La UE redobla las sanciones a Rusia ante la falta de avances en la tregua
INTERNACIONAL

Kallas reclama a Trump más presión sobre Putin para negociar la paz
21 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El anuncio del «inmediato» inicio de conversaciones entre Moscú y Kiev para una tregua realizado el lunes por el presidente estadounidense, Donald Trump, tras más de dos horas de conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, no es suficiente para la Unión Europea. La jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, volvió este martes a apretar al inquilino de la Casa Blanca en busca de algo más que una promesa de diálogo que no suena a nueva.
«La semana pasada, EE.UU. dijo que si Rusia no aceptaba un alto el fuego total e incondicional, habría consecuencias. Así que queremos ver esas consecuencias también por su parte porque realmente no hemos visto la presión sobre Rusia en estas negociaciones», advirtió a su llegada a la reunión de ministros de Exteriores europeos en Bruselas. La estonia no se anduvo con rodeos y reclamó a Washington que cumpla sus amenazas «enérgicamente».
En paralelo, la Unión Europea sigue estrechando el cerco sobre Rusia y este martes aprobó una nueva ronda de sanciones contra el Kremlin, la decimoséptima desde el inicio de la guerra en Ucrania hace más de tres años. En esta ocasión incluyó en su lista negra a 17 individuos y 58 entidades y, además, acordó la aplicación de más restricciones comerciales en tecnologías críticas. Y piensa ya en más castigos, como la reducción del precio tope del gas ruso importado al Viejo Continente y el veto a los gasoductos Nord Stream 1 y 2, tal y como avanzó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el pasado viernes en Tirana.
Recelos tras la llamada
«Se necesitan dos para querer la paz. Rusia claramente quiere la guerra, mientras que Ucrania quiere la paz. Así que para que Rusia quiera también la paz, tenemos que ejercer más presión», explicó la jefa de la diplomacia comunitaria. Pero el presidente de la exrepública soviética, Volodímir Zelenski, no confía en las intenciones del Kremlin. En su opinión, Moscú solo trata de «ganar tiempo» con sus últimos movimientos, como la llamada mantenida con Trump o el envío de una delegación —finalmente de nivel inferior— a las conversaciones de la semana pasada en Estambul, para «proseguir» con la invasión.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, no le quitó este martes razón durante una comparecencia ante la comisión de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU.: «Está claro que los rusos no están interesados en un acuerdo de paz y solo quieren seguir librando una guerra». Rubio, el hombre más poderoso dentro de la Administración Trump, defendió, sin embargo, la estrategia de su jefe en estas negociaciones y aseguró que Putin «no ha obtenido ni una sola concesión».
La idea de imponer sanciones, como hizo la UE, no está sobre la mesa del despacho oval porque el mandatario republicano considera que en ese escenario Moscú «dejará de hablar» sobre una posible paz en Ucrania.
Fin de las sanciones a Siria
Los ministros de Exteriores de la UE decidieron también ayer suspender todas las sanciones económicas que aún aplican a Siria, con el objetivo de favorecer la recuperación de la economía de ese país tras la caída del régimen de Bachar al Asad. Trump anunció la semana pasada una medida similar por parte de su Ejecutivo.
La UE, no obstante, pactó mantener las imposiciones contra Asad y su entorno o en relación con violaciones de derechos humanos, tal como informó Kallas al término de la reunión. «Esta decisión es reversible y está condicionada también al progreso. No puede haber paz sin el camino hacia la recuperación económica, y todos necesitamos una Siria estable», dijo, según recoge Efe.
En febrero, el Consejo de la UE ya había decidido suspender las sanciones que tenía impuestas a los sectores del transporte y la energía de Siria, a fin de «apoyar una transición política integradora» en el país y una «rápida recuperación económica, reconstrucción y estabilización».
Bruselas exigirá reformas a cambio de la entrega de fondos europeos en su nuevo presupuesto
La Comisión Europea (CE) quiere que los desembolsos del próximo presupuesto de la Unión Europea para 2028-2034 estén condicionados a que los países implementen una serie de reformas e inversiones pactadas con Bruselas, siguiendo el modelo del fondo de recuperación poscovid.
«Cada tramo de financiación será desembolsado cuando se logren los objetivos acordados. Sabemos que este es el mejor incentivo para lograr que se hagan las cosas», dijo ayer la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula Von der Leyen, en la Conferencia Anual sobre Presupuesto.
Von der Leyen esbozó en su discurso las líneas maestras de la propuesta para el Marco Financiero Plurianual (MFP) que la CE presentará oficialmente en julio y que busca, explicó, que el presupuesto sea más coherente con las prioridades comunitarias, llegue más rápida y fácilmente a los beneficiarios y sea más flexible para responder a imprevistos, según recoge la agencia Efe.
La líder comunitaria confirmó que Bruselas prevé tomar como inspiración el enfoque aplicado en el fondo de recuperación, que incluye hitos y objetivos, y que el próximo presupuesto tendrá una «nueva estructura» centrada en «asociaciones nacionales y regionales para inversiones y reformas». Matizó así la idea esbozada en febrero de organizar las cuentas en torno a un «único plan nacional» de gasto, que había sido muy criticada por las autoridades regionales y la Eurocámara, y aseguró que las autoridades locales «deben estar profundamente implicadas en el diseño de reformas e inversiones porque cada territorio tiene sus propias necesidades específicas».
Von der Leyen incidió además en que la Política de Cohesión y la Política Agraria Común, que representan juntas más del 60 % del presupuesto, seguirán teniendo un lugar «central» en las próximas cuentas, aunque se «modernizarán».
Sin embargo, Bruselas prevé fusionar en un único Fondo de Competitividad varios de los programas destinados a este área, en particular los que invierten en sectores estratégicos, de modo que los promotores de proyectos, ya sean empresas, universidades o investigadores, puedan acceder a los fondos usando una única vía y con reglas estandarizadas.
Von der Leyen incidió en que el presupuesto debe ser «sencillo de entender» y de «utilizar» puesto que a día de hoy «muchas empresas sencillamente no se molestan en solicitar fondos europeos porque es demasiado complejo, lento y costoso» y se quejan de que tienen que lidiar con un «desconcertante número de programas».
Sin embargo, precisó que el programa de investigación y ciencia, Horizonte Europa, seguirá siendo una partida independiente.
La Comisión Europea quiere además que el presupuesto tenga más flexibilidad para responder ante imprevistos o innovaciones, ya sea el desarrollo de la Inteligencia Artificial o los cada vez más frecuentes fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones o terremotos, frente a la situación actual en la que el 90 % de los fondos están preasignados desde el principio y el margen de flexibilidad apenas representa un 4 % de los mismos.
«El próximo presupuesto tiene que ser menos rígido, Debe equilibrar las inversiones a largo plazo con la capacidad de adaptarse a nuevas realidades y también ser capaz de actuar como fuerza de respuesta ante emergencias», dijo Von der Leyen.
Asimismo, Bruselas está trabajando en propuestas para crear nuevas fuentes de ingresos propios para el presupuesto comunitario ya que a partir de 2027 los Estados deberán devolver la deuda emitida para el fondo de recuperación Next Generation y «está claro que los presupuesto nacionales solos no pueden llevarse la peor parte», añadió.
El actual MFP está dotado con algo más de un billón de euros, el equivalente al 1 % de la renta nacional bruta de los Veintisiete, y se financia sobre todo con las contribuciones de los Estados miembro y con algunos ingresos propios, como los derechos de aduana.