Un año después del informe Draghi la competitividad europea continúa estancada

Claudia Zapater BRUSELAS / E. LA VOZ

ECONOMÍA

ALESSANDRO DI MEO | EFE

Tan solo un 11 % de las recomendaciones planteadas por el expresidente del BCE han sido «plenamente implementadas»

10 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Un año después de que Mario Draghi presentara su histórico informe sobre la competitividad de la Unión Europea, el balance es insuficiente: apenas un 11 % de las 383 recomendaciones planteadas han sido «plenamente implementadas», según un análisis del think tank European Policy Innovation Council.

El diagnóstico de Draghi, publicado el 9 de septiembre del 2024, alertaba sobre un «desafío existencial» para la economía del bloque. Sus propuestas constituyen una agenda integral para reforzar la autonomía estratégica de la Unión Europea, e incluyen la integración de los mercados de capitales, la modernización de la red energética y la promoción de energía asequible para la industria, así como la coordinación en las compras de defensa para reducir la dependencia de Estados Unidos.

En su momento, tanto la Comisión Europea como los gobiernos nacionales elogiaron las ideas del ex primer ministro italiano. Sin embargo, el entusiasmo inicial no se ha traducido en reformas de calado. La investigación revela que los avances se concentran en sectores como el transporte y los minerales críticos, mientras que ámbitos cruciales para el futuro de la región —como la digitalización, la energía limpia y la tecnología avanzada— siguen estancados.

Uno de los aspectos del informe que más atención generó fue la propuesta de emisión de deuda común. Esta herramienta, necesaria según Draghi para financiar la digitalización y la transición verde, ha sido históricamente bloqueada por los llamados países frugales. Aunque hay avances, como el programa de préstamos destinados a defensa financiado con deuda de la UE o nuevas propuestas para emisión conjunta, todavía no está claro si Bruselas podrá emitir deuda de forma regular.

El expresidente del BCE lanzó el mes pasado, durante un encuentro en Rimini (Italia), una dura advertencia a los gobiernos europeos al asegurar que las «enormes inversiones necesarias para el futuro» no pueden seguir posponiéndose hasta que «las circunstancias se vuelvan insostenibles». Draghi siempre ha abogado por una «soberanía compartida», que implique actuar como bloque y no de manera fragmentada. Según alertó, el momento para emprender esos cambios podría pasar, sobre todo en un contexto de evidente fragilidad europea en el tablero internacional.

El acuerdo comercial alcanzado con Washington para esquivar una guerra arancelaria fue, para Draghi, una «llamada de atención brutal». «Hemos tenido que resignarnos a los aranceles impuestos por nuestro mayor socio comercial y aliado. Ese mismo aliado nos ha empujado a aumentar el gasto militar, una decisión que hubiéramos tenido que tomar de todas formas, pero de una manera que no refleja los intereses de Europa», sentenció.

Dimensión económica

Draghi opinó que el bloque europeo debe dejar de depender solo de su dimensión económica, que no garantiza «poder geopolítico e influencia en las relaciones comerciales internacionales». «Este año será recordado como el año en que esa ilusión se evaporó», advirtió.