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13 oct 2025 . Actualizado a las 17:15 h.Termina el San Froilán 2025 por todo lo alto gracias al día más especial de las patronales lucenses y que reúne cada año a miles de personas, el Domingo das Mozas. Lugo ciudad amaneció con la resaca de una de las noches más festivas del año. Las calles mojadas por el agua de la limpieza (la del cielo volvió de nuevo a escasear, algo ya habitual en los últimos años) esperaban a miles de personas que no quisieron perderse la última cita, quizás la más simbólica y tradicional de unas fiestas que ya son patrimonio de los gallegos.
Precisamente Galicia en su esplendor volvió a ser la protagonista del día. En el menú había traje tradicional, pulpo, gaitas y panderetas y veneración por Rosalía de Castro. Mar, montaña, poesía, música e identidad, qué mejor forma de definir a Galicia que la que ofrece el Domingo das Mozas de Lugo.
Las grandes citas de la jornada fueron, primero, el 53 Desfile de Traxe Galego, que promovido por Traxandaina permitió a numeroso público admirar en la pasarela delante del Concello trajes y vestidos de diversos concellos de la provincia y, por primera vez, de otras partes de Galicia.
Después llegó el momento de la procesión laica, civil y gallega que arrancó de la Casa Consistorial y que por delante de los monolitos de los grandes escritores gallegos desemboca en el Parque Rosalía. Delante del busto de la poetisa se hizo la ofrenda anual, en esta ocasión a cargo de la pandereteira Branca Villares, que hizo un encendido y musical discurso a favor de la cultura gallega y sobre la mujer. Todos estos actos tuvieron los sonidos que interpretaron Cántigas e Frores y los diez grupos que participaron en la 27 Mostra de Música Tradicional, que llenaron de ambiente las calles del centro de la ciudad.
La tercera cita relevante del día fue el mercado medieval junto a la Catedral, que estuvo abarrotado de público para ver oficios y comprar productos artesanos, además de espectáculos de cetrería, cantares de ciegos y desfiles.
El cuarto éxito de la jornada fueron las barracas, de nuevo llenas en el otoño primaveral que hubo ayer, y las colas para comer el pulpo, tanto en las casetas como en los restaurantes y bares con calderos. Y el quinto ingrediente de la jornada, los conciertos de la tarde-noche, con Guadi Galego como colofón.
Esto es San Froilán, la fiesta que se vive en la calle con los cinco sentidos y que llega a su fin. Como siempre, las patronales van de menos a más, destacando este fin de semana de lleno en la ciudad. Queda el extra de este lunes 13, con las barracas entre 2 y 4 euros, y las casetas del pulpo, que seguirán abiertas hasta el 2 de noviembre.
Los turistas se entregaron al mercado medieval, que llenó el centro histórico
Lugo es romano y es San Froilán desde la feria que arrancó en el siglo XVIII. Pero Lugo ciudad también es medieval. Y para recordarlo, la Asociación de Antigos Alumnos da Escola de Arte e Superior de Deseño Ramón Falcón promueve con pasión y esmero, desde inicios de este siglo XXI, un mercado medieval entorno al atrio de la Catedral que siempre se llena de visitantes.
Que se celebre en el último día de las fiestas patronales y, si además coincide con Domingo das Mozas y con tiempo soleado, como ocurrió en ambos casos, ayuda aún más a que sea una cita muy concurrida de público, y especialmente el que visita la ciudad, siendo un atractivo para los turistas, incluidos varios extranjeros que se acercaron a burgo medieval. Además, su ubicación, en la Praza Pío XII, zona cero del Patrimonio Mundial, favorece que los visitantes se sumen a esta celebración, que cumplió 24 ediciones.
Los asistentes a esta feria pudieron ver cómo eran los oficios de la época, además de comprar productos de artesanía, desde joyería, cuero, madera, cerámica, juguetes, vestimentas o instrumentos musicales, hasta de alimentación, como mermeladas, quesos, chocolates, repostería o panadería, entre otros. También había sitio para la comida, con puestos de pulpo, lacón y creps.

Tanto las demostraciones como el mercado estuvieron, como en otra ocasiones, acompañados de espectáculos de cetrería, un desfile medieval por las calles del centro, bailes y danzas, cantares de ciego, música con Vita Brevis y humor, con Crispin d'Olot. Incluso, una misa cantada en latín en el alta mayor de la Catedral a cargo del Orfeón Lucense.
Un buitre que se marchó
Como anécdota, un buitre de la carpa de cetrería se escapó en una de las demostraciones y acabó posando varios minutos en la cubierta del pabellón municipal, para estupor de los jóvenes que llenaban las barracas.

Branca Villares: «Grazas Rosalía porque nos regalaches a poesía que abraza a terra»
Branca Villares (Lugo, 1980) ofreceu onte unha fermosa defensa da cultura galega (no máis amplo sentido), da condición da muller (historicamente apartada) e da figura de Rosalía de Castro, a quen lle fixo unha ofrenda a través da palabra, da música en tres movementos-cancións e dos froitos que depositou nun cesto.
Filla de gaiteiro e de formación musical autodidacta, esta cantareira e pandeireteira, ademais de investigadora, interpretou no Domingos das Mozas unha ofrenda chea de emoción, tendo sempre presenta a Rosalía: «Vimos aquí en proceso ante ti porque nos regalaches a poesía que abraza a terra».
Villares —no ano no que as Letras Galegas lembraron o seu oficio ancestral— interpretou tres temas ledos e reivindicativos, que animaron ao medio milleiro de persoas que se deron cita ante o busto de Rosalía. A intérprete lucense lembrou os séculos escuros que padeceu a cultura e a lingua galega, pero lembrou que «perviveu porque a fixemos nós e temos que exercela tomando as rúas no San Froilán», sinalando ao final que «a cultura tamén é sanar feridas a través das palabras», e cantando nun momento que bonito sería «gobernar a todos coas pandeiretas».
Villares foi presentada polo alcalde de Lugo, Miguel Fernández, quen agradeceu o seu traballo en favor da divulgación e defensa das nosas tradicións. «A nosa cultura é unha obriga e un orgullo que hai que poñer en valor, e máis ante Rosalía, xa que tanto a súa vida como a súa obra supuxeron un dobre compromiso: pola igualdade das mulleres e tamén unha reivindicación pola lingua galega».
Pola súa banda, a concelleira de Cultura, Maite Ferreiro, lembrou que a escolla da oferente supoñía o culmen deste ano, no que as Letras Galega se dedicaron ás cantareiras que recolleron a tradición oral e que como Branca Villares souberon traer á actualidade.
O acto rematou coa interpretación do himno de Galicia e cunha sesión de fotos dos asistentes, que quixeron inmortalizar cun retrato con Villares e ante o busto de Rosalía a importancia desta tradición do San Froilán.