
La Nasa ha revitalizado las imágenes de la nebulosa Gum 31, con una apariencia etérea y brillante
19 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La NASA ha revitalizado una de las imágenes icónicas con las que el telescopio espacial James Webb inició en julio de 2022 su observación del Universo. Se trata de un paisaje etéreo conocido como los acantilados cósmicos, un brillante reino de formación estelar. La nueva visualización 3D derivada de los datos del Webb, creada por el NASA's Universe of Learning, ha sido presentada este mes en un evento especial organizado por la International Planetarium Society para conmemorar el centenario del primer planetario público en Múnich, Alemania.
El paisaje de «montañas» y «valles» conocido como los acantilados cósmicos es en realidad una parte de la nebulosa Gum 31, que contiene un joven cúmulo estelar llamado NGC 3324. Tanto Gum 31 como NGC 3324 forman parte de una vasta región de formación estelar conocida como el Complejo de la Nebulosa Carina. La luz ultravioleta y los vientos estelares de las estrellas de NGC 3324 han excavado una zona cavernosa en Gum 31. Una parte de esta burbuja gigante se observa sobre los Acantilados Cósmicos. (El cúmulo estelar en sí queda fuera de este campo de visión).
Los Acantilados presentan una apariencia brumosa, con vapor que parece elevarse desde las montañas celestiales. En realidad, las volutas son gas y polvo ionizado caliente que emana de la nebulosa bajo una avalancha de radiación ultravioleta implacable, informa la NASA.
Los observadores con ojo de águila también podrán observar rayas y arcos amarillos particularmente brillantes que representan emanaciones de estrellas jóvenes, aún en formación, incrustadas en los Acantilados Cósmicos. La última parte de la secuencia de visualización pasa rápidamente junto a un prominente chorro protoestelar en la esquina superior derecha de la imagen.
El telescopio espacial James Webb confirmó recientemente la presencia de hielo de agua cristalino en un disco de escombros polvorientos que orbita una estrella similar al Sol a 155 años luz de distancia. En 2008, datos del Telescopio Espacial Spitzer, retirado de la NASA, insinuaron la posibilidad de agua congelada en este sistema, extremo ahora confirmado.