Juan Luis García Fernández, neuropsicólogo: «La memoria no tiene capacidad para recordar una serie si estamos mirando el móvil»
SOCIEDAD

El especialista sostiene que los atracones de capítulos tienen implicaciones tanto cognitivas como culturales
11 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Encadenar capítulos de series o navegar sin fin por los catálogos infinitos de las plataformas puede ser un obstáculo para la memoria y la plasticidad cerebral. Juan Luis García Fernández, neuropsicólogo profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigador del grupo NeuroADaS Lab, forma parte de un equipo de expertos que ha analizado cómo el diseño de los servicios de streaming afecta a la consolidación de los recuerdos y la capacidad crítica del espectador.
—¿Consumimos más series de las que podemos memorizar?
—Esta pregunta es compleja y depende del volumen y, sobre todo, de la velocidad con la que las consumimos. La tendencia es hacer un consumo muy rápido de una serie, disfrutar momentáneamente y pasar a la siguiente. O estar viendo varias series a la vez. Esto hace que la memoria no tenga tiempo para poder procesar toda la información y pasarla a la memoria a largo plazo. Es muy típico que cuando vas a ver la siguiente temporada no recuerdes la anterior.
—A veces ni siquiera se recuerda el capítulo anterior, de ahí los resúmenes previos que algunas series incluyen...
—Exacto. Pasan dos días y dices, ¿qué pasó en el capítulo anterior? Las plataformas o las series suelen poner ese resumen inicial para facilitar que te acuerdes. La memoria necesita un tiempo para procesar y, sobre todo, necesita estrategias. Es decir, hablar, recordar, mantener ese material en la cabeza durante un tiempo para que pueda pasar a esa memoria a largo plazo. A veces vemos una serie y estamos con el teléfono móvil, leyendo o contestando un WhatsApp y queremos acordarnos de lo que está pasando. La memoria no tiene esa capacidad si no estamos con una atención fija y sostenida. Por eso esas pistas que nos ofrecen del capítulo anterior nos permiten enlazar con las ideas principales, algo especialmente importante en series que tienen muchísimas tramas o muchos personajes.
—En series como «Juego de Tronos» algunos usaban un croquis de territorios y personajes.
—Es maravilloso para poder extraer toda esa información y volcarla. Si no lo haces, es muy fácil que haya personajes que te preguntes quiénes son o por qué aparecen ahí. Cuanto más compleja es la trama, cuanta más cantidad de información tenemos, nuestro cerebro necesita más tiempo para poder manipularla. Traspasarla a largo plazo necesita descansos y por eso el sueño es tan importante para consolidar los recuerdos. Cuando hay una sobrecarga de material, nuestra memoria dice «mira, yo me voy a quedar con una parte, pero la otra se va a disipar». Ahora si es una trama en la que tú tienes los apuntes hechos y sabes quién es cada personaje, va a ser mucho más fácil que recuerdes y que disfrutes más. Hay otras series con menos carga de material que son más fáciles de recordar. Pero todo depende también de si estamos atendiendo y si estamos disfrutando, porque si no nuestro cerebro va a tener tendencia a irse a otros temas y la memoria no va a funcionar. La atención y la memoria están ligadas.
—¿Es más fácil recordar las series que nos gustan?
—Totalmente. Nuestra atención va a decidir si veo algo pero estoy pensando en otras cosas o si me pongo a mirar las redes sociales, un comportamiento hoy en día muy común. Esa atención dividida hará que demos más carga cognitiva a una cosa que a la otra. Si tú estás viendo algo por obligación, sin disfrutarlo, el circuito de recompensa no va funcionar de la misma manera que si una serie te gusta muchísimo. Esa adherencia a la serie te la va a dar esa adicción, ese chute de satisfacción. El consumo en maratón ayuda a que esta satisfacción sea alta y que cuando terminas de ver la temporada tengas la sensación de que te falta algo que tu cerebro necesita. Esa descarga de dopamina que no estás recibiendo es lo que te provoca esa sensación.
—La descarga de dopamina es el argumento que cuestiona la dependencia que generan el móvil y las redes sociales. ¿Se produce con la lectura o con la música?
—Se produce con todo lo que te dé placer. Pero es mucho más fácil cuando ves redes sociales porque la duración de los vídeos es muy corta y te provoca una sensación reducida en el tiempo. Veo un vídeo que me gusta, que me hace reír y automáticamente me hace buscar el siguiente, que quiero que me provoque lo mismo. Esta anticipación de satisfacción ayuda mucho a mantener este enganche a redes sociales. Pero la búsqueda de dopamina la puedes hacer en cualquier otro tipo de acción que produzca algo de satisfacción, sea la música, el cine o cualquier actividad que estés haciendo con las manos. Las series te dan una estimulación tanto visual como auditiva, por tanto, esa doble vía hace que haya más carga cognitiva.
—Hemos delegado nuestra capacidad de decisión en algoritmos que acotan el espectro. ¿Cómo están moldeando nuestro cerebro y nuestra forma de pensar?
—Una de las paradojas que tiene el ser humano es la capacidad de elección. Cuantas más cosas tenga para elegir, menos capacidad tiene de poder decidir. El algoritmo te muestra una selección de materiales visuales que sabe que te pueden gustar. Esto te facilita la elección, que es algo que necesitas porque quieres ver algo que te guste. Esto te lleva a enlazar una serie con otra, porque buscas es algo que te dé placer en función de tus gustos. Si el algoritmo te lo facilita, tu elección será muchísimo más sencilla y, además, seguirás enganchado a la plataforma. Al final, tu cerebro se acomoda a eso y el visionado de contenidos de otro género, que podrían ofrecerte otro tipo de razonamiento diferente, no se está dando.
—¿Necesita el cerebro salir de esa zona de confort?
—Para el cerebro es maravilloso salir de la zona de confort, pero cuesta mucho. Es algo inherente a nosotros. Nuestra motivación cuando nos sentamos a ver una serie es «quiero descansar, desconectar, no pensar». Si tu motivación es esta, lo que menos vas a hacer es salir de tu zona de confort, pero hacerlo obligaría al cerebro a adaptarse a historias y guiones diferentes. Estos ofrecen otro tipo de experiencia que igual inicialmente rechazamos, pero que nos puede ofrecer otro tipo de estímulos y provocar una activación cerebral complementaria.
—Esto ocurría con la televisión tradicional, cuando el espectador veía la película que tocaba y no la que él elegía.
—Exacto. Y si no te gustaba te ponías a leer. Pero ahora hay tanto para elegir que vas buscando en el catálogo ese placer.
—¿Por qué a veces pasamos una hora buscando en catálogos inmensos, en varias plataformas incluso, y apagamos la tele sin haber encontrado nada?
—Porque en ese momento tu motivación es otra y seguramente nada de lo que estás viendo te está provocando ese chute de placer. Estamos buscando algo que la plataforma no puede ofrecer. Salgamos, busquemos otra actividad diferente fuera de casa o pongámonos a leer o a jugar, a hacer una actividad social con más gente.