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Albo impulsa la formación para abordar el relevo generacional y extender la tradición conservera

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

SOMOS MAR

ALBO

La histórica compañía advierte dificultades para reclutar y seleccionar mano de obra cualificada y suplir las jubilaciones

31 jul 2025 . Actualizado a las 08:15 h.

Pocas empresas están tan facultadas como Albo para enseñar lo que es la tradición conservera. Desde su nacimiento en 1869, produciendo anchoas en salazón y escabeches de manera artesanal, hasta el desarrollo de tecnologías digitales en su moderna planta de Salvaterra de Miño, la empresa es una de las marcas más reconocibles del mercado. Hoy, de la mano del grupo chino Shanghai Kaichuang, ha afianzado su presencia en los cinco continentes y es historia viva del sector pesquero. Tras asentarse en O Condado se dispone a impulsar cursos de formación en el área de Vigo entre verano y otoño. Una nueva forma de arraigar en el territorio.

La viguesa Albo quiere extender la tradición industrial conservera en la comarca fronteriza con el río Miño, históricamente más arraigada a otras actividades como la vitivinícola. Es una aspiración derivada de las dificultades que están surgiendo «en el reclutamiento y selección de mano de obra cualificada», explica la empresa. Por eso, quiere establecer dinámicas con las que paliar este complicado ajuste de personal se ha convertido en una cuestión estratégica. El lanzamiento de este programa formativo con compromiso de contratación es uno de los pilares para asegurar la producción en una etapa en que se está jubilando un considerable número de «trabajadores experimentados», describen.

ALBO

Desde la compañía explican que, junto con Salvaterra de Miño, lo están desarrollando de la mano de los centros de desarrollo de los concellos de Ponteareas, Mondariz, As Neves y Salceda de Caselas. En ellos confían la realización de «labores de reclutamiento y el envío de candidaturas». Su colaboración es relevante por su capacidad de difusión en la comarca y su conocimiento de la población, «que facilita el proceso de búsqueda, identificación y atracción de candidatos».

Desde su llegada a la plataforma logística de Salvaterra-As Neves, la histórica conservera ha demostrado capacidad para producir 250.000 latas anuales, pero lo cierto es que la novedosa factoría tiene espacio y las líneas organizadas para alcanzar un millón de unidades. Claro que ello implicaría aumentar el número de trabajadores y por eso quieren alcanzar el relevo generacional con una cartera de talento dispuesta a heredar el oficio.

Las próximas actividades serán el 28 de agosto y el 29 de septiembre. Para estas acciones formativas, la empresa ya cuenta con setenta personas interesadas en participar. «Si el resultado es positivo, abriremos nuevas convocatorias», aseguran. Una actividad parecida fue la que realizaron en el 2020, cuando todavía la factoría de conservas se encontraba en el frente portuario de Beiramar, «y parte del alumnado se pasó a la plantilla de Albo». En esta ocasión, la previsión es incorporar al 60 % del personal apto para el puesto «durante al menos seis meses», especifican.

Oscar Vázquez

La empresa se ha preocupado por prescindir de la experiencia previa en este proyecto y tan solo reclama a los interesados su inscripción en el Servicio Público de Empleo de Galicia. «Además, se trata de una formación compatible con el cobro de la prestación por desempleo», sugiere la parte empleadora. El carácter de esta acción será eminentemente práctico y durante el mismo se enseñarán tareas específicas como la limpieza de túnidos, uno de los segmentos en que la conservera e líder, el eviscerado de cefalópodos, corte de sardina y procesos de empaque.

Además, se mostrará el método de producción de esta factoría de la Plisan, adaptado a los avances tecnológicos y en la que han modernizado los procesos para aprovechar «hasta la última gota de aceite».

En el sector

La enlatadora del grupo asiático Shanghai Kaichuang ha apostado por una alianza con los ayuntamientos para abordar por sí misma un problema enquistado y que afecta a todo el sector. La asociación nacional Anfaco ha calculado que la industria de las latas en Galicia, territorio de referencia a nivel nacional en esta actividad, necesita incorporar en estos momentos a entre 500 y 600 trabajadores para cubrir puestos en las divisiones de producción. La entidad también ha pensado en programas de retorna e integración para dar respuesta a las necesidades.

Desde Albo advierten como motivos de esta situación el surgimiento de ofertas de trabajo en otros sectores que, «en detrimento de los trabajos más manuales —que, sin embargo, tienen mayor demanda—, resultan inicialmente más atractivos».