El Gobierno estudia denunciar el veto del PP y Vox en Jumilla a fiestas musulmanas

ESPAÑA

El partido de Feijoo denuncia una «cortina de humo» para tapar la corrupción
09 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Jumilla aparece citada por primera vez, como Gumalla, en textos árabes del siglo XIII, cuando esta ciudad andalusí fue tomada por los cristianos. Hoy, esta localidad murciana de más 27.000 habitantes de 72 nacionalidades diferentes —unos 3.000, de religión musulmana—, es un ejemplo de convivencia, pese a la moción aprobada hace una semana en su Ayuntamiento por el PP y Vox que prohíbe celebrar en los polideportivos municipales actividades culturales, sociales o religiosas, lo que incluye la fiesta islámica del cordero y el fin del Ramadán. Esta norma, que el Gobierno central estudia ahora denunciar tras tacharla de «xenófoba y racista», es una iniciativa de la ultraderecha que luego fue enmendada y apoyada por los populares, necesitados del voto del único concejal de Vox para sacar adelante los presupuestos.
«La respuesta de los portavoces del PP es incomprensible ante este bochorno incluso internacional», lamentó ayer, en declaraciones a los medios en Pamplona, la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, quien instó a los ediles y a la alcaldesa popular de Jumilla, Seve González, a «dar un pasó atrás y pedir perdón a los vecinos». Tras criticar la «ignorancia supina» que supone «intentar obviar la influencia musulmana en nuestro país, en nuestra cultura», la socialista recordó que la Constitución garantiza la libertad religiosa y de culto, y advirtió de que el Ejecutivo va a estar «muy vigilante» para monitorizar los discursos de odio en redes.
También la delegada del Gobierno en Murcia, Mariola Guevara, avisó de que los servicios jurídicos ya están estudiando el caso y de que «si se encuentra algún indicio de delito de odio» habrá quien pague las consecuencias. «La moción tiene un efecto discriminatorio contra parte de los vecinos de la localidad, por mucho que lo quieran disfrazar y camuflar [...]. Se nos está utilizando como conejillos de indias. Somos un laboratorio de la extrema derecha donde quieren confrontar, quieren romper nuestra convivencia», denunció Guevara. «Intentan vendernos otra versión, tratarnos de tontos, pero está claramente explicado, y además así lo ha dicho Vox», añadió. De hecho, el único concejal ultra de Jumilla, Juan Agustín Carrillo, celebró su logro poco antes de la votación de la moción exclamando: «Objetivo cumplido». Y no es el primero. Con anterioridad, había conseguido eliminar la celebración institucional del día de la Mujer, el 8 de marzo, y el día del Orgullo, sin poner la bandera arcoíris que representa al colectivo LGBTI ni leer el manifiesto.
Gabilondo actúa de oficio
Este viernes intervino, además, el defensor del pueblo, Ángel Gabilondo, que abrió una actuación de oficio para reclamar a la regidora información sobre el acuerdo adoptado en el Pleno municipal «con la indicación de las medidas previstas a fin de facilitar el ejercicio de los actos de culto a las confesiones religiosas, que, por sus singulares características, hayan de ser celebrados en lugares públicos tales como pabellones o polideportivos».
La alcaldesa explicó que el resto de instalaciones municipales siguen «a disposición de toda la sociedad, incluidos los musulmanes». Y desde el PP de Murcia apuntaron que se trata de «una polémica ficticia más, una cortina de humo con la que intentan tapar los escándalos de corrupción que rodean al Partido Socialista en su conjunto». Sin embargo, el presidente de Melilla, el popular Juan José Imbroda, vio necesario aclarar, en un mensaje difundido a los medios, que se seguirá permitiendo el rezo colectivo en espacios públicos de la ciudad autónoma para las dos grandes pascuas musulmanas.