Detenido en Leganés por vender carne podrida tras mejorar su aspecto con un producto para alisar paredes

Rochell De Oro Salgado COLPISA

SOCIEDAD

Imagen de la carne en putrefacción adulterada con sulfitos y blanqueantes de construcción que vendía un empresario detenido en Leganés
Imagen de la carne en putrefacción adulterada con sulfitos y blanqueantes de construcción que vendía un empresario detenido en Leganés Policía Nacional | EFE

El arrestado empleaba a inmigrantes en situación irregular, a los que forzaba a jornadas de hasta 26 horas seguidas

03 jul 2025 . Actualizado a las 13:00 h.

La Policía Nacional ha detenido en Leganés a un empresario de 48 años por distribuir supuestamente carne en putrefacción que adulteraba con productos químicos, como sulfitos y blanqueantes de construcción, que se utilizan habitualmente para alisar paredes.

Según la Jefatura Superior de Policía de Madrid, el detenido eliminaba con esos componentes el olor y la apariencia en descomposición de la carne, lo que permitía que pareciera estar en buen estado durante unos cinco o seis días más.

 El empresario fue arrestado en las instalaciones de su empresa y puesto a disposición judicial el pasado 26 de junio como presunto responsable de un delito contra la salud pública, otro contra los derechos de los trabajadores, defraudación de fluido eléctrico y contra la hacienda pública por fraude en el IVA.

Imagen de los productos químicos que el detenido usaba para adulterar la carne en putrefacción que comercializaba
Imagen de los productos químicos que el detenido usaba para adulterar la carne en putrefacción que comercializaba Policía Nacional | EFE

Fue una denuncia de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social lo que permitió abrir la investigación. Y es que, el hombre empleaba a trabajadores extranjeros en situación irregular, a los que imponía jornadas de hasta 26 horas continuadas por salarios míseros. Algunos llevaban un año sin cobrar. Estaban entrenados para esconderse si aparecía la Policía e incluso contaban con una trampilla o escalera secreta para escaparse.

 Durante la investigación, se descubrió, además, que el empresario tenía una conexión eléctrica ilegal con la que robaba la luz. Y aunque la empresa solo tenía permiso para trabajar con carne de cerdo, en las instalaciones había también de pollo y otras sin ningún control sanitario.

Las autoridades decidieron cerrar, precintar el local y realizar un estudio urgente de la documentación requisada para determinar los lugares donde pudiera haberse distribuido la mercancía adulterada y evitar que llegue a los consumidores.