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Las biotoxinas solo permiten extraer mejillón en unas 525 bateas y cierran al marisqueo la ría de Pontevedra y áreas de Vigo, Arousa, Muros-Noia y Corcubión

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Imagen de archivo de bateas en Lorbé, en la ría de Ares-Betanzos
Imagen de archivo de bateas en Lorbé, en la ría de Ares-Betanzos Kopa

Únicamente se puede recolectar este bivalvo en criaderos de los dos polígonos de la ría de Ares-Betanzos, en uno de A Pobra y en otro de Vilagarcía

20 nov 2025 . Actualizado a las 20:59 h.

Se confirma lo que avanzaba el pasado jueves Covadonga Salgado, directora Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar): el fenómeno natural de la marea roja de toxinas lipolíficas (diarreicas) continúa en proceso ascendente. Si el día 14 aún se podía extraer mejillón en nueve de los 50 polígonos, los cinco en los que era posible hasta este jueves se han reducido a cuatro al haberse cerrado el de Camariñas. Por tanto, solo se puede recolectar este bivalvo en los dos de la ría de Ares-Betanzos, en uno de A Pobra y en otro de Vilagarcía. Para garantizar la salubridad de todos los mejillones gallegos que llegan al mercado, el 20 de noviembre continúan cerrados casi nueve de cada diez criaderos flotantes.

Solo se permite comercializar Mytilus galloprovincialis cultivado en las 105 bateas de Ares-Betanzos, en las 220 de uno de los seis polígonos de A Pobra do Caramiñal y en las 200 de uno de los tres de Vilagarcía. Alrededor de 525 criaderos, el 16 % de los 3.150 que se extienden por esas zonas y otras de la ría de Arousa, así como de las de Vigo, Pontevedra, Muros-Noia y Baiona.

Las toxinas diarreicas no afectaban este lunes a ninguno de los parques de cultivos de ostra, pero sí a los moluscos infaunales (almeja, berberecho, navaja o longueirón) en las siete zonas de extracción de la ría de Pontevedra, en cinco de las seis de Vigo, en dos de Arousa, en dos de Muros-Noia y en la de Corcubión, según el informe publicado por el Intecmar este 20 de noviembre.

«No hemos llegado a la cima del episodio en cuanto a fitoplancton tóxico», explicaba el jueves Covadonga Salgado. En ese momento «se podría empezar a notar un descenso de la toxicidad, porque las toxinas se van metabolizando, se van degradando y los moluscos se autodesintoxican de manera natural y vuelven a ser aptos para el consumo», comentaba. Como siempre, el Intecmar, organismo de la Consellería do Mar, continúa controlando una o dos veces cada día el estado de las zonas donde se cría mejillón. Una garantía sanitaria para todo el que se comercializa por los cauces legales.