Deva Bermejo, cedida por el Joventut, no dudó cuando surgió la opción de Vigo
28 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Deva Bermejo (Barcelona, 2004) fue la máxima anotadora del Celta de baloncesto en la séptima victoria consecutiva que lograron las de Cristina Cantero el pasado domingo. Cedida en Vigo por el Joventut, su elección del equipo celeste no es algo casual. «Es un club que siempre me había gustado, que hace tiempo que tenía en mente y era algo que había comentado con mis padres. Cuando me ofrecieron esta oportunidad, no me lo pensé dos veces», asegura la joven base catalana.
Esa impresión tan positiva que tenía desde fuera venía, en gran parte, de las veces que había sido visitante en Navia. «Cuando había venido a jugar contra ellas, había visto el ambiente del pabellón, el público. Aparte, me habían hablado muy bien del trato que dan a las jugadoras, de que es un equipo muy familiar. Me apetecía mucho venir», cuenta. Conoce jugadoras que vistieron de celeste, aunque de las actuales, solo había coincidido con Diana Cabrera —el curso pasado, en Cáceres—, pero ambas son nuevas en Vigo.
La experiencia para Bermejo está siendo «muy positiva». «Estoy adaptándome al juego de Cris (Cantero), a lo que nos pide, e intentando mejorar cada día un poquito. Poco a poco, van saliendo las cosas», valora. Y celebra que esas expectativas que tenía se están cumpliendo con creces, también en lo que a la experiencia de jugar como local en Navia se refiere. «Vivir el himno —Oliveira dos cen anos— ponía la piel de gallina como visitante, imagínate sentirlo a favor. Estoy súper agradecida a cómo se vuelca la gente con nosotras. Es increíble poder tener un pabellón y una afición como estos», afirma.
Pasadas las primeras semanas, Bermejo se ve «ya adaptada, cada día más». En lo que se refiere al modelo de juego y también a su vida en Vigo, donde comparte piso con su compañera de equipo y de puesto Carlota Menéndez «cerca de la playa», algo por lo que está especialmente feliz. «Estoy muy cómoda y muy contenta, tanto con el staff como con las compañeras», señala. Y compaginando el baloncesto con sus estudios online en la Universidad de La Rioja de Educación Primaria.
Pese a su juventud, ya es su segunda experiencia fuera de casa, algo que no es problema para ella. «Cuando era más pequeña, me costaban estos cambios, pero ya tenía ganas de salir de casa una temporada entera y está yendo muy bien», celebra. También en lo deportivo, donde viene de ser la jugadora más destacada frente al Lima Horta. «Es verdad que estuve especialmente acertada en este partido y estoy muy contenta de poder aportar todo de mi parte y ayudar a la victoria del equipo. Jugando con las compañeras me siento muy cómoda», subraya.
Se ha incorporado a un equipo que viene de competir las dos campañas anteriores en la máxima categoría y que se ha marcado de forma clara el objetivo del ascenso. «Es verdad que es una aspiración que tenemos y está ahí, no voy a decir que no. Pero tampoco nos presionamos, vamos partido a partido, que es la mejor forma, y estando juntas, creo que irán saliendo las cosas», vaticina.
Son un equipo completamente nuevo, con Sara Vidal, la capitana, como única superviviente. «Además, somos un bloque muy joven y no sabía cómo iba a ir, pero viendo cómo trabajábamos en pretemporada, tenía claro que los partidos, lucharlos los íbamos a luchar, que es lo importante», analiza. Así, ve al equipo «dando pasos adelante» y cree que eso es lo que les está «haciendo ir por el buen camino».
La catalana habla maravillas de su entrenadora, Cristina Cantero, con la que dice que se trabaja «súper bien». «La conocía de las selecciones. No llevaba mi generación, pero sí que habíamos coincidido, sabía cómo era y estoy súper contenta de tenerla como entrenadora», expresa. Ella es cedida, pero eso no la condiciona como céltica en su presente. «Mi cabeza está aquí, en el Celta, en aportar lo máximo que pueda. Estoy muy centrada y no pienso en nada más», argumenta.
Bermejo es hermana del canterano del Espanyol Álex Bermejo, actual jugador del Debrecen búlgaro y confiesa que en su infancia, a ella también le llamaba la atención el fútbol. «Es lo que he vivido en casa desde pequeña, pero mi madre quería cambiar, me dijo que probara el baloncesto a ver si me gustaba, que mi tía y mi tío lo habían hecho. Me encantó y ya no he dejado de jugarlo», relata. Ahora, en Vigo, donde está encantada: «Estoy súper agradecida con la afición y con el club por cómo nos cuidan».