Belarra dice que la filtración de los wasaps de Sánchez es un ejemplo más de la «guerra sucia» que ha vivido la formación morada
12 may 2025 . Actualizado a las 20:07 h.Entre los mensajes de WhatsApp de Pedro Sánchez y José Luis Ábalos figuran algunos que muestran la mala relación que mantenía el presidente del Gobierno socialista con su entonces vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. En una de esas comunicaciones, Sánchez se queja ante Ábalos de que Iglesias hubiera filtrado al diario El País que el Gobierno planeaba compensar a los propietarios de vivienda afectados por el decreto antidesahucios. «Por favor, que se frenen las filtraciones de una vez. Hablad con estos tipos», le ordena a Ábalos, que contesta que ya lo han desmentido.
En diciembre del 2020, el entonces vicepresidente segundo del Gobierno emitió un vídeo simultáneamente a la rueda de prensa del Consejo de Ministros en el que explicaba las medidas antidesahucios que se habían aprobado. «Qué torpe es Iglesias lanzando su vídeo en plena RP! Yo creo que ya no es maldad sino estulticia y gente sin equipo que le dé tres vueltas a las cosas! Mejor para nosotros», dice Sánchez. Ábalos le contesta citando unas declaraciones de Iglesias en las que decía que el ministro de Transportes era la persona del PSOE a la que había tomado «más cariño». «Un tipo con agallas y honesto», se burla, a lo que el presidente del Gobierno responde diciendo que Iglesias es «un maltratador». «Cuñadismo», concluye.
Belarra y la «guerra sucia»
La líder de Podemos, Ione Belarra, consideró que la filtración de los wasaps de Sánchez con críticas a Iglesias es un ejemplo más de la «guerra sucia» que ha vivido la formación morada y revela que la presencia de esta en el Gobierno de coalición era un problema para el PSOE. Rechazó comentar «cuestiones personales» que, a su juicio, forman parte de «una guerra sucia y mediática» que Podemos lleva «mucho tiempo sufriendo».
«Yo lamento que cuando les tocaba a otros el PSOE mirara hacia otro lado. Y que eso tenga como consecuencia que hoy también se lo pueden hacer al presidente del Gobierno. Ojalá les hubiéramos parado los pies cuando tocaba hacerlo y hoy no estaríamos viendo lo que estamos viendo», aseguró Belarra.