Jesús Vázquez, sobre la hipocresía del PP con la ley del matrimonio igualitario: «La recurrís en el Constitucional y cuando perdéis... ¡a casarse!»
SOCIEDAD

«Esa imagen de Mariano Rajoy haciendo los bailecitos en la boda de Maroto... me explota la cabeza», expresó el presentador ferrolano, uno de los primeros famosos en hacer pública su homosexualidad en España
04 jul 2025 . Actualizado a las 18:48 h.Jesús Vázquez no ha dejado títere con cabeza en una de las jornadas conmemorativas en el Congreso del 20.º aniversario del matrimonio igualitario en España. El presentador ferrolano, uno de los primeros famosos en hacer pública su homosexualidad en nuestro país, no ha dudado en evidenciar la hipocresía que vio en su día en el Partido Popular, que intentó tumbar por todos los medios la ley de Zapatero para, posteriormente, valerse sin miramientos de los derechos adquiridos con ella.
«Lo digo con todo el respeto, pero esa imagen de Mariano Rajoy haciendo los bailecitos en la boda de Maroto, después de haber llevado él la ley al Constitucional... Me explota la cabeza», ha expresado con gracia el ferrolano, entre las risas del resto de ponentes y del público del Congreso. «La izquierda trajo el divorcio a nuestro país, y en cuanto se aprueba la ley, a divorciarse todos los del PP», comentó, «y cuando aprobamos lo del matrimonio homosexual, todos los maricones del PP». «¿Pero esto qué es? La recurrís en el Constitucional y cuando perdéis... ¡a casarse!», ironizó, antes de hacer preguntar retóricamente: «¿Entonces para qué la recurrís?».
De hecho, según comenta el presentador, intentó entender el razonamiento de Javier Maroto, miembro del Partido Popular en el momento en el que se recurrió la ley del matrimonio gay al Constitucional. Él también se opuso a la norma, y posteriormente se valió de ella para casarse con su pareja, José Manuel Rodríguez. «Tuve una conversación con él en la que no me aclaró nada», ha comentado Vázquez.
Con todo, Jesús Vázquez no ha querido hacer sangre del asunto, y en todo momento ha hecho sus críticas a las decisiones de la oposición a la ley del matrimonio igualitario con un tono burlesco pero divertido, aunque sin dejar de evidenciar la incoherencia de lo sucedido. «Y luego vas y te casas», dijo, parafraseando el mítico dicho popularizado por José Mota en sus programas de humor.
A punto de cumplir los 60 años, el ferrolano tiene claro que la situación actual, a pesar de la reciente difusión de las ideas reaccionarias de ultraderecha, es mucho mejor que la que tuvo que vivir a lo largo de su vida. «Nací en la época de la dictadura, en el 65. No solo no había referentes, sino que lo único que se decía de la homosexualidad es que era una aberración, un delito, una monstruosidad», lamenta sobre su niñez en Galicia. «De ahí pasas al armario. Es un lugar monstruoso, en el que tienes que disfrazarte de hetero», cuenta. Y su entorno familiar tampoco lo hacía fácil, viniendo como venía de una familia muy conservadora. «Mi padre, que en paz descanse, era coronel, y mi madre era todavía más facha», dijo. Un día, se lo espetó todo de golpe a sus progenitores, sin derecho a réplica, y dejándolos con el tiempo necesario para aceptarlo. Y así lo hicieron.
La salida del armario pública, especialmente con su nueva vocación en el mundo audiovisual, tardó bastante más. A principios de los años 90, cuando trabajaba en la tele, todavía no había manifestado su homosexualidad. «Por recomendación de mis mánagers a hacerme fotos falsas con chicas, y contar que eran mis novias, y que nos llevábamos muy bien», relata, consciente de que, a pesar de los esfuerzos de sus representantes, «eso no se lo creía nadie».
Lo contó al público mucho después, y casi forzado por una situación detestable: el caso Arny, esa «infamia» de la que lo acusaron falsamente. Tras años vagando en un desierto laboral por las duras acusaciones contra él, regresó y vio que era el momento. «Chueca resurgía, me salió trabajo otra vez, y me dije: ¿voy a seguir disfrazándome de hetero?». La respuesta fue no.
Fue portada de la revista ZERO, ataviado como Jesucristo, como representación del calvario que había tenido que vivir en esos últimos años, y, para sorpresa de todos, no hubo apenas polémica. La controversia religiosa fue mínima y su salida del armario, ampliamente aceptada. «Me lancé y me salió la cosa muy bien». Contrariamente a lo que podría parecer, no hubo consecuencias laborales.
Era el año 2000, que parece muy tarde, pero en aquel momento apenas había rostros conocidos que hubieran salido del armario en nuestro país, especialmente con el nivel mediático de Vázquez. Y Miguel Bosé, aunque había salido previamente en la revista ZERO, aunque solo jugando a la ambigüedad.
La reacción sobre la orientación sexual de Jesús Vázquez, que de todas formas ya era un secreto a voces, le trajo sobre todo alegrías por la ayuda que supuso para muchas personas del colectivo, muchos jóvenes que lo inundaron con cartas de agradecimiento por sus declaraciones públicas. «Me escribían y me decían: "Desde que tú has salido del armario, en mi casa ha cambiado el clima, como les caes tan bien y eres tan majo, ahora piensan que porque yo sea gay también puedo ser igual de buena persona"», comenta emocionado. «Solo por eso mereció la pena».
También tuvo sus críticas, como las de muchos progenitores que lo acusaron de «homosexualizar a la gente», y de difundir lo que ellos creían que era una moda de las orientaciones sexuales diferentes a la hetero. «Yo decidí tomarme eso con humor», reconoce.
Fue después cuando llegó la ley del matrimonio homosexual. Zapatero ganó las elecciones en el 2004 y contactó con varias personas del mundo de la cultura y del espectáculo para defender la ley, impulsada por Pedro Zerolo. «Ahí voy a machete, en cada aparición sacaba el tema», dice. Pensaba que iba a ser un camino largo, pero ni mucho menos. Un año después ya estaba aprobada.
Fue poco tiempo, aunque cargado de declaraciones de todo tipo, como aquella de Ana Botella sobre las peras y las manzanas —«Pasará la frase a la historia por lo ridícula, por el sinsentido y por lo absurdo», valora—, o por manifestaciones en las que la derecha iba de la mano de la iglesia. «Me da rabia cómo la Iglesia Católica va siempre de la mano de los mismos. Se tiraron a las calles en tromba. Decían auténticas barbaridades. Y luego están calladitos con muchas otras cosas hasta que el otro día se les ocurre decir: "Que se vaya el presidente Sánchez"».
A pesar de todo, la norma salió adelante, y él se casó con Roberto Cortés poco después. «No lo hice por haber defendido la ley, sino porque a mí, personalmente, me gusta la fórmula del matrimonio, porque considero que es la fórmula jurídica que más protege a la pareja», defiende, sin criticar que otras personas elijan otras opciones. «Es lo bueno de esta ley, que puedes decidir si quieres casarte o no, nadie te obliga».