Alcaraz gana a Sinner en una fiesta de épica y caballerosidad

Fernando Rey Tapias

DEPORTES

Lisi Niesner | REUTERS

El público impulsó al español a levantarse ante un rival cuya frialdad recuerda a Borg, y juntos anuncian partidos memorables para el futuro

08 jun 2025 . Actualizado a las 23:23 h.

La final de Roland Garros 2025 se presumía igualada y de difícil pronóstico, pues enfrentaba a los dos mejores del mundo en la actualidad, pero la realidad ha superado las expectativas. Cinco horas y media han sido necesarias para que Carlos Alcaraz revalidase su título ante un rival, Sinner, que dispuso de dos sets de ventaja y tres bolas de partido, e, incluso, en el parcial final estuvo a dos bolas de la victoria.

El partido puede considerarse excepcional, entre dos jugadores que imprimieron un ritmo de juego impresionante y que lograron mantener a lo largo del larguísimo encuentro, sin dar muestras de agotamiento físico.

Planteado con intensos peloteos de revés a revés, el italiano era el que hacía daño con su revés paralelo, mientras el español lo hacía con su derecha angulada. Era tal la intensidad de los intercambios de fondo, que resultaba casi imposible hacer variaciones, como subidas a la red o dejadas.

En los dos primeros sets Sinner, impasible como siempre, superaba a un tenso rival, demasiado quejoso, que buscaba soluciones en su banco y encontró en el público a un gran aliado. La Chatrier animaba al español como si fuese un partido de Copa Davis, y Carlos comenzó a creer en la remontada. Sinner aguantaba la presión del público, con su ejemplar autocontrol, y llegaron los tres puntos de partido que el español salvó. Parecía que con el ambiente, y con Alcaraz pasando por sus mejores momentos, Sinner cedería, pero este, cuyo carácter en la pista recuerda por su impasibilidad al de Borg, siguió peleando cada bola, y con 6-5 en el quinto set llegó a estar a dos bolas de ganar. Las perdió, y la superioridad del español en el super tie-break fue absoluta.

Ritmo impresionante

Desde el punto de vista táctico, el partido se jugó a un ritmo impresionante, con los dos jugadores metidos en pista, tratando de llevar la iniciativa del juego y moviendo al contrario para provocar su fallo o que dejase la pista abierta para el siguiente golpe.

Un partido tan reñido se decide por pequeños detalles, pero hay un aspecto que influyó decisivamente. El porcentaje de primeros saques de Sinner fue paupérrimo, lo que le impidió ganar puntos gratis, o tomar más veces la iniciativa.

Carlos tampoco tuvo un gran día de saque. Pero sí aprovechó la jugada de sacar abierto, con la que ganó puntos directos, o consiguió la combinación de saque abierto y definición con la derecha a la zona abierta.

Ambos jugadores demostraron una excelente forma física, sin dar muestras de cansancio tras un desgaste enorme y durante tanto tiempo. Sinner ofreció un gran rendimiento, a pesar de lo que le supuso estar tres meses sin competir. Tiene un carácter en pista inmejorable y cada vez incorpora mejoras a su juego y a su físico. Alcaraz, por su parte, va corrigiendo los altibajos que limitan sus excepcionales condiciones. Cuando lo consigue, es imbatible.

En definitiva, fue una final espectacular, épica, entre dos rivales que dieron una lección de deportividad, y que, si no hay lesiones por medio, volverán a enfrentarse en pos de los grandes torneos como lo hicieron en este Roland Garros, todo un modelo de organización.