
El sector se felicita tras unos meses de gran confusión por los resultados de los análisis realizados en la zona
27 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El pasado mes de diciembre, con la campaña de Navidad llamando a la puerta, las mariscadoras de Vilanova recibieron un golpe inesperado: los análisis realizados en el banco de O Ariño, la zona que tenían reservada para trabajar esa temporada, obligaban a la Xunta a cerrar el área ante unos elevadísimos niveles de contaminación. El Concello, hacia el que se dirigieron todas las miradas acusatorias, no entendía cuál podía ser la razón de semejante empeoramiento de la calidad del agua, e iniciaba una serie de chequeos, controles y obras que tenían como objetivo evitar los vertidos que, a todas luces, tenían que estar produciéndose en ese punto de la costa vilanovesa. Ahora, tras numerosos «trabajos, vigilancias y contraanálisis», en palabras del alcalde Gonzalo Durán (PP), la situación en el banco ha mejorado lo suficiente como para que pase a ser clasificado como zona B, pudiendo por lo tanto trabajarse en él —siempre que así lo decida el sector— durante todo el año.
El alcalde de Vilanova mostraba ayer su satisfacción por la resolución de un problema en el que influían múltiples factores que aún están por terminar de aclarar. Pero lo importante, en estos momentos, es que se ha logrado cosechar un buen número de análisis positivos, lo que supondrá una importante mejora para la cofradía vilanovesa.
Satisfacción en el pósito
El patrón mayor, Rosalino Díaz, explicaba ayer que O Ariño es un banco fundamental tanto para el sector de a pie como de a flote. De hecho, indicó que si este banco no hubiese vuelto a la actividad a comienzos del verano, estos últimos meses habrían sido terribles para estos colectivos. «Estamos falando dunha zona moi importante para nós, moi importante. No verán deunos a vida», explica el patrón mayor. A juicio de Díaz, quedan aún muchas cosas por aclarar sobre las razones por las cuales esa zona ofreció tan malos resultados el pasado año, unos resultados tan sorprendentes que la cofradía decidió en su momento realizar análisis independientes para controlar mejor lo que estaba ocurriendo.