Mónica Díaz: «Tenemos el faro más antiguo del mundo y enseñamos a pintar a Picasso»

Antía Díaz Leal
Antía Díaz Leal A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Mónica Díaz, con el paraguas amarillo que identifica a los guías turísticos oficiales de Galicia, en la dársena de la Marina, en A Coruña
Mónica Díaz, con el paraguas amarillo que identifica a los guías turísticos oficiales de Galicia, en la dársena de la Marina, en A Coruña IRIA TEIJEIRO PEREIRA

Esta guía reivindica la necesidad de mejorar el aparcamiento para los buses turísticos

20 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una de las veteranas de la profesión en Galicia. Se acreditó cuando, en el año 93, la Xunta convocó pruebas para guías turísticos. Aún no había terminado los estudios y lo vio como una forma de ganar algún dinero mientras estudiaba. Con tres décadas de experiencia, ahora es una de los siete profesionales que dirigen, cada sábado, nuevas visitas guiadas por la ciudad.

—¿Cómo son las nuevas rutas?

—En A Coruña había visitas guiadas todos los sábados, se interrumpieron porque durante el covid no se podía trabajar. Ahora, lo que hemos hecho es renovar el equipo, hay gente nueva, gente veterana, y ofrecemos una visita un poquito más completa. Antes era exclusivamente la Ciudad Vieja y ahora añadimos algo más de Pescadería y zona de playas.

—¿Y por dónde nos llevan?

—El punto de encuentro es la plaza de María Pita porque es el más emblemático, es fácil de encontrar para los turistas. Hacemos un recorrido por la Marina, Puerta Real, Ciudad Vieja, Pescadería, que es un barrio emblemático de la ciudad y así también le hablas a la gente de cómo vivimos los coruñeses, dónde hacemos nuestras compras, nos tomamos nuestros vinos y pasamos nuestro tiempo de ocio. Y terminamos en la plaza de Pontevedra, después de haber pasado por las playas. Pero también es importante hablar de otros elementos. Yo siempre digo que nuestros mayores orgullos son la torre de Hércules, el faro más antiguo del mundo, y que le hemos enseñado a pintar a Picasso, que tomó la decisión de ser pintor pasando su infancia en A Coruña, que es algo que mucha gente desconoce, tanto españoles como extranjeros.

—Es llamativo que haya tantas cosas que los propios coruñeses no conocemos, y que podemos aprender en estas visitas.

—Sí, sí. De hecho, desde que soy guía pongo todo en un contexto. Como el momento en que fueron construidos los edificios y los espacios, quién vivía allí, quién los hizo y por qué. Pero también cómo a lo largo de las generaciones y los siglos que van pasando, los ciudadanos de A Coruña seguimos conviviendo con estos espacios y qué significado tienen para nosotros.

—¿Qué es lo que más llama la atención a quienes participan en las visitas?

—A los que vienen de fuera, puede ser cualquier cosa, hasta las típicas ranas que hay en el suelo para que los niños vayan al cole. Esos pequeños detalles de la vida cotidiana, la costumbre del tapeo, cosas que no somos conscientes de que en el resto del mundo no son así y que les llaman la atención.

—¿Y para los que son de aquí?

—Yo creo que hay muchos vacíos. Todo el mundo es consciente del pasado romano, la batalla de Elviña... Pero tenemos tantísimas cosas a lo largo de la historia, la presencia judía por ejemplo. Hay muchas cosas de personajes anónimos, como el trabajo de las mujeres: en A Coruña toda la industria tradicional, desde las conserveras, el tabaco, el chocolate, toda la mano de obra femenina, el poder que tenía en la vida de la ciudad la actividad laboral de las mujeres, comparado con otros países, incluso con el resto de España.

—¿Queda algo por descubrir?

—El fútbol, por ejemplo, sobre todo con vistas al Mundial de 2030. Pero tengo una reivindicación: la dificultad de aparcamiento de los buses turísticos. El espacio de la Torre se ha quedado pequeñísimo y es el único en el centro. El día 22 llegan cinco cruceros, 15.000 turistas, y va a haber cientos de autobuses. Yo creo que no está habiendo previsión de espacios para que la ciudad sea realmente accesible.

«Soy una friki de los idiomas, ahora estoy aprendiendo chino»

Más allá de la nueva temporada de visitas de los sábados, Mónica trabaja sobre todo con turistas extranjeros.

—Cuando me habilité en el año 93 ejercía en inglés y francés, que eran los idiomas que dominaba. En el año 96 estuve trabajando en Alemania. Cuando regresé empecé a trabajar en alemán cada vez más, y en estos momentos representa probablemente el 70 % de mi facturación.

—Y está aprendiendo chino...

—Soy una friki de los idiomas. Últimamente he empezado a tener algún grupito de chinos, y estoy aprendiendo. Están muy orgullosos de su cultura, de tener 5.000 años de historia, pero por culpa de la Revolución Cultural y de la especulación capitalista, muchos edificios históricos los han destruido. Por eso les llama la atención cuando vienen a A Coruña y descubren que tenemos un faro de 1.900 años, o varias iglesias de 800.

—¿Sufren mucho intrusismo en su trabajo?

—Para sacar el carné en Galicia piden una titulación superior e idiomas, pero la ley dice que puede ejercer cualquier guía que lo haya hecho en otra comunidad. ¿Qué pasa? Que hay quien no tiene requisitos para sacarlo aquí, y sin haber pisado otra comunidad, como Aragón, que puedes sacar el carné por internet, hay mucha gente, sobre todo en los free tours, que están ejerciendo con un carné de Aragón sin haber pisado esa comunidad. Tampoco hay inspectores de turismo suficientes. A mí me preocupa la imagen que están dando algunas agencias que han surgido que me gustaría saber cuántas de las personas que están guiando son oficiales. Van captando gente que sale de los cruceros, los meten en autobuses y hacen sus visitas panorámicas, y yo jamás he visto un inspector controlando esto.