
El entrenador alemán ha cambiado a los culés de arriba abajo y ha construido un equipo ganador, que se lleva el título liguero tras cumplir en Cornellá
15 may 2025 . Actualizado a las 23:55 h.El Barça es campeón de Liga por muchos motivos. El conjunto que dirige Hansi Flick ha sido el mejor durante las 36 jornadas que ya se han disputado y ha levantado un título que tiene muchos nombres propios. Quizá el de Hansi Flick sea el más evidente, pero detrás de él aparecen Lamine Yamal, Raphinha, Pedri, Lewandowski o Cubarsí, jugadores que ejemplifican las claves de un grupo de futbolistas que ha mutado en apenas nueve meses. Estas son las seis claves de la revolución tranquila del técnico alemán que ha hecho olvidar a los culés el sufrimiento de los últimos tiempos con Xavi Hernández en el banquillo azulgrana.
Mensaje ganador
Del equipo «en construcción» que tantas veces había reiterado Xavi se pasó al «he venido a ganar». Ese mensaje ganador, sin ambages y pragmático, caló hondo en un vestuario que sintió desde el primer momento que se habían acabado las excusas.
El Barça cambió de mentalidad tan pronto como alguien recordó a los jugadores el motivo por el que son futbolistas del equipo culé: ganar. No hay más. Nada de excusas, ni de inexperiencia, ni de falta de fichajes de relumbrón, más allá de la gran incorporación de Dani Olmo.
Fe en la idea de juego
Flick trajo consigo un manual de instrucciones que al principio parecía suicida, pero que muy pronto comenzó a dar resultados. El sistema estuvo desde el primer día al servicio del talento inagotable de futbolistas como Pedri, De Jong, Raphinha o Lamine Yamal, quienes podían exprimir todas sus cualidades si hacían caso al osado libreto del nuevo entrenador.
Los futbolistas captaron pronto esa idea y la han llevado a cabo sin condiciones. Solo así puede fructificar la presión tras pérdida, la circulación rápida de la pelota, la defensa adelantada y el ir siempre a por más goles, independientemente del marcador.
Mejora física
Para llevar a cabo esa idea de juego, hacía falta que el Barcelona elevara el listón físico. Fue una de las primeras tareas de Flick y, visto lo visto, el resultado ha sido inmejorable. Los culés no solo son capaces de asfixiar al rival en campo contrario y de ser veloces en el repliegue, sino que también logran sostener ese ritmo durante los noventa minutos. La prueba es que el equipo ha sabido ir de menos a más en los partidos y lograr hasta nueve remontadas a lo largo del curso, seis de ellas en el torneo de la regularidad.
Pegada
Parece que ha pasado un lustro desde que Xavi dijera aquello de que «falta efectividad». Pero fue hace apenas un año y en aquel equipo ya estaban los mismos delanteros que en el Barça actual. Pegada había y los números así lo demuestran.
El equipo culé suma la friolera de 95 goles a favor en Liga, un arsenal que ha permitido opacar algún que otro despiste defensivo Lewandowski, en su segunda juventud pese a la lesión que le ha lastrado en el tramo final, suma 25 goles y batalla aún con Kylian Mbappé por el Pichichi. Raphinha, que como el ariete de Varsovia se hubiese tenido que marchar de seguir Xavi y ahora suena para el Balón de Oro, lleva 18 dianas.
Recuperación de futbolistas
Flick ha logrado también que sus mejores hombres sean determinantes, algo que el Barcelona había perdido el último año. Iñigo Martínez se ha convertido en un central indiscutible en la zaga, Pedri ha recuperado la frescura perdida tras su irrupción, Frenkie de Jong ha sido ese futbolista que se esperaba de él cuando llegó a la Ciudad Condal y ha reciclado a un Raphinha que tenía un pie dentro y otro fuera. Todos han sido mejores esta temporada que la anterior, con un crecimiento exponencial que celebra la afición y la maltrecha economía del club que preside Joan Laporta.
Todos suman
El Barcelona ha tenido un once muy reconocible, pero Flick ha podido incluir matices para aliviar la carga de partidos y que el equipo pudiera llegar con piernas a la recta final. El técnico alemán ha tenido a todos enchufados, salvo a los lesionados de larga duración y a Ansu Fati, que ha perdido su último tren como azulgrana.
El resto ha aceptado su rol sin rechistar y sumando. Eric García ha sido el comodín perfecto, Gerard Martín ha cumplido en el lateral si no estaba Balde, Fermín y Gavi han demostrado mucha proyección y Ferran Torres ha recuperado ese olfato que ya había enseñado en Mánchester.