La red entre Vigo y Santiago sitúa a Galicia en la vanguardia europea de la comunicación cuántica

Raúl Romar García
R. Romar LA VOZ

SOCIEDAD

Inauguración de la red de comunicación cuántica entre Vigo y Santiago, la mayor de España. De izquierda a derecha, Carmen Cotelo, directora de Gain; Román Rodríguez, conselleiro de Ciencia; Manuel Reigosa, rector de la Universidade de Vigo; Marcos Curty, director de Vigo Quantum Communication Center; Lois Orosa, director del Cesga, y Carmen González Sotelo, delegada del CSIC en Galicia y vocal del patronato del Cesga
Inauguración de la red de comunicación cuántica entre Vigo y Santiago, la mayor de España. De izquierda a derecha, Carmen Cotelo, directora de Gain; Román Rodríguez, conselleiro de Ciencia; Manuel Reigosa, rector de la Universidade de Vigo; Marcos Curty, director de Vigo Quantum Communication Center; Lois Orosa, director del Cesga, y Carmen González Sotelo, delegada del CSIC en Galicia y vocal del patronato del Cesga XU

La línea de 120 kilómetros, la más larga de España y una de las mayores de Europa, permitirá transmitir información de forma ultrasegura, a prueba de cualquier jáquer, lo que supone un «fito histórico en ciberseguridade»

09 oct 2025 . Actualizado a las 16:28 h.

En el Año Internacional de la Ciencia y la Tecnología Cuánticas Galicia no ha querido dejar pasar su momento. Y lo ha hecho a lo grande, con la puesta en funcionamiento de la línea de comunicación cuántica más larga de España y una de las mayores de Europa. Son 120 kilómetros que discurren entre el Vigo Quantum Communication Center (VQCC) y el Centro de Supercomputación de Galicia (Cesga) en Santiago. El primer mensaje a través de este enlace terrestre, absolutamente infranqueable y a prueba de cualquier jáquer, fue emitido este jueves entre los dos puntos establecidos en lo que supone «un fito histórico para a ciberseguridad nacional», según destacó el conselleiro de Educación, Ciencia, Universidades e FP, Román Rodríguez.

Una prueba de la trascendencia del acto lo supone el hecho de que el mensaje, que sitúa a la comunidad en la vanguardia nacional en este ámbito, pasará a ser guardado en el Arquivo de Galicia, en la Cidade da Cultura. «Desde este lugar e neste intre queda escrita unha nova páxina da historia. Esta é a primeira mensaxe transmitida a través dunha ligazón cuántica terrestre en Galicia, a máis longa de España: un símbolo do paso decisivo dun pobo que mira ao futuro con talento e esperanza». Es la frase que leyó el conselleiro en un acto en el que estuvo acompañado por el rector de la Universidade de Vigo, Manuel Reigosa; la directora de Gain, Carmen Cotelo; el director del Cesga, Lois Oreiro, y por la subdirectora de RedIRIS, de Red.es, Esther Robles.

La disruptiva línea de comunicación ultrasegura fue desarrollada por investigadores del Cesga con la colaboración del Vigo Quantum Communication Center con cargo a un presupuesto de 850.00 euros, financiados con cargo a un convenio de colaboración entre el Cesga y Red.es sufragado con fondos europeos, del Gobierno central y de la Xunta con cargo al Plan Complementario de Comunicaciones Cuánticas.

Pero, ¿por qué es tan importante este avance? Porque las redes cuánticas suponen una nueva frontera en la transmisión de información. Se basan en las propiedades de la mecánica cuántica - aunque en este caso utilizan una red convencional de fibra óptica- para mediante la superposición y el entrelazamiento de partículas establecer una conexión ultrasegura. Los fotones, partículas de luz, son las señales que se utilizan en esta autopista para transmitir y codificar cúbits, que son los que almacenan la información de una manera análoga a los bits en la computación clásica.

En este contexto la clave son los cúbits, las unidades mínimas de información cuántica, que son imposibles de copiar sin alterar su estado. ¿Qué significa esto? Que cualquier intento de intrusión por parte de un jáquer es detectado y se genera una alerta, con lo que se aborta la transmisión. «Tú no puedes copiar los datos de las informaciones que se envían y volver a enviarlos, porque el estado cuántico no se puede copiar, se destruye», explica Natalia Costas, investigadora del Cesga y responsable técnica del proyecto, que ha permitido desarrollar una tecnología propia en colaboración con el Vigo Quantum Comunication Center (VQCC).

Dicho de otra forma, la distribución cuántica de claves (QKD) es inviolable. Sería algo así como la seguridad perfecta de las comunicaciones. Se trata de una tecnología disruptiva que, entre otras cuestiones, permitirá «desde a protección de infraestructuras críticas, como redes eléctricas e sistemas de control de tráfico aéreo, ata a seguridade de transaccións bancarias e datos de saúde da cidadanía», según resumió el conselleiro Román Rodríguez.

Las comunicaciones confidenciales de las empresas, de la industria, del ejército de los gobiernos y de los propios ciudadanos serán absolutamente seguras.

En la línea de avanzar hacia comunicaciones ultraprotegidas incidió el director científico del VQCC, Marcos Curty. «Todos -resumió- cando metemos a nosa tarxeta de crédito en internet ou facemos compras en liña queremos saber que as nosas comunicacións son seguras, e o mesmo acontece coas comunicacións entre empresas, gobernamentais, militares...”.

Hasta el momento, tanto en España como en Europa, la mayor parte de las redes de comunicación cuántica se han desplegado en el entorno metropolitano, por eso la que une Vigo con Santiago es muy relevante, y no solo por la distancia recorrida, sino porque también atraviesa zonas rurales. «En laboratorio sí hay experiencia de redes de mucha distancia, pero en campo hay muy pocas. La mayor parte de los despliegues que se han hecho en España y en Europa son metropolitanos», precisa Natalia Costas.

La línea Santiago-Vigo es la primera de Galicia, pero no será la única, ya que también se pretende avanzar en los nodos metropolitanos e incluso con la conexión con las redes de ciudades como Madrid y Barcelona e incluso con la infraestructura europea.

En la planificación prevista el próximo paso apunta a una red entre la Universidade da Coruña (UDC) y el Centro de Investigación Aeroportada de Rozas (Lugo). Aún está pendiente la financiación, pero será el próximo objetivo, además de colaborar con otros nodos como el que está desarrollando el Instituto Tecnolóxico de Galicia (ITG).