Medianera verde y árboles en las aceras transformarán el tramo de la N-550
15 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Sí o sí, O Milladoiro (Ames) deberá tomar las uvas de fin de año con la obra de humanización de la avenida Rosalía de Castro con su nuevo diseño, ya que del cumplimiento del plazo del próximo 31 de diciembre depende la concesión al Ministerio para la Transición Ecológica de los fondos europeos con los que se financian los 4,4 millones de la obra.
Aunque la fecha de entrega está cerca, en estos momentos solamente se percibe la redistribución de espacios con un simple reparto de color: gris granito para los peatones y color betún para el asfalto, el territorio de los vehículos. Falta por añadir el verde de la futura mediana y la gama de tonos del arbolado en ambas aceras.
El cierre del tráfico en ambos sentidos permitió al vecindario hacerse una idea de lo que significaría reducir la contaminación acústica en la N-550, un mal complementario y más oculto que generan la circulación de los vehículos de combustión.
Con un inusual silencio interrumpido por los martillos neumáticos que trituran el viejo asfalto, una mujer de cierta edad rompe el sigilo al afirmar que «pasar por aquí es un infierno». «Yo vengo de Padrón todos los días para ir a la universidad a un ciclo para mayores y todo esto es insoportable», añade en la parte de O Milladoiro cercana a Teo mientras camina apresurada sin querer dar su nombre.
Caminando por la avenida Rosalía de Castro abundan los testimonios que afirman prácticamente lo contrario. Uno de ellos corresponde a Jesús Barrio Fernández, trabajador del servicio técnico de Millasat. «Non sei como vai rematar a obra, pero semella que vai quedar un espazo xenial», afirma, con el matiz de que como trabajador que en muchas ocasiones debe trasladar enseres de gran volumen necesita «máis espazos de carga e descarga, pero, sobre todo, que vixíen que as prazas as use quen as precise e ten dereito a elas».
Mientras Jesús Barrio sigue con su trabajo, María del Carmen Alvela sube por la avenida Rosalía de Castro con su silla de ruedas motorizada por los nuevos tramos de acera, más amplios que los anteriores pero todavía con material y maquinaria de las obras. «Ahora las aceras son mucho más anchas y eso es importante, sobre todo para personas como yo», señala, aunque a ella circular por algunos tramos le está resultando más complicado por la fase en que se encuentra la obra. «Yo creo que va a quedar una cosa muy linda», añade Clara Marín, venezolana de origen y vecina de O Milladoiro desde hace tres años, por lo que ha conocido el antiguo tramo de la N-550, todos los inconvenientes de las obras,
Estos testimonios se producen en el margen de la avenida que concentra más población y más negocios abiertos. Al otro lado abundan los bajos vacíos y su vecindario se siente más desconectado. Uno de los locales que mantiene su actividad, «aunque bajó mucho desde que comenzaron las obras», es Estudios Fílmate. Lo confirma su responsable, Alberto Uzal, que ve como el negocio que también tienen en Conxo ha ido absorbiendo una parte significativa de la clientela de Calo y Padrón, que ya no para en O Milladoiro.
Solucionar los problemas de aparcamiento, no solo durante las obras, es la apuesta de este comerciante de las que resalta que «xa poden quedar ben bonitas para que compense todo o noso sufrimento», resume. Esta intervención urbana ha contribuido a reactivar el proyecto de una nueva asociación de pequeños comerciantes y empresarios de restauración, Coremi.
Alberto Uzal está embarcado en el proyecto, igual que Olga González. Ella es más optimista ante el resultado, ya que destaca la cantidad de locales vacíos del margen izquierdo de la avenida que serán más atractivos, al igual que las viviendas. «Non podemos ter de repente unha rúa marabillosa sen esta obra, que é boa para O Milladoiro».