Celestino García Braña reivindica en un ensayo el legado arquitectónico de Domingo de Andrade

E. Araújo SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

Celestino García Braña -en la mesa, segundo por la derecha- elogió el valor de la Berenguela.
Celestino García Braña -en la mesa, segundo por la derecha- elogió el valor de la Berenguela. Icíar Pereiras

El libro del arquitecto analiza la transformación experimentada por Santiago en los ámbitos urbanos y religiosos entre Praterías y A Quintana gracias a la construcción de la Berenguela

10 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada vez que alguien mira la catedral de Santiago está observando una construcción que vio la luz en plena Edad Media, pero que hasta el siglo XVI no se asemejó al diseño y la envergadura de la que hoy se disfruta como una de las basílicas más conocidas e inmortalizadas del mundo por su belleza y simbolismo.

Para que esto fuese así tuvo que nacer en Cee, en el año 1639, Domingo de Andrade, el alma del barroco gallego. Este arquitecto diseñó la torre del reloj de la catedral compostelana, su primera obra, conocida como la Berenguela. También participó en el diseño actual de la Puerta Santa, la Casa da Parra y la Casa da Conga, que fue su último legado tras cuatro décadas de trabajo.

Toda esta impronta ha sido objeto de una profunda investigación que ayer vio la luz en el Museo do Pobo Galego, integrado, por cierto, en el monasterio de San Domingos de Bonaval, también diseñado por Andrade.

La autoría del libro Domingo de Andrade. Continuidad y transformación en un enclave compostelano, coeditado por el Consorcio de Santiago y Teófilo Edicións, corresponde al arquitecto gallego nacido en Asturias Celestino García Braña (Mieres, 1945). Contó con la colaboración del también arquitecto Adrián Alonso Lorenzo, que aportó la parte gráfica, fundamental para visibilizar por qué Domingo de Andrade fue un referente de su tiempo como artífice de lo que se denominaría barroco compostelano.

El libro analiza con sumo detalle la transformación experimentada por Santiago en los ámbitos urbanos y religiosos entre Praterías y A Quintana gracias a la construcción de la Berenguela, que en su día fue la edificación más alta de Galicia, superando a la torre de Hércules.

García Braña, arquitecto de reconocido prestigio por intervenciones como la rehabilitación del monasterio de Caaveiro y por sus múltiples publicaciones, señaló en la presentación que, si bien las tipologías de edificación que diseñó Andrade ya existían en su época, su osadía y su maestría dejaron un legado que cumple a la perfección las premisas exigibles a la arquitectura: «La adecuada permanencia en el tiempo y una belleza que tiene en cuenta el entorno que la rodea».

Esta cuidada publicación optó al premio del certamen europeo Architectural Heritage Intervention en la categoría de divulgación.