La peste y el espejo
Leo titulares sobre la peste porcina, pero nada sobre nuestro trato industrial y violento hacia los animales. El problema no es el virus. Es criar millones de cerdos hacinados, medicados y destinados al matadero desde el día en que nacen. O encerrar miles de aves y cortarles el pico para que no se mutilen por el estrés. No es una crisis sanitaria, sino la consecuencia lógica de un sistema construido sobre encierro, explotación y muerte. Nadie llamaría crisis al cierre de una red de perreras donde se sacrificaran perros a diario. Pero lo aceptamos si se trata de vacas, cerdos o gallinas. ¿Por qué? Tal vez el virus no vino a destruir la economía, sino a ponernos un espejo delante. Francisco R. González. Perlío (Fene).
Educación climática
Soy un chico de doce años, alumno del colegio plurilingüe Divina Pastora de Ourense, y me gustaría hablar acerca de un problema infravalorado. El cambio climático se define como la alteración a largo plazo de los patrones de temperatura y clima del planeta, y lo peor de todo es que la destrucción de estos 510,1 millones de kilómetros cuadrados de vida la causamos nosotros mismos. En mi opinión, parte del problema se debe a que prácticamente todo el mundo, alguna vez en su vida, en vez de reducir, reusar y/o reciclar, pensó: «Bueno, por una vez que lo haga yo, y solo hoy, no va a pasar nada». Ese pensamiento puede llegar a volverse un hábito para esa persona y que acabe contaminando mucho más de lo que cree. En resumen: reduce, reutiliza, recicla, ahorra, recoge y limpia. Martín Fernández del Pont. Ourense.
La condena y la sentencia
Los rojos se escandalizan porque a cinco jueces del Supremo les hayan bastado cuatro días para decidir la condena del fiscal general y ahora llevan más de medio mes sin redactar dicha resolución. La respuesta es sencilla: es porque quieren presentarla al Premio Planeta. Pedro Rovira.