Así está Mateo, el hijo con autismo de Marc Cucurella, a los cinco años: «Todavía no habla»

P. V. LA VOZ

SOCIEDAD

Claudia Rodríguez en «Madres: desde el corazón»
Claudia Rodríguez en «Madres: desde el corazón» MEDIASET

Claudia Rodríguez, pareja del futbolista, se ha sincerado en el programa de Mediaset «Madres. desde el corazón»: «Lo llevé sin un diagnóstico a un colegio en el que hacían terapia para niños autistas»

30 jun 2025 . Actualizado a las 20:00 h.

«Los padres no están preparados para esto», decía el futbolista español Marc Cucurella al referirse al autismo. Fue uno de los momentos más devastadores y emotivos de su participación en la serie documental de Amazon UK Married to the Game —no disponible en España—. El jugador del Chelsea FC se derrumbó, sin poder contener las lágrimas, al hablar de su primogénito, Mateo, al que le habían diagnosticado este trastorno del neurodesarrollo. Fue un proceso duro, que han conseguido naturalizar por la unión del matrimonio, según ha explicado ahora Claudia Rodríguez, la pareja del deportista, en el programa de Mediaset Madres: desde el corazón. «Lo pasamos muy mal», se ha sincerado, «estas cosas te pueden separar o unir, y nosotros nos unimos muchísimo pensando en su bien».

Mateo tiene ahora ya cinco años, y todavía no habla, pero los padres del pequeño se dieron cuenta de que era autista mucho antes de que los especialistas se lo confirmaran. Eso le hizo tomar una decisión prematura a Claudia Rodríguez, la de apuntarlo a un colegio en el que hacían terapia para niños autistas. «Lo llevé sin un diagnóstico», afirma. Antes, lo habían apuntado a un centro normal, pero el niño no podía soportar el nivel ni la situación. «Lo pasa muy mal, porque no tienen herramientas para ayudarlo».

Todo eso se sumó a otros indicios que habían detectado desde épocas muy tempranas, pero que algunos pediatras habían minimizado. Entre las señales que habían visto como padres estaba la de no tener contacto visual, o lo que ellos consideraban, en principio, que era simple pasotismo. «No respondía al nombre, le daba igual lo que estabas haciendo, no prestaba atención», enumera Claudia Rodríguez. En aquel momento, no lo identificó como autismo. En buena medida, por falta de información sobre las características exactas de lo que era un niño con autismo. «Porque mi hijo sí era supercariñoso, y no me cuadraba con lo que yo sabía sobre el trastorno». También estaba la tardanza para hablar. «Me decían que podía pasar, que algunos niños hablaban más tarde», confiesa, «y me daban tips para conseguir que empezase a hablar».

Pero la prueba definitiva, la que les hizo tomar cartas en el asunto a pesar de la falta de diagnóstico, fueron las dificultades del niño en el colegio. Su hijo no podía recibir una «educación normal», sino que necesitaba reforzar ciertos aprendizajes antes de recibir la formación que recibían otros niños en el colegio. Se dio cuenta de que no había tiempo que perder. «Vamos a ponernos manos a la obra», se dijeron en aquel momento, «con la información que había recopilado, mi hijo es autista, y no podemos perder el tiempo; es muy importante la atención temprana».

«Estoy muy agradecida de habernos dado cuenta lo antes posible, pero me gustaría haberlo sabido mucho antes», dice Claudia Rodríguez, que está dispuesta, al igual que Cucurella, a todo por conseguir un mejor futuro para su hijo. Hace poco viajó a Latinoamérica para visitar a un neurólogo. Y la familia se ha mudado más lejos del lugar de entrenamiento del futbolista para poder estar cerca del colegio de su primogénito. «Ahora lo necesita él; otras veces lo necesitará Río, o Vela». Se refiere a sus otros dos hijos con el deportista catalán.

Los padres están unidos en la educación de su hijo. «Para Marc, Mateo es su debilidad, está todo el día en esta lucha para intentar lo mejor para él». Porque el principal objetivo que tienen es que su hijo «sea feliz». «Que pueda tener su vida y ser autónomo», expresa con una sonrisa de esperanza Claudia Rodríguez.