Breve reunión de Donald Trump con Zelenski antes del funeral del papa

Julio Arrieta ROMA / COLPISA

SOCIEDAD

Ukrainian Presidential Press Ser | REUTERS

Ambos mandatarios han mantenido un encuentro fugaz previo a la ceremonia que la Casa Blanca ha valorado como muy productivo

26 abr 2025 . Actualizado a las 12:31 h.

El presidente ucraniano Volodímir Zelenski y el estadounidense Donald Trump se han reunido brevemente en Roma al margen del funeral del papa Francisco, tal y como ha confirmado la presidencia ucraniana, unas horas después de que el presidente estadounidense afirmara que Kiev y Moscú están «muy cerca de un acuerdo». «La reunión tuvo lugar y ya terminó», declaró a la prensa el portavoz de Zelenski, Serguii Nikiforov, sin dar más detalles sobre el diálogo que mantuvieron ambos mandatarios, al parecer, en el interior de la propia basílica de San Pedro. Por su parte, la Casa Blanca se ha limitado a confirmar que la reunión se ha llevado a cabo y la ha valorado como «muy productiva». Es posible que ambos mandatarios vuelvan a reunirse después de la misa fúnebre.

Donald Trump, que aterrizó este viernes en Roma para asistir junto a su esposa Melania al funeral del papa Francisco, ha sido uno de los últimos jefes de Estado en sentarse con las demás autoridades en la plaza de San Pedro. El presidente de los Estados Unidos ha llegado al Vaticano a las 9.30 horas desde la villa Taverna, la residencia del embajador esadounidense en Italia, a bordo de La Bestia, su famosa limusina presidencial, transportada a la capital italiana cargada en un avión militar.

Como los demás jefes de Estado y mandatarios que asisten al sepelio, el presidente de los Estados Unidos y su mujer han accedido al Vaticano a través de la Puerta del Perugino, en cuyo interior han estacionado sus vehículos las delegaciones internacionales. Desde allí han sido guiados hasta el interior de la basílica, para visitar la capilla ardiente del papa, con el ataúd ya tapado. Después, han sido conducidos por un acceso lateral hacia sus posiciones en la plaza, recibidos por el prefecto de la Casa Pontificia, Leonardo Sapienza, y acompañados por el personal del ceremonial pontificio hasta sus puestos.

Aplauso a Zelenski

Rompiendo el protocolo, Donald Trump viste un traje azul, como los que usa habitualmente, con corbata a juego azul, y no uno negro, como el que llevan el resto de los mandatarios occidentales asistentes civiles. Zelenski, por su parte, viste de riguroso luto, pero de manera informal, sin corbata. El presidente ucraniano ha sido aplaudido este sábado al hacer acto de presencia en la plaza de San Pedro

Como parte de las autoridades civiles, Donald y Melania Trump se sientan en el lado derecho de la Plaza de San Pedro, frente a la Basílica. Los puestos preferentes, en primera fila, están reservados para los presidentes de Italia y Argentina y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Los jefes de Estado y de Gobierno están dispuestos por orden alfabético —en francés, lengua del protocolo en el Vaticano—, lo que sitúa al presidente de los Estados Unidos cerca de Emmanuel Macron (Francia), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) y Ursula von der Leyen (Comisión Europea), entre otros.

El orden alfabético ha hecho que Donad Trump, por États-Unis y Volodímir Zelenski, por Ukraine, estén en la misma fila, pero separados por media docena de personas. El presidente estadounidense y su esposa, están a un solo puesto de los que ocupan los reyes de España, separados por el presidente de Estonia, Alar Karis. Trump ha saludado a Macron, Von der Leyen y Felipe y Letizia.

Trump mantenía una relación distante con el difunto pontífice, que no dudó en criticar con dureza su política de expulsión de migrantes. Antes de despegar hacia Italia, el presidente estadounidense se limitó a apreciar que Francisco «realmente amaba al mundo y era un buen cristiano. Me reuní con él dos veces. Creo que era un gran tipo», dijo a los periodistas antes de embarcar en el Air Force One.

Donald y Melania Trump se alojan en la villa Taverna, la residencia del embajador de Estados Unidos en Roma. Situada en el barrio de Pinciano, es un edificio histórico que, curiosamente, tiene un vínculo con el pasado de la Iglesia. Durante el siglo XVI, la villa pasó a manos del cardenal Ugo Boncompagni, futuro Papa Gregorio XIII, quien la cedió en 1576 a la Compañía de Jesús.