Gabriel Marcelli: «Ahora Toni Bou me verá más como un rival que le puede robar victorias»
VIGO

El piloto de O Rosal siente que ha «roto un hechizo» al quedar por primera vez por delante del dominador de la disciplina en una prueba del Mundial tras estar a punto en varias ocasiones
16 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Gabriel Marcelli (O Rosal, 1999) ya sabe lo que es ganar una prueba del Mundial de Trial. Hacía mucho que lo había marcado como objetivo y había vivido lo que era quedarse a las puertas, siempre con su compañero de equipo Toni Bou por delante. El domingo, fue el día, y ahora, quiere más. Siente haber roto un hechizo.
—¿Ha asimilado ya su primer triunfo en el Mundial?
—Estoy en proceso. Llevo un montón e años ahí, varios ya en TrialGP, año a año, paso a paso. Me iba a cercando y no llegaba. En estos últimos años, había estado muy cerca en muchas ocasiones y siempre, por H o por B, se me acababa escapando; si no era por una cosa, era por otra, incluso en carreras empatadas. Y por fin me pude sacar la espinita.
—¿Qué marcó la diferencia para que esta vez sí? Por lo que decía, pequeños detalles.
—Exacto. Es simplemente el destino o la suerte que decide que hoy sí toca. Muchas veces estuve tan cerca que pensaba que lo conseguía y en las últimas zonas, pasaba algo y se me escapaba. Esta vez, todo fue bien, sin cosas raras. Estuve muy concentrado toda la carrera. Creo que, mentalmente, esto me puede ayudar para las próximas carreras, creérmelo un poco más, confiar un poco más en mí e incluso dar otro pasito.
—Además, después de la prueba del sábado, no estaba contento.
—Me notaba bien encima de la moto, pero tuve mala suerte e hice tercero, pero sabiendo que lo podía hacer bastante mejor. El domingo, las zonas se secaron más, y así se me suelen dar mejor. Entre eso y el saber que hubo muchos errores que cometí el sábado y se juntó con mala suerte que me perjudicó, sabía que el domingo iría mejor.
—Pero con esos precedentes, no pensaría que sería el día…
—La verdad es que no (risas). Pero siempre sales a competir con el objetivo de hacer ceros y luchar por la victoria. Contra Toni Bou, es súper difícil, da un nivel altísimo, apenas falla. También es verdad que al acabar el trial del sábado le dije al equipo que creía que habíamos gastado toda la mala suerte y que tenía que ir mucho mejor el día siguiente.
—Y retrasó el nuevo título de Bou. ¿Qué le dijo él?
—Con puntuar el primer día del último trial, se llevará el título, así que está tranquilo y se alegra un montó de que, de no ganar él, la victoria fuera para su compañero. Él sabe que hace mucho tiempo que ando detrás de esta primera victoria, lo primero que hizo fue darme un buen abrazo. Creo que ahora Toni me verá más como un rival que le puede robar victorias y eso puede darle más emoción al campeonato.
—¿Lo siente o él se lo transmite?
—Las dos cosas. Me veía como una amenaza en las carreras, pero como nunca lo había conseguido en el global, me veía como un rival directo pero sin que se hubiera materializado. Ahora creo que tendrá más en cuenta.
—¿Y usted desde cuando lo ve a él como un rival batible en cierta medida?
—Veía que se podía, sentía que sí, pero era como que el destino, por algún motivo, decía que no era el momento, por una cosa o por otra, y acababa ganando él. En esta carrera, tenía la sensación de que iba a pasar lo mismo, por eso creo que me puede ayudar a nivel de confianza. Es como haber roto el hechizo.
«No sé si será un antes y un después, pero sí me dará más confianza»
Marcelli cree que la victoria en Estados Unidos va a marcar un punto de inflexión para él en cuanto al factor mental. Partiendo de que la primera es muy especial, avisa de que quiere más.
—¿Cómo se siente en el momento en que tiene la certeza de que esta vez sí?
