El terremoto de Kamchatka ha despertado ya a siete volcanes en el Lejano Oriente ruso
SOCIEDAD

Hace casi 300 años que no se registraba tal actividad simultánea
05 ago 2025 . Actualizado a las 19:07 h.Por primera vez en casi 300 años, siete volcanes se encuentran activos al unísono en Kamchatka, en el Lejano Oriente ruso. Despertaron tras el terremoto de magnitud 8,8 que se produjo la semana pasada y que según los científicos rusos causó un desplazamiento de toda la península dos metros hacia el sur respecto a su posición anterior.
Los volcanes Bezimianni, Kambalni, Karimsnki, Kliuchevski, Krashenínikov, Mutnovski y Avachinski no se encontraban activos a la vez desde el año 1737, cuando también se produjo un terremoto en la región, según informaron medios locales.
Es particular el caso del volcán Krashenínikov, que empezó a emitir lava por primera vez desde 1463 y estos días ha expulsado columnas de cenizas de hasta seis kilómetros de altura.
Otro caso que preocupa a los científicos es el de Kambalni, que permaneció inactivo durante varias décadas.
Mientras tanto, el flujo de lava de Kliuchevski alcanza los 3 kilómetros de longitud acercándose al glaciar Bogdánovich, que ya ha comenzado a derretirse.
La actividad volcánica está afectando al turismo regional, donde son populares las excursiones por los volcanes Mutnovski y Avachinski, donde ahora son especialmente peligrosos los temblores y desprendimientos.
El pasado miércoles la península sufrió el terremoto más fuerte de los últimos 70 años, lo que también provocó un tsunami que afectó al litoral Pacífico de esta zona.
Las autoridades rusas advirtieron que se podrían producir réplicas durante al menos un mes.
La filial local del Servicio Geofísico Unificado de la Academia de Ciencias de Rusia informó en Telegram que el sur de Kamchatka se desplazó en casi dos metros al sudeste tras el seísmo.
Parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, Kamchatka cuenta con cerca de 30 volcanes activos de los casi 130 que tiene en total, inscritos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1996.
Además de la alta actividad volcánica, la región sufre constantes terremotos por encontrarse al borde de la placa tectónica norteamericana limitando con la euroasiática, la del Pacífico, y muy próxima a la placa filipina, convirtiéndose en una de las zonas con mayor actividad sísmica del planeta.