 dic 2025 . Actualizado a las 04:45 h.

Es la parte negativa de tener tantas especies objetivo: que de alguna manera Galicia siempre resulta afectada por cualquier recorte de cuota de pesca que se plantee desde Bruselas. Pero en el Consejo de Ministros de Pesca que arranca este jueves, las rebajas en las posibilidades de pesca para el 2026 atañen a stocks clave, tanto por su impacto socioeconómico, como por su capacidad de arrastre sobre el resto de la cadena mar industria, o por los efectos colaterales que puede tener su reducción. Y, además, son poblaciones sobre las que la flota gallega, muy dependiente de ellas, tiene, no obstante, un impacto menor, en comparación con otros Estados que también explotan esos recursos. Es lo que ocurre con la xarda y el lirio, para los que se propone un recorte de más del 70 % en un caso y del 41 % en el otro. Esos trasquilones tendrían un impacto económico directo en la flota gallega de 26,5 y 28,4 millones de euros —y 37,1 y 39,7 sumando el indirecto— en el caso de la xarda, y de entre 5,4 y 11,3 millones en el del lirio, según los cálculos realizados por el Grupo de Investigación en Economía Pesquera y de los Recursos Naturales de la Universidade de Santiago para la Consellería do Mar. Estos expertos, además, señalan la doble penalización al arrastre de litoral, que recibiría el golpe del recorte de ambos stocks y, de paso, también el del abadejo.

Porque habría que sumar el tajo a este último, ya que, aunque no se puede realizar pesca dirigida a la especie, sí se descarga como captura accesoria y, si se rebajan todavía más las opciones de desembarco, correría el riesgo de convertirse en una especie de estrangulamiento (choke species) que podría paralizar las flotas. En cuanto al impacto socioeconómico, podría oscilar entre los 1,7 millones de euros si solo afectase a las flotas de palangre y los 14,8 si llegara a paralizar también la actividad de las artes menores y de la volanta.

Es decir, que situándose en el peor de los casos, la pesca gallega podría salir de la próxima cumbre de ministros con un tajazo de 65 millones de euros en el bolsillo. Para impedirlo, la conselleira de Mar, Marta Villaverde, que se ha desplazado a Bruselas para seguir de cerca la cumbre, ha blandido los informes socioeconómicos ante las autoridades del Ministerio de Pesca, que tendrán que bregarse para frenar esos recortes. Sobre todo porque Galicia está pagando el pato por los desmanes de rusos, noruegos, islandeses y feroeses.

xarda

Especie estructural para la flota gallega. Los expertos de la USC lo tienen claro: la caballa constituye una especie estructural para la flota gallega. Objetivo del cerco, arrastre, volanta, palangre y artes menores, por término medio se han pescado 25.681 toneladas en la 8c y 1.415 en la 9a, en el período 2018-2022. Sus capturas representan una pequeña fracción del total admisible (TAC), el 2,46 % y, sin embargo, esa porción contribuye «a mantener una importante flota e industria y numerosas comunidades de litoral a lo largo de toda la fachada atlántica y cantábrica». Así es que el latigazo del fuerte recorte no solo se sentirá en la flota, pues la xarda es, además, una especie que otros eslabones de la cadena —como frigoríficos, mayoristas o transporte— necesitan para rentabilizar su actividad.

Aunque en el Atlántico nororiental se identifican tres poblaciones de la caballa (Scomber scombrus) por sus zonas de desove, el stock se gestiona como uno solo que explotan Noruega, Islandia, Rusia, islas Feroe y Groenlandia, alguno de los cuales se han autoasignado cuotas por su cuenta sobrepasando por término medio un 39 % las recomendaciones científicas. En el 2024 hubo descargas de 16 países, con Noruega (28 %) a la cabeza, seguida del Reino Unido (21 %), Islandia (10 %), Rusia (9 %) y las islas Feroe (8 %). Los dos primeros aumentaron sus capturas ese ejercicio hasta pescar 260.000 y 200.000 toneladas. Ante esas cantidades, los números de la zona meridional, donde operan España y Portugal casi exclusivamente, parecen ridículos: 22.771 toneladas. Es decir, que si hay colapso en la pesquería no será por las cifras de Galicia.

bacaladilla

Clave para la sostenibilidad del sector. Es cierto que la bacaladilla o lirio (Micromesistius poutassou) juega un papel clave a nivel ecosistémico, por su posición en la cadena trófica. Pero, a la vez, su explotación resulta clave para la sostenibilidad de flotas, comunidades de litoral asociadas y de la industria de transformación y distribución.

En Galicia esta pesquería la realiza el arrastre de litoral en aguas ibéricas y adyacentes y el arrastre de altura en Gran Sol. En total, son 48 embarcaciones y más de la mitad, 26, tienen puerto base en Ribeira. El resto amarra en A Coruña, Burela, Celeiro, Marín, Muros, Bueu y Muxía y ocupan a más de medio centenar de personas.

Al igual que en la xarda, la gestión de la bacaladilla presenta similares deficiencias. Las descargas en Galicia equivalen a una fracción muy pequeña del TAC (en torno al 1,76 %), una media anual de 21.205 toneladas. Y gracias a una estrategia de valorización apoyada en la creación de la marca Lirio de Ribeira, la especie ha experimentado una importante valorización. Para esta flota la bacaladilla representa en promedio un 29 % de su facturación. La xarda es la segunda en importancia, con un 17 %, seguida de merluza (14,4 %), el calamar (8,2 %) y gallo (7,1 %). No es difícil, por tanto, inferir que si se consuman los recortes de ambas especies, el arrastre de litoral lo va a pasar francamente mal.

Más de 3.800 barcos afectados si se recorta más el abadejo

Las capturas accidentales de abadejo están presentes en las pesquerías mixtas de bajura, volanta y palangre, según los datos del STECF (Comité Científico Técnico y Económico de la Pesca). En los últimos tiempos han aumentado las descargas por parte de la volanta, algo que los expertos de la USC vinculan con la transición que han hecho los pincheiros hacia esta arte a raíz de las 87 áreas de veda en el Atlántico nororiental, un efecto colateral de esa medida que «seguramente no se previó de modo adecuado en su momento».

Esas tres flotas han descargado abadejo por un valor medio de 137,1 millones (con el pico de 170 millones en el 2022). Y aunque se trata de datos de todo el Cantábrico Noroeste, lo cierto es que esas descargas «tienen una fuerte concentración en Galicia». Tal es así que el recorte puede afectar directamente a la actividad de 3.880 embarcaciones (el 92,5 % del total gallego) y sobre 7.846 tripulantes. Y se haría sentir en 30 lonjas. La primera, la de A Coruña, que concentra casi un 30 % de las ventas. Ribeira, Burela y Malpica también notarían el recorte. Ya en menor medida Cedeira, Muros, Vigo, Fisterra o Laxe. En definitiva, se observa que una especie accesoria, de peso muy limitado para las flotas supone una espada de Damocles para sobre una importante actividad económica y su peso social.

Por eso que la Xunta espera que el Gobierno central entienda que, como el Mediterráneo, necesita frenar esos recortes.