Esencia (A Coruña): Producto, temporada y técnica para llevar la cocina de siempre a un nivel superior

Si uno es capaz de dejar de lado la desconfianza que suelen generar los espacios gastronómicos dentro de los hoteles, podrá descubrir en el restaurante Esencia del hotel Plaza una carta con propuestas de un gran nivel donde la tradición y la temporada juegan un papel fundamental. «Estamos dentro del complejo del hotel, pero somos un restaurante de a pie. Buscamos eso desde el principio y lo hemos conseguido. La mayoría de los clientes vienen de fuera», explica su metre, Quique Garcia. La mayoría de los platos que salen de la cocina, además de sorprender con sabores cuidados y técnicas bien aplicadas, son aptos (o pueden adaptarse) para personas celíacas. Tanto es así que incluso la fideuá de chipirones, langostinos y alioli puede prepararse libre de gluten sin perder ni un ápice de intensidad en su sabor. «En pocos sitios trabajan pasta sin gluten. La hacemos con un caldo con las carcasas de los langostinos y huesos de rape. Llega a mesa en su paella y siempre servimos nosotros el primer plato. Nos gusta cuidar los detalles y a los comensales les gusta», añade el profesional.

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La carta tiene propuestas que invitan a compartir como las croquetas, de una melosidad que atrapa al paladar desde el primer bocado. «Son el sello de la casa. Normalmente son de jamón ibérico, pero intentamos también hacerlas con otros productos. Las tuvimos de centolla y también de manitas de cerdo con chopo y fueron un éxito. Podemos hacerlas también sin gluten y sin lactosa», precisa García. Otro de los platos que da buen repartir son los huevos fritos con aceite de trufa y jamón ibérico. Van sobre una cama de patata panadera y la mezcla de sabores lo hace irresistible. También las pizzas —las tienen de pulpo á feira con queso San Simón o de burrata con jamón ibérico y rúcula— sirven para disfrutar entre varios.

Los devotos de las carnes tienen el en magret de pato un plato con el que acertarán. «Lo tuvimos hace un par de años en la carta y tuvimos que volver a meterlo porque la gente lo pedía. Solemos recalcar que es un plato para quienes les guste la carne poco hecha», comenta el metre. La mezcla en boca del pato con el guiso de morcilla y manzana que lo acompaña y el toque de frutos rojos por encima resulta perfecto.

Para cerrar la visita con un broche dulce la torrija con helado de vainilla y sopa de chocolate o el tiramisú —lo preparan al momento y se agradece en el frescor que le aporta— serán una buena elección.

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