Bocata de helado a la siciliana

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Aroa Pombo

Los italianos de Framenti acercan a Vigo el plato del verano

12 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Los veranos a más de 42 grados se mitigan en el sur de Italia sin miramientos, por las bravas: bocata de helado en pan brioche para refrescarse también por dentro, y no de merienda, sino como plato del día. El famoso tentempié siciliano ya está en Vigo de la mano de dos oriundos del país transalpino. Paola Fusco y Alessio di Lorenzo son los emprendedores que están detrás de esta novedad gastronómica que han incorporado a su recién estrenada heladería, Framenti, la hermana pequeña y veraniega de su primer negocio, la pastelería y panadería Fermentum.

La pareja se asentó hace tres años en Vigo con este establecimiento que va viento en popa con vistas a la ría y al olivo centenario de Vigo. Hace menos de un mes abrieron las puertas de esta nueva aventura aprovechando que había quedado vacío el local contiguo. Una lámina enmarcada apoyada en un rincón del local recuerda a su antiguo inquilino, el pionero de los tatuajes Costa Oeste. Los símbolos dibujados sobre la piel han sido sustituidos por la destreza con las manos de Paola y Alessio, pero aplicada a las cosas de comer.

Como cuenta la joven napolitana, «la elaboración de helados era algo que nosotros hemos estudiado en nuestra formación en hostelería y era algo que queríamos hacer. Al surgir la oportunidad del local pensamos que era el momento», explica añadiendo que son conscientes de que en Vigo «hay otras heladerías muy buenas, que obviamente ofrecen los sabores a lo que el público de aquí está acostumbrado y creo que esto está super bién, pero nosotros queremos hacer también aquí el helado italiano, el mismo que se vendería en Italia, básicamente», asegura. Eso en cuanto a la parte fría del producto. Respecto al envoltorio sí hay diferencia. Si en casi todo el mundo los helados se suelen tomar o en tarrina o en conos de galleta, en Sicilia no se andan con pamplinas y han inventado el bocadillo de helado: «Es típico siciliano, sustituye una comida, en verano los sicilianos comen así muchísimo», asegura Alessio, que es de la isla.

Paola avanza que no será la única importación. «Para el año que viene queremos tener también el desayuno típico siciliano, que es el brioche con granizado de almendras».

Los responsables de Framenti también están empeñados en diferenciarse con los sabores verdaderos, sobre todo los de la fruta. «Es algo en lo que estamos trabajando mucho, que el sabor se sienta, que sea intenso pero no pesado, sobre todo, y ofrecer opciones para todo el mundo. Tenemos 16 sabores y de estos, ocho de ellos siempre serán veganos. Algunos los vamos cambiando, probando, viendo qué es lo que a la gente le está gustando más, pero los clásicos sí que los tenemos siempre, como puede ser la fresa, el pistacho, la avellana o el chocolate. Luego, hacemos el sabor del día y experimentamos con algunas mezclas, como el de coco, lima y chocolate», cuentan. Paola y Alessio están muy sorprendidos con el éxito de un sabor muy italiano, el de fior di latte, que es muy parecido al de nata. «Pensaba que lo tendríamos que retirar pronto, pero a la clientela le encanta», reconoce ella. Alessio está muy orgulloso del resultado de la crema pastelera, un sabor habitual en la pastelería, pero inusual en las heladerías. Lo que tienen claro es que no van a hacer nunca variedades de sabores de productos industriales, como el de Pantera Rosa, galleta Lotus o Kinder.

Como mucho, alguno que se parezca, por ejemplo, al de Lotus, porque es una galleta que lleva canela, pero nosotros no usamos preparados ni en la heladería ni en la pastelería o en la panadería, todos los procesos los hacemos en nuestro obrador de forma artesana», subrayan.

El Gran Hermano pastelero

La pareja llegó a Vigo por Alessio. «La mujer de mi hermano es de Vigo, se mudó aquí en el 2016, hace nueve años, y yo le seguí», explica. Los dos se han formado en escuelas de pastelería en Italia y han hecho prácticas en numerosos establecimientos del país hasta abrir su primer negocio propio en Vigo. Entre las escuelas destacan su paso por una que es una especie de Gran Hermano de la repostería y la panadería: «Si te aceptan tienes que pasar seis meses sin salir de la escuela, durmiendo allí y haciendo una convivencia en el aprendizaje tal y como si ya fueras un profesional, levantándote, por ejemplo a las 4 de la mañana. Es útil porque hay gente que no se da cuenta hasta que llega a la vida real», sopesan.

Paola se formó en la Universitá del Caffé de la marca Illy, y ha trabajado en Bolonia con el pastelero Gino Fabbri, campeón del mundo de pastelería en 2015. Di Lorenzo, de familia de pasteleros, se formó en la escuela Alma, del reputado Gualtiero Marchesi y ha trabajado en Beverara, local boloñés que acumula numerosos premios.