El actual CEO del gigante del audiovisual capitanea la estrategia con la que la plataforma de «streaming» intenta hacerse con Warner Bros
15 dic 2025 . Actualizado a las 09:25 h.Una empresa que comenzó su camino de 1997 enviando DVD por correo está a punto de cerrar una operación que hará historia en el panorama audiovisual global. Suceda lo que suceda con la compra de Warner Bros por parte de Netflix -con el permiso de la opa hostil de la Paramount, que también tendrá que resolverse-, la gran firma de contenidos de streaming demuestra una vez más que quiere una parte más grande de la tarta.
Los inicios
La historia de Netflix comenzaba para 28 años en California de la mano de Reed Hastings y Marc Randolph. La leyenda dicen que Hastings, un licenciado en Matemáticas, desarrolló la primera idea de negocio tras devolver un DVD a un videoclub. Una multa de 40 dólares le llevó a pensar en una nueva idea para comercializar películas. ¿Por qué no podían los usuarios recibir sus productos por correo? Para ello, los fundadores hicieron su propia prueba. La película llegó sin daños y ahí arrancó el imperio. Solo un año después lanzaban del primer sitio web de alquiler y venta de DVD: Netflix.com y en 1999 Netflix llegó con el servicio de suscripción, que permitió alquilar un número ilimitado de DVD sin fechas de entrega, límites mensuales ni penalizaciones por retrasos. El modelo estaba creado y con ello una revolución que incluía incluso el ahora tan habitual sistema de recomendaciones de los usuarios.
Netflix salió a bolsa en el 2002 y en el 2003 ya había superado el millón de usuarios. El golpe sobre la mesa llegó en el 2007 cuando se presentó el servicio de streaming, que permitía a los suscriptores ver series y películas al instante.
Con su plataforma online a pleno rendimiento, Netflix aún mantuvo su servicio de alquiler y distribución postal de DVD hasta el año 2023. Un servicio que conservaba a través de DVD. com.
Fue Ted Sarandos quien confirmó la muerte de ese sistema, cuando solo un año antes la firma había facturado 145 millones de dólares -133 millones de euros- con su servicio a domicilio. Una cifra que para el gigante solo suponía un 0,5 de su factutación mundial.
En la historia queda ya la cifra de haber enviado 5.200 millones de DVD, siendo Beetlejuice, de Tim Burton, la película que inauguró el servicio. «Esos sobres icónicos cambiaron la forma en que las personas veían audiovisual en casa y allanaron el camino para el cambio al streaming», explicaba entonces el propio Sarandos.
Ted Sarandos desde el videoclub
Su actual CEO, Ted Sarandos también era un hombre del alquiler tradicional de películas. Es más, fue el gerente de un videoclub en Arizona donde aprendió sobre los gustos del espectador, fuera del espectro de Silicon Valley.
Nacido el 30 de julio de 1964 en Long Branch, Nueva Jersey, siempre tuvo un gran interés por el sector. Tras años de videoclub y como director regional en East Texas Distributors y vicepresidente de producto y merchandising en Video City/West Coast Video—, Sarandos llamó la atención de Reed Hastings, cofundador de Netflix, gracias a su experiencia con el cliente.
Es más, llegó a Netflix muy pronto, en el 2000, cuando la firma aún distribuía a domicilio, pero donde pronto fue jefe de contenidos. Sarandos fue el primero en tener la visión de apostar por la producción de contenido original. Bajo su liderazgo, la compañía dio un giro estratégico determinante. Series como House of Cards, Orange Is the New Black y Stranger Things no solo atrajeron a millones de suscriptores, sino que también colocaron a Netflix como un competidor del sistema tradicional de Hollywood. Gracias a estos éxitos, la plataforma dejó de ser un mero distribuidor para convertirse en un productor global de contenidos.
En el 2020 llegó su gran momento cuando fue nombrado co CEO junto a uno de los fundadores, Reed Hastings. Desde entonces, ha estado al frente de decisiones estratégicas, como la de impulsar la expansión internacional de la plataforma y la producción de series y películas en múltiples idiomas.
Bajo su mando, Netflix anunció una inversión de 1.000 millones de euros en España hasta el 2028 y ahora se convierte en el gran protagonista y portavoz de la compañía en la operación en la que la marca intenta comprar a otro gigante, Warner Bros.
Como uno de los grandes gurús del entretenimiento, Sarandos no tiene un perfil bajo y sus declaraciones han provocado más de un terremoto en la industria.
Este mismo año sugirió que el modelo tradicional de salas de cine estaba anticuado, argumentando que los espectadores prefieren ver contenido en casa. Estas declaraciones desataron críticas desde sectores de la industria cinematográfica que defienden la experiencia colectiva de las salas.
Ted Sarandos también ha defendido el uso de la inteligencia artificial en el mundo de la creación. Tanto que mantiene que en la IA está el futuro del audiovisual. Para el jefe de Netflix, esta tecnología no solo servirá para abaratar costes en la realización de películas y series de televisión, sino que además hará que las producciones sean «mejores».
«Seguimos convencidos de que la IA representa una oportunidad increíble para ayudar a los creadores a hacer películas y series mejores, no solo más baratas», dijo Sarandos durante la presentación de resultados de Netflix durante este segundo cuatrimestre del año. «Se trata de personas reales haciendo un trabajo real con mejores herramientas», añadió mientras presentaba beneficios récord.
El directivo ponía como claro ejemplo para los espectadores la serie El Eternauta, la producción argentina de ciencia ficción protagonizada por Ricardo Darín, que para él ejemplifica que no solo las grandes superproducciones están aplicando esta nueva tecnología. «Utilizando herramientas potenciadas por IA, pudieron lograr un resultado asombroso con una velocidad notable», afirmó.
Ahora, todos los ojos están puestos en él en la operación para adquirir Warner Bros, que podría dilatarse hasta 18 meses. Este posible negocio ha levantado alertas regulatorias y críticas por posible monopolio en la industria audiovisual. Autoridades y analistas han señalado que el enorme tamaño combinado de ambas empresas podría concentrar demasiado poder de mercado, obligando a revisiones antimonopolio.
Sarandos quiere que el trono de Netflix se así aún más dorado.