El volantero Brisas de Alba portó a la Virxe do Mar de Cedeira: «Quen non se acordou dela algunha vez, cando a cousa se pon fea?»
CEDEIRA
La flota navegó hasta la salida de la ría, mar en calma y viento a favor, observada desde el muelle o el monte de San Antón de Corveiro
16 ago 2025 . Actualizado a las 16:26 h.«É a nosa patroa e hai que honrala, a ver que mariñeiro non se acordou dela algunha vez cando a cousa se pon fea», comentaba un marinero cedeirés nada más pisar tierra en el muelle de vuelta de la procesión marítima. El volantero Brisas de Alba portó la imagen de la Virxe do Mar hasta el final de la ría, con vistas al monte de San Antonio de Corveiro. El desfile, primero desde la iglesia al puerto y después a bordo, despierta un sentimiento «que no se parece nada al resto de las fiestas, aquí la gente se emociona», dice la hija de un marinero que falleció hace tiempo.
Ricardo Villar, patrón mayor de la cofradía, participó en la procesión, con el mar en calma y el viento a favor. «Fomos os volanteiros que quedamos, oito ou nove. Chegou a haber 45, cando eu era chaval, e teño 48 anos», señalaba. Poco después del ingreso de España en la Unión Europea, en 1985, «empezou a cambiar todo, porque veu o tema dos desguaces», repasa, y la flota comenzó a menguar.
En Cedeira, la volanta siempre ha sido el arte rey, selectivo y sin descartes, remarca la gente del sector. Entre 1960 y 1990 «traballouse a tope», como recuerda siempre Eduardo do Mimo, armador jubilado. Ahora hay barcos que tienen que compaginar las campañas de la merluza con la costera del bonito (este año han sido dos). Pero este sábado es día de fiesta, el penúltimo de este agosto de tardes tórridas.
La noche del viernes, durante los fuegos, Policía Local y Protección Civil tuvieron que intervenir para que no se colase gente en la zona de la playa en obras. Algunos levantaron las vallas para ver el espectáculo pirotécnico. Para el domingo queda la Xira, en el monte de San Antón de Corveiro, y la última verbena, a cargo de la orquesta New York.