Bad Bunny en la Super Bowl

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

Saturday Night Live

08 oct 2025 . Actualizado a las 09:05 h.

Para tratarse de un simple entretenimiento, en los espectáculos televisivos se va fraguando un ambiente más caldeado que en muchos debates parlamentarios. De un lado, Europa mantiene a Eurovisión en vilo, pendiente del veto a Israel que exigen algunos países, España entre ellos, y de si una posible paz en Gaza ablanda posiciones. Del otro lado, en Estados Unidos, la Super Bowl ha plantado cara al trumpismo al elegir a Bad Bunny como estrella de su próxima fiesta del mes de febrero. El pasado fin de semana, como anfitrión en el estreno de la 51.ª temporada de Saturday Night Live, el cantante puertorriqueño se rio de sí mismo, de sus memes y del revuelo que lo rodea. En su monólogo inicial, con partes en español, Benito, «millonario sin dejar de ser del barrio», lanzó una proclama a favor de los latinos que algunos republicanos han encajado como una provocación: «Si no entienden lo que dije, tienen cuatro meses para aprender».

Desde que Janet Jackson mostró un pecho en directo en el 2004, la Super Bowl ha intentado blindarse de la polémica a toda costa; ahora intentando que Eminem no se arrodille en señal de condena al racismo, ahora implantando segundos de retardo sobre el directo para placar palabras malsonantes o situaciones que solivianten a una audiencia familiar. Muy rápidos tendrán que estar para tapar la música con un pitido si al músico le da por tararear en pleno prime time que él es de «P fucking R».