Más áreas protegidas y menos pesca de fondo en el Pacto de los Océanos
PESCA Y MARISQUEO

La Comisión Europea aparca el cobro de tasas por CO2 a la flota pesquera
06 jun 2025 . Actualizado a las 04:46 h.«No es un mensaje en una botella, sino un plan de acción concreto», declaró Costas Kadis, comisario de Pesca y Océanos, en la presentación de un Pacto Europeo de los Océanos que pretende promover «una pesca saludable, una economía azul competitiva y comunidades costeras prósperas». Dentro del «enfoque holístico» y ecosistémico de la gestión y usos de los 25 millones de kilómetros de las aguas económicas exclusivas de la UE, la Comisión Europea aspira a «eliminar gradualmente la pesca de fondo» en las áreas marinas protegidas hasta el 2030. Serán más que las actuales (12,3 %) porque ese año quiere que estén ampliadas al 30 % de los mares y océanos comunitarios, con un 10 % «estrictamente protegido». «Jurídicamente vinculante» es el deber de restaurar en el 2030 al menos el 20 % de las zonas marinas, un proceso que obliga a los Estados a presentar en el 2026 planes para cumplir ese objetivo. Además, Bruselas compromete apoyo a la pesca y a la acuicultura, «vitales para el suministro de alimentos y la seguridad alimentaria».
La Comisión ha retirado la idea de «expansión a otras actividades marítimas, como las de pesca», del Sistema de Comercio de Derechos de Emisión (ETS), que ya grava el 40 % del CO2 que generan mercantes y cruceros de más de 5.000 toneladas de arqueo bruto. Con todo, al decir que «ahora cubre las emisiones del transporte marítimo», no excluye el futuro cobro de esa tasa a la pesca.
«Esta estrategia integral protegerá el océano y promoverá una economía azul sostenible», sostuvo sobre el pacto Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión. «Empoderará a las comunidades costeras (...) para aprovechar al máximo el potencial de nuestro océano y crear un futuro más próspero para todos», dijo Raffaele Fito, vicepresidente ejecutivo de Cohesión y Reformas.
Por la soberanía alimentaria
En lo que concierne a la pesca, llama la atención que otro objetivo vinculante del Pacto de los Océanos presentado en Bruselas este 5 de mayo del 2025 sea el de alcanzar el «rendimiento máximo sostenible para todas las poblaciones de peces para el 2020».
Instando a los Estados a «intensificar esfuerzos» para ampliar las áreas marinas protegidas, la Comisión requiere planes de gestión para cada una, elaborados «con base científica y con la participación de todos los actores locales, incluidos los pescadores». Además, «deberían incluir la identificación, caso por caso, de las técnicas de pesca compatibles con la conservación de las especies y hábitats».
En un contexto de «cambio climático, contaminación y sobreexplotación de los recursos marinos», agravado por las tensiones geopolíticas «que socavan la cooperación internacional», la Comisión reconoce en este documento político que sus pescadores, sus acuicultores y su sector transformador son clave en una UE que importa de países terceros siete de cada diez pescados que consume.
Siempre con un enfoque ecosistémico, para que «mejoren su competitividad y resiliencia y garanticen un suministro estable al mercado» comunitario, propondrá medidas para descarbonizar y modernizar su flota, para «priorizar el apoyo a la pesca artesanal» en la asignación de cuotas, para impulsar los cultivos marinos y para aumentar la producción de algas. Otro objetivo vinculante es el de «prevenir y mitigar el impacto adverso de las especies exóticas invasoras».
Proteger el mercado de la UE
Cuando el consumo de pescados marca mínimos históricos y los comunitarios compite en desventaja con los de importación, la Comisión anuncia una campaña «sobre los beneficios y el valor añadido de los producidos en la UE». Además de intentar que no sigan beneficiándose de la exención de aranceles productos menos sostenibles que los europeos, se encomienda al control digital Catch (obligatorio desde el próximo enero) para «proteger el mercado de la UE» de alimentos marinos de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.
Ante la irrupción de elaborados veganos que imitan al pescado y de productos de origen incierto, «valorará la eficacia de las normas de etiquetado actuales». En evaluación, la «posible revisión» de la política pesquera común atenderá otra demanda del sector, la «de apoyar la dimensión social». Por la igualdad de condiciones, procurará «la plena aplicación» de la retirada de subvenciones nocivas a otras flotas, como las de los combustibles, y que ofrezcan las condiciones sociolaborales marcadas por la normativa internacional.