Rafa y Maribel, 60 y 55 años: «Con la edad, el sexo es pleno. Te relajas a tope. No es un problema la cantidad»

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ADRIÁN BAÚLDE

A partir de esa edad se vive una segunda juventud. Eso es lo que opina esta pareja que nos cuenta el secreto de su felicidad. «Me siento muchísimo mejor y más realizada sexualmente que antes», dice ella

25 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El amor que Rafa y Maribel se tienen traspasa fronteras. Solo hay que estar con ellos unos minutos para darse cuenta de lo felices que son. Ella se ríe del desparpajo de Rafa. Y él disfruta haciendo bromas para que ella se ría. ¿Hay algo más bonito? Rafa lleva el buen humor de serie. Aunque también la vida le ha enseñado a disfrutar de los buenos momentos, porque en desgracias tiene cum laude, pero también en arrojo. «Me quedé viudo con cuarenta y pocos años y tres hijas», dice. Una situación que implica muchísimo dolor y esfuerzo, pero también valentía. «Entonces, mis hijas eran pequeñas. De un viernes para un lunes, a mi mujer le diagnosticaron cáncer de mama. Fue brutal. Duró tres años y pico, y aguantó, como decía ella, para dejarle algo a las niñas. Participó en un programa pionero. Creía que la investigación era lo único que podía dejar al mundo. Me cambió la vida. Fue un proceso difícil, pero mucho peor para mi mujer», cuenta, sin querer recrearse en el victimismo: «Fue una situación muy dura, pero no más que la que tiene el que está aquí al lado o el otro... Hay para todos».

A partir del fallecimiento de su mujer, Rafa se dedicó en cuerpo y alma a la crianza de sus hijas, pero el amor llamó a su puerta sin pretenderlo. «Yo lo conocía de vista, porque, claro, quién no conoce a Rafa en Pontevedra. En ese momento yo ya estaba separada y también en plena crianza de mis dos hijas, de 8 y 10 años. Pero vivía una etapa de bajón, dedicada exclusivamente a las niñas. Un día una amiga me dijo que su pareja estaba en las murgas de carnaval y que si me animaba e iba con ella. Y fui. Al acabar salimos a cenar y me lo presentaron», comenta Maribel. Porque, claro, no se entienden los carnavales de Pontevedra sin Rafa. «Nada más conocernos, él estuvo ya toda la noche metiéndose conmigo. Y a los días recibí un mensaje en el que me invitaban a cenar. Como yo no tenía nada con nadie, ni tampoco tenía su teléfono, pensé que se habían equivocado. Pero después me acordé de él. De esto ya había pasado a lo mejor un mes. Y le pregunté a un amigo que me confirmase si el teléfono de Rafa era el que yo le mandaba. Me dijo que sí, entonces ahí ya le contesté y empezamos a hablar mucho por teléfono», relata Maribel. De esto hace ya 15 años.

Así empezaron su historia, pero en los amores tardíos también hay mucha pasión. Y de eso hablamos con ellos, de cómo se vive la sexualidad en las diferentes etapas de la vida. Por eso, les preguntamos si creen que en esta edad, con 55 y 60 años, es más satisfactorio que cuando eran más jóvenes. Y ninguno de los dos tiene morriña de lo que tuvieron y de lo que ya no tienen. Más bien todo lo contrario: «Es distinto, pero está muy bien», dicen. «Cuando empecé con Rafa lo viví fantástico, porque siempre era fiesta. Cada uno residíamos en nuestra casa, porque teníamos que criar a nuestras hijas, y luego, cuando estábamos juntos, era una burbuja total. Era nuestro momento, el rato que teníamos para disfrutar y era genial. Todo maravilloso. Y sigue siendo maravilloso», aclara Maribel.

«Ahora vale más lo emocional. Yo soy supertradicional en eso. Uno no puede decir nada de sí mismo y más en este terreno, pero me considero una persona muy afortunada. Y ya no es que no sea promiscuo, es que, aunque quiera tampoco puedo serlo, como decía también un amigo mío», comenta Rafa. «A partir de los 60 se vive una segunda juventud sexual. Prima más la calidad y se disfruta más. Por todo, por las ganas, porque hay una comunicación muy explícita», remarca. «Yo me siento muchísimo mejor y más realizada sexualmente que antes», interrumpe Maribel. «También tengo que decir que soy una persona más de sentimientos. Por ejemplo, no concibo el sexo sin amor. Pero eso ya es un tema personal mío», insiste. «A mí me da igual con amor o sin amor, yo lo que quiero es sexo con humor», apunta bromista Rafa, mientras Maribel no deja de disfrutar y escandalizarse a la vez con las ocurrencias de él. «Con la edad, el sexo es pleno. Te relajas a tope. No es un problema la cantidad ni la intensidad. No tienes que demostrar nada», dice Rafa, pero que también suscribe Maribel. Porque ni siquiera la llegada de la menopausia le afectó a la hora de seguir disfrutando: «Es como con la regla. Tienes que acostumbrarte. No es que te baje la libido, es que no te sientes bien con tu cuerpo, no te ves tan sexi. Ese es el principal problema, más que la falta de ganas».

Rafa reconoce que los años no pasan en balde, pero tampoco le preocupa. Ni siquiera ha valorado usar la conocida como pastilla azul: «Hay gente muy joven que la toma, gente de cuarenta y pico. El día que la tenga que tomarla tampoco me preocuparía hacerlo, lo único es por si me hace daño».

Hace ya años que esta pareja decidió irse a vivir juntos. «Somos Los Serrano», bromean los dos. Y cuentan que el hecho de haber unido a sus familias no les ha afectado en su vida sexual, aunque Maribel es mucho más cuidadosa: «Yo soy más pudorosa, sobre todo si están ellas en casa». También cuenta que con sus hijas siempre ha hablado de sexo, sobre todo, en la adolescencia. Y reconoce que tampoco tendría problema en hablarlo ahora con ellas, pero percibe también cierto pudor: «Yo a mis hijas les hablé mucho, para educarlas también. Y ahora que son mayores, me cuentan. Pero de mí, prefieren no saber. A veces, les suelto una picada en plan broma y siempre me dicen que no les detalle nada», dice también en broma.

Ambos consideran que ahora es mucho más fácil hablar de estos temas con cualquiera y, además, hacerlo de una forma más natural, como debería haber sido siempre. «La gente está más liberada y les gusta hablar de ello. Nos hemos quitado esa losa de que era pecado. Yo crecí con la idea de que era un pecado y ahora, afortunadamente, ya no hay nada de eso», dice Maribel.

Y vamos a la pregunta del millón, ¿se ven con 80 años siendo activos? La respuesta es unánime: «Sí, claro que sí. Nos vemos riéndonos en la cama, practicando un sexo menor, pero de otra manera. Acariciándonos y esas cosas. Un sexo diferente y sin asumir grandes riesgos. Porque justamente lo mejor del sexo es disfrutar de todo lo que conlleva: las caricias, los abrazos, los besos... y del momento de después también, que es muy bonito», cuentan. Claro que sí, que no falte la pasión. Y a esta pareja les sale a borbotones. ¡Felicidades!