Los escondites de la droga detectados en Galicia: desde pieles de bovino a bananas, latas de carne o inhaladores
GALICIA

No son pocos los casos en los que los cuerpos de seguridad detectaron en la comunidad otros modos de transporte de estupefacientes más creativos que los habituales
05 sep 2025 . Actualizado a las 17:41 h.En mochilas y maletas cargadas en vehículos; en dobles fondos de contenedores, a través del método del «gancho ciego», o escondida en la ropa interior o el interior del cuerpo de las llamadas mulas. Son los modus operandi habituales. Sin embargo, otros criminales discurren formas más creativas para realizar esta actividad delictiva.
El último de estos casos es el de una organización con ramificaciones en Arousa que ocultaba los alijos en envíos legales de piel de bovino procedente de Sudamérica. La llamada operación Olimpia ha resultado en una decena de detenciones en todo el país entre el miércoles y el jueves, aunque la mitad de ellas han sido en O Salnés.
Entre el carbón
Hace apenas unos meses, se rescató un caso similar sucedido en el 2014, pero, en este caso, con la droga oculta entre piedras de carbón. Uno de los investigados por esta trama, que se desveló después de que la Guardia Civil descubriese un cargamento de 390 kilos de cocaína en un contenedor localizado en el parque empresarial de Ordes, era el dueño de la mina asturiana en la que fallecieron cinco trabajadores en marzo de este año. Los estupefacientes habían sido repartidos en 955 pequeños envoltorios plastificados, revestidos en polvo y rocas trituradas de carbón para camuflarlos en las 3,2 toneladas de este material.
Con un método similar fueron decomisados, en el 2016, 139 kilos de cocaína en un contenedor procedente de Paraguay, dentro de sacos de carbón vegetal que había comprado una maderera de Lousame. Y entre el carbón también llegaron a Ferrol dos mochilas con el mismo tipo de estupefaciente a bordo de un barco atracado en el puerto exterior en el 2023. La tripulación del navío había advertido de la presencia de un extraño en la cubierta, que posteriormente se dio a la fuga.
Entre bananas y dentro de latas de carne y quesos
Otro de los más sonados sucedió en Vigo el año pasado. En el puerto de la ciudad olívica fueron decomisados en diciembre unos 520 kilos de cocaína, que fueron detectados en un escáner después de llegar desde Colombia escondidos en el suelo de un contenedor de plátanos. Las autoridades de Aduanas necesitaron herramientas especiales para taladrar la estructura y acceder al cargamento ilegal. El año anterior ya había sido intervenido en el país sudamericano un envío con el mismo procedimiento y destino. Y más atrás en el tiempo, en el 2011, también fueron intervenidos 113 kilos de la misma sustancia en una nave del polígono coruñés de A Grela, aunque, en este caso, eran las propias bananas las que contenían la droga. Era fruta falsa, de PVC, y que viajaban entre cajas de bananas reales.
También entre comida, pero esta vez en dobles fondos de hasta 48 latas de picadillo, fueron decomisados cuatro kilos de cocaína en mayo de este año. El alijo procedía de Paraguay y su destino era Ferrol, aunque fue detectado en la Aduana de Madrid. El paquete que contenía la droga escondida había sido enviado por mensajería. Daniel Jove, fiscal jefe de Ferrol, definió el envío de estupefacientes por correo como uno de esos «supuestos excepcionales», como los de aquellas personas que transportan pequeñas cantidades en transporte público, como el tren o el autobús.
Agentes de las fuerzas de seguridad destinados en las comarcas de Bergantiños, Soneira y Fisterra también afirmaron el año pasado a La Voz que tienen constancia de casos en los que los traficantes ocultaban la droga dentro de quesos o embutidos. Una vez introducido el cargamento ilegal dentro de los mismos, estos se cerraban bien y eran envasados de nuevo. Era el modo en el que ocultaba sus envíos un grupo criminal que operaba desde la Costa da Morte, desmantelado en enero del año pasado, y que transportaban la mercancía en taxi hacia Suiza.
Modificaciones en vehículos
Es habitual que los cuerpos de seguridad decomisen droga en vehículos, detenidos en controles de carretera. En muchos casos, simplemente transportados en el maletero, pero en otros casos, los delincuentes van más allá. En abril del 2016 se intervinieron en Tui 56 kilos de heroína procedentes de los Países Bajos, que por entonces eran la mayor aprehensión del año en Europa. La droga iba oculta dentro de la carrocería de un Porsche Cayenne blanco, repartida en 54 paquetes por todo el coche.
Ocultos también mediante la modificación de un vehículo, se hallaron hasta 150 kilos de cocaína en Vigo este abril, que se encontraban en la toma de mar del casco de un portacontenedores atracado en el puerto de la ciudad pontevedresa. Fue necesaria la intervención de varios buzos de la Policía Nacional para abrir una trampilla en el cobre del barco para retirar los cinco bolsones en los que se encontraban los estupefacientes.
En bombonas, baterías o inhaladores
Y también a través del mar viajaban en el 2015 96 kilos de cocaína en un velero con destino a Galicia. Fue abordado a unas mil millas de las islas Azores, cuando pretendía hacer parada en Gran Canaria antes de proseguir su trayecto, y la Policía Nacional y la Guardia Civil encontraron la droga oculta en siete baterías de la marca Wetus y dos bombonas de gas.
Otra de las formas de camuflaje detectada en la comunidad fue dentro de dos inhaladores. En estos dispositivos, dentro del cajón ciego de un mueble, mantenían ocultas 26 bolsitas con cocaína y una con MDMA, que ponía a la venta un barbero de Rianxo. La Guardia Civil de Boiro detectó la droga tras registrar su negocio en el 2022. Y también para su venta, un recluso escondía droga en la suela de su zapatilla izquierda para distribuirla dentro de la prisión de Teixeiro. Tras detectarlo en mayo, fue condenado a 21 meses más de cárcel.