
Las becas comedor revelan la predilección de los estudiantes por el afamado local, en el que este año ya han devorado 19.642 menús gratuitos, cuatro veces más que en el siguiente comedor de la lista
26 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Una larga cola, que llega al exterior del edificio, define los mediodías en la cafetería de la facultad de Matemáticas de la USC. En su interior se siente el ruido de bandejas chocar, cubiertos tintinear y conversaciones triviales que rompen en carcajadas. Un arsenal de trabajadores despacha menús a un ritmo marcial que envidiaría el CEO de la franquicia de fast food más eficiente de los Estados Unidos. La diferencia es que aquí la comida tiene aroma a otra época, a esa en que las abuelas controlaban, con un ojo, las tarteras burbujear y, con el otro, criaban sin despeinarse a una familia entera. Quizás en esa esencia esté su éxito, que con las becas comedor de la Universidade se ve aún más claro: de los 63.000 menús que se pagaron este curso con bonos, 19.642 fueron en Matemáticas.
Son el 30 % del total del campus compostelano y cuatro veces más de los que vendió la segunda cafetería más visitada por los universitarios: la de Ciencias da Educación y Psicoloxía, que recibió 4.689. En tercera posición se encuentra la de Filoloxía, con 4.277. La cuarta fue la de colegio mayor Rodríguez Cadarso, con 3.691; la quinta, es la de la Escola Técnica Superior de Enxeñería, con 3.619; seguida de la de la residencia del Burgo das Nacións, con 3.500. Sería necesario juntarlas a todas ellas para alcanzar las cifras que maneja Matemáticas, que deja clara una cuestión: ahora mismo no tiene rival.
Es la primera ocasión que la USC maneja estos datos. Los tiene gracias a que los vales dejaron de entregarse en papel y se gestionan a través de la tarjeta universitaria digital, lo que facilita su trazabilidad. Las cifras no están cerradas, pero ya se han emitido 80.040 bonos y aún quedan en reserva 16.047 más. Se espera llegar a los números del curso 2023-2024, cuando se repartieron 112.000 y se consumieron 97.839. Por el momento se han utilizado 63.993, 8.000 en Lugo.
Las ayudas se crearon en el 2020, con un gasto de 41.000 euros, y se ha multiplicado la cuantía hasta llegar a los 630.000 euros. Ese montante permite repartir 1.000 bonos, que cuentan con 80 comidas, completamente gratuitas, que se deben consumir en las cafeterías de la USC.
El germen
«En el 2020, tras volver del covid, vimos situaciones complicadas: familias en apuros, ertes, eres... Retomamos esta idea porque entendimos que era una ayuda muy directa, para algo muy básico, de supervivencia», explica el gerente de la USC, Javier Ferreira, quien destaca el trabajo de la unidad técnica de la Xerencia porque «se dejaron la piel para que saliera adelante». La convocatoria beneficia a aquellas familias con menor renta disponible.
En la última convocatoria se entregaron esos 1.001 bonos y 2.000 universitarios tuvieron que quedar en lista de espera. «No es que se muera de éxito, es que no damos abasto para más», explica Ferreira, quien indica que no hay otra universidad española que ofrezca este servicio. Considera que, además de beneficiar a un millar de jóvenes, la información recabada con la digitalización del servicio les permitirá sacar conclusiones. La primera, que la cafetería de Matemáticas es la mejor, sin duda. Antes era vox populi, ahora lo confirma el big data.
La digitalización del servicio se llevó por delante las irregularidades en el uso de los bonos
Durante cuatro cursos, los bonos comedor se entregaban en papel. Cada estudiante recibía un número de tiques, que podía canjear por un menú, cuyo coste para el resto del colectivo universitario era de 6,5 euros. Se detectaron diferentes irregularidades, como que los chavales se pasaban los bonos entre ellos, otros llegaban a venderlos e incluso había quien los canjeaba en las cafeterías por otros productos: en vez de abonar la comida, se bebía un par de cervezas. Eso cambió este curso, con la digitalización del servicio, que se realiza íntegramente con el teléfono móvil.
«Ahora, cuando pagan, sale tu foto. El control así es total», explica Ferreira, que afirma que pueden saber cuándo y dónde se gasta cada uno de los abonos: «La experiencia es positiva, pero esto además nos permitirá tomar medidas y detectar problemas». Por ejemplo, durante este año, el mes con mayor consumo fue el de mayo, con más de 12.590 bonos entregados entre los campus de Santiago y Lugo. El siguiente correspondió con marzo, con 10.224; mientras que en tercera posición estuvo febrero, con 9.993: «A mayores, este año tenemos 200 ayudas de 2.000 euros para otros gastos. En el caso de tener beca comedor, se reduce a 480. Es una manera de que 1.200 personas, con menos recursos, tengan una cobertura».
Comida, colas y camioneros
Decía el crítico gastronómico Nestor Luján que, «cuando encuentres un buen restaurante, cambia de plato, pero no cambies de restaurante». Lo cumplen los universitarios de la USC, que tienen clara su opción predilecta: Matemáticas. El economista Thomas Sowell explica que las colas a las puertas de un establecimiento suelen decir dos cosas: dentro se come bien y además no es excesivamente caro. En el caso de la cafetería de Matemáticas, su fama ya trasciende las fronteras universitarias. Cientos de foráneos a la comunidad terminan en su interior. Si estuviera en otro lugar de la ciudad, seguramente contaría con otra particularidad que define a los lugares donde se come bien por poco: camiones aparcados a su puerta.