—Por suerte, en la zona 11, la penúltima, justo antes de acabar el trial, me dijeron los puntos que llevaba y lo que tenía que hacer para poder llevarme la victoria. Entonces, digamos que no me lo tuve que jugar en la última zona, sino que llegué con un margen de puntos, un pequeño comodín que incluso me permitía liarla en alguna zona, podía hacer algún cinco, que no pasaba nada. Tenía otra oportunidad en la siguiente zona, pero quería intentar no tener que jugármelo todo en la última. Era una zona un poco complicadita, pero que se podía hacer, y la saqué justo con un punto. Además, después, Jaime (Busto) echó otro pie y aún tuve un poco más de margen. Fue perfecto para poder llegar a la última zona con ya la victoria conseguida y poder disfrutar. Estaba muy contento.
—¿Cómo se controlan los nervios en esos momentos, pese a tener cierto margen?
—En las dos o tres últimas zonas, estaba nervioso y cansando mentalmente de mantener la concentración todo el día. Se me estaba haciendo un poco cuesta arriba y ya tenía experiencia de estar liderado la carrera hasta las últimas zonas y acabarla liando. Así que, al mismo tiempo lo veía y cerca y posible pero algo dentro de mí pensaba: “La liaré o pasará algo y otra vez se me escapará”. Me temblaban las piernas pensando: “No cometas errores, no cometas errores, que tiene que ser el día”. Lo hice, seguí yendo fino y no me jugaron una mala pasada.
—¿Qué tal lleva el factor psicológico, con la aparición de esos pensamientos de que iba a salir mal?
—En general, bien, pero es cierto que en el campeonato de España estoy más acostumbrado a ganar carreras y lo llevo mejor. En el Mundial, no me había visto en esa situación y ya se me había escapado muchas veces. Así que, no voy a mentir, en esas últimas zonas lo estaba pasando mal, también con calambres, que te pueden hacer no acabar la zona o hacer un cinco. Aun así, conseguí mantener la concentración y el equipo me ayudó un montón a relajarme.
—¿Tiene la sensación de que esto puede ser un antes y un después?
—Me ayudará a tener más confianza, sin duda. Mentalmente, esta victoria hace que tenga ese punto extra de confianza en mí al haberme sacado esa espinita. Obviamente, quiero conseguir muchas más victorias, pero la primera es muy especial y creo que hará que pueda llevar mejor la presión de ir liderando una carrera. Así que no digo que sea un antes y un después, pero sí creo que me dará tranquilidad cuando me vea ahí y me ayudará.
—El Mundial está llegando a su fin. ¿Qué balance hace
—Está siendo una buena temporada, a pesar de que tuvimos problemas mecánicos, por ejemplo, en Portugal que hicieron que casi no pudiera acabar y estuviera por detrás en la clasificación. Me condicionó bastante en la general, para luchar por el subcampeonato, pero pese a ello, está siendo positiva. He aprendido y madurado, tanto Toni como Jaime están a un nivel muy alto, nunca aflojan y no te lo ponen fácil. Pero estoy contento y más después de esta primera victoria, que era uno de mis objetivos. Lo he podido borrar de la checklist de cosas por hacer.
—¿De quién se acordó en especial al ganar?
—De mi equipo, se la dedico a ellos porque hicieron un trabajo muy bueno. De sábado a domingo, nos reunimos, porque como decía, el sábado no quedé contento con la carrera. Hablamos sobre ello, sobre qué teníamos que cambiar. Nos sentamos a exponer lo que habíamos visto, lo que se tenía que corregir y mejorar. Y el domingo todos dimos un paso adelante, es mérito de todos.
—La temporada pasada había tenido problemas físicos continuados. ¿Cómo se ha sentido este año en ese aspecto?
—Bastante bien, con alguna molestia, algún dolor en la rodilla de vez en cuando, pero en general, estoy haciendo una temporada limpia de lesiones. Cuando las tienes, siempre te van mermando y hacen que no disfrutes tanto de entrenar ni de competir y que no puedas hacerlo al mismo nivel.
—Y ahora se queda unos días en Nueva York. ¿Es tiempo de vacaciones?
—Sí, aprovechando el viaje. Ya vinimos la semana anterior aprovechando la carrera y estuvimos en Chicago con Jorge Prado. Fuimos Toni y yo a hacer una exhibición y aprovechamos también para estar con los pilotos de Honda y también con Jorge, para preguntarle cómo está viviendo allí, el campeonato y todo eso. Llevo aquí diez días y me quedan algunos más para aprovechar como vacaciones.