Juan Carlos Gómez (Melifluo): «Cada canción que hacemos es una manera de ordenar el ruido mental»
CULTURA
La banda formada por dos exmiembros de Supersubmarina actúa este fin de semana en la sala Pantalán de A Coruña
07 nov 2025 . Actualizado a las 16:56 h.El grupo Melifluo, formado por los hermanos Gómez y miembros de la mítica banda Supersubmarina, visita A Coruña (sábado 8, Pantalán ,21.30 horas, 17 euros) dentro el ciclo Momentos Alhambra para presentar Voces externas, su nuevo trabajo. En él, la banda jiennense explora la tensión entre las presiones del entorno y la búsqueda de una voz interior propia.
—«Voces Externas», su disco, sugiere una lucha entre el ruido exterior y la voz interior. ¿Hay un concepto que gire alrededor de eso en el disco?
—Sí, es un poco la temática o el concepto troncal del álbum. Esas voces externas que siempre están ahí, presionando sobre lo que uno debe hacer o no, y también las voces internas que te dicen lo que está bien o no. Todo el disco trabaja en torno a esa idea de las voces.
—En la nota de prensa hablaban del «ruido mental» y del uso de la voz como liberación. ¿Han sentido eso tan típico del disco catártico o terapéutico?
—Sí. En este caso, el compositor principal de los temas es Gómez, mi hermano, el cantante. Él encontró la necesidad de, como usted dice, liberarse a través de las canciones y sacar todo eso que llevaba dentro. El hecho de que el disco ya esté fuera y que las canciones lleguen al público en directo también es liberador. Es importante que tus canciones traspasen y lleguen a otras personas. Ese es un poco el objetivo de la música cuando compones.
—El sonido del disco es denso y compacto, poderoso por momentos. ¿Había un plan sonoro diseñado que se cumplió?
—Sí, creo que sí. Ya con el formato actual, con tres guitarras en directo, todo tiene mucha fuerza, muchas capas y mucha intensidad. Era nuestra intención que eso se reflejara en el disco, que lo que ocurre en el directo se notara en la grabación. Queríamos un álbum con muchas capas, intenso, con guitarras y fuerza. En ese sentido, estamos muy contentos con el resultado.
—Al escucharlo, pienso precisamente en el directo, con canciones convertidas en himnos para cantar entre muchas personas. ¿Cómo está siendo el trasvase de todo este material?
—La verdad es que estamos muy contentos. Nuestra concepción de la música siempre está muy pensada en cómo funcionan las canciones en directo y en cómo las recibe la gente. Es lo que más sentido da a nuestra carrera musical. Este verano, después de tocar en más de 25 festivales, hemos visto que el público se sabe las canciones, que les gustan, y el resultado ha sido muy positivo.
—Además de ese sonido poderoso y compacto, hay también un punto de ambición en el disco. Por ejemplo, «Ahora» me parece una canción especialmente ambiciosa en lo musical. ¿Qué me diría usted de ese tema y de esos momentos más expansivos del disco?
—Sí, tiene un formato más de estadio, ¿no?
—Sí, de una canción grande.
—Es curioso, porque precisamente esa fue la última que metimos en el disco. Era una canción que mi hermano compuso hace muchos años, sobre 2012 o 2013. Se grabó en un EP más íntimo y tranquilo, pero siempre le veíamos potencial para ser una canción más grande, más amplia. Le encantó a Paco, nuestro productor, y al final se quedó como un medio tiempo con fuerza y sonoridad de gran formato.
—¿Sienten que este disco refleja el momento vital que atraviesan, no solo como músicos sino también como personas?
—Bueno, como le decía, Gómez es el principal compositor. Sí, creo que hay una sensación común: vivimos en una época en la que estamos muy pendientes de lo correcto, de lo que se debe decir o hacer. Esas “voces externas” opinan constantemente sobre nuestras decisiones y pueden llegar a atormentar. Creo que muchas personas se verán reflejadas en esas letras, porque hablan justo de eso: de las presiones, de la mirada ajena, de la duda.
—Musicalmente, el grupo combina introspección lírica con contundencia sonora y melódica. ¿Cree usted que han encontrado el equilibrio entre fuerza y emoción?
—Sí, creo que estamos en el camino. Nos sentimos cómodos con esa sonoridad potente y emocional. No sé si será nuestro sonido definitivo —una banda siempre evoluciona—, pero sí tenemos claro que queremos mantener esa contundencia y esa cercanía con el rock, que es lo que más nos identifica.
—Y pese a esa contundencia, el nombre del grupo, Melifluo, transmite suavidad, dulzura, fluidez. ¿Por qué eligieron ese nombre?
—Cuando empezamos, mi hermano y yo lo hicimos como dúo, después de muchos años tocando en bandas de rock con mucha guitarra y fuerza. Iniciamos este proyecto con una idea más tranquila, más street hop, con sintetizadores y ritmos suaves. Buscando nombre encontramos “melifluo”, un adjetivo en desuso que alude a algo delicado y a un sonido dulce. Nos gustó porque estaba libre y tenía ese contraste: delicadeza en el nombre, pero contundencia en el directo.
—En las notas de prensa también se menciona el pasado en Supersubmarina de algunos de los miembros. ¿Hay conexión entre ambas etapas?
—Sí, claro. Dos de los miembros de Melifluo fuimos parte de Supersubmarina, y Gómez, el cantante, giró con nosotros durante años. Hay una conexión vital, de aprendizaje y de experiencia. Lo que sabemos hacer en el escenario lo aprendimos allí. Pero no buscamos que Melifluo se parezca a Supersubmarina. Es otro camino, otra historia. Algunos seguidores de Supersubmarina disfrutan de Melifluo; otros no lo entienden, y está bien. Al final, esto es lo que sabemos hacer y lo hacemos con amigos, con gente cercana, porque es nuestra forma de vivir la música.