La panadería de Ares que triplica empanadas y bollas en verano: «Tenemos colas como si fuesen las rebajas»

ARES

Carol García López lleva La Esquina en Ares (superventas en pan del país y empanada de atún), y tiene otros dos despachos en Mugardos y Miño
06 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El reloj marca las 08.30 de la mañana del domingo. Falta media hora para la apertura de la panadería La Esquina. Y ante las dos entradas ya se forman colas de aresanos y visitantes, deseosos de comprar una bolla de huevos o tomarse un café. «Es como en las rebajas», aseguran la dueña y las empleadas de este establecimiento, que cuenta con cafetería. La Esquina cumple 50 años de historia en Ares y vive un cambio de ciclo. Su anterior dueña, Remedios López Couce se jubiló a finales de marzo. Y cogió las riendas su hija Carol. «Trabajo desde los 19 años aquí, y ahora empiezo como autónoma», indica Remedios Carolina García López. A La Esquina le pasa como a la población de Ares, se triplica en verano: «Con triple de ventas en pan, empanadas y dulces; triple de producción y duplicando personal».
De hecho, además de este establecimiento en Ares, Carol tiene la Panadería García López en Mugardos: «Y acabamos de abrir La Esquina más Dulce de Miño». Admite, mientras no para junto a sus empleadas Lucy y Mary, que «desde finales de mayo tenemos que reforzar personal, mucha gente con propiedad en Ares viene a principios de junio para teletrabajar y si tiene hijos pequeños en cuanto acaba el curso». E iniciadas las vacaciones, «esto ya es un bum», como apunta la emprendedora, al frente de 25 trabajadores en verano.
En la mañana del jueves, la cafetería de Ares (que abre mañana y tarde) está por supuesto repleta. «Y los domingos tenemos cola esperando fuera desde media hora antes», reiteran estas chicas. En caso de que el cliente organice una comida, «siempre es mejor encargar lo que quiera para no quedarse con las manos vacías».

Las cifras hablan, en paralelo a una villa que pasa de 6.000 habitantes en invierno a 18.000 en verano. «Pasamos de vender 50 barras en invierno a 150 ahora, si en invierno 400 kilos de cebolla duran 15 días... ahora hay que encargar un palé de 1.000 kilos porque no te llegan». Observa Carol, de 38 años, que «ha crecido mucho el turismo sobre todo a raíz de la pandemia, a la gente le encanta veranear en el norte».
Ricas especialidades
Sus especialidades son el pan del país (las barras se venden a montones para bocatas al estar junto a la playa) y las empanadas de atún (la más vendida), bacalao, bacalao con pasas, carne, sardinas o pulpo. En dulce arrasan las bollas y el hojaldre de chocolate. También hay cruasanes, saladitos, tartas de manzana o queso, y queiques como el de naranja y piña. Y en cuanto a su nueva etapa como autónoma, asegura Carolina que «antes tenía al lado a mi madre para cualquier problema, y ahora asumo yo la responsabilidad de todo». Para agosto prevé contratar a más empleados: «Es el triple de trabajo pero merece la pena, aquí hay que aprovechar el gran tirón del verano aunque tengamos gente todo el año».