La anchoa del Cantábrico da muestras de buena salud: la biomasa de juveniles se duplica

somos mar REDACCIÓN / LA VOZ

CIENCIA

AZTI | EUROPAPRESS

La talla está por debajo de la media, algo que la ciencia achaca a la excelente supervivencia de las crías nacidas en primavera

26 nov 2025 . Actualizado a las 04:45 h.

La población de anchoa en el Cantábrico Noroeste sigue estando robusta, según han certificado los científicos que han participado en la campaña Juvena, desarrollada en aguas de ese caladero entre el 5 de septiembre y el 10 de octubre. El stock de Engraulis encrasicolus (también bocarte o boquerón) ha dado muestras de buena salud, con una abundancia alta y una biomasa de juveniles que los biólogos estiman en 544.781 toneladas, una cantidad que «duplica la media histórica y supone un incremento notable respecto a las 255.344 toneladas registradas en el 2024», explica AZTI, el centro tecnológico vasco, que ha liderado la campaña. Y tan notable: el número de crías ha crecido un 113,35 % desde la última evaluación.

Así las cosas, todo apunta que habrá «un buen reclutamiento» para la costera del 2026. Puede que mejor que la de este año, en el que en pleno mes de octubre se descargaron más de millón y medio de kilos en las lonjas gallegas, algo hasta ahora muy poco habitual.

Los resultados de la Juvena no vienen más que a apuntalar las previsiones obtenidas en la campaña Bioman, también liderada por AZTI, que ya en mayo pasado auguraba una biomasa adulta elevada y una alta producción de huevos.

La combinación de ambas series (las de Juvena y Bioman) permiten estimar «con precisión el reclutamiento y la evolución del stock», una información «esencial para la evaluación científica que realiza el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES). Es decir, que estos datos son los que se tendrán en cuenta para fijar el total admisible de capturas (TAC) de la próxima costera. 

De menor talla

Ahora bien, si la abundancia está muy por encima de la media de los últimos años, no sucede lo mismo con el tamaño. Este, de acuerdo con los científicos de AZTI, se sitúa en 6,3 centímetros, una talla por debajo del promedio de la serie histórica, algo que los biólogos dicen que es habitual en años «con elevada supervivencia de la puesta».

Además, la abundancia estimada en la campaña, que cubrió un área total de 38.160 millas náuticas cuadradas, confirma la «excelente supervivencia de los juveniles nacidos en primavera» y da evidencias de que se han dado unas condiciones oceanográficas y de productividad muy favorables para el desarrollo larvario y juvenil.

«La anchoa europea es una especie de vida corta y alta variabilidad interanual, muy sensible a las condiciones oceanográficas del golfo de Vizcaya», explica Rogelio Pozo, consejero delegado de AZTI. Este recuerda que el ciclo vital de la especie, de apenas dos a tres años, y su reproducción dependiente de factores como la temperatura del agua, la disponibilidad de alimento o las corrientes oceánicas, «hacen que su biomasa varíe notablemente de un año a otro».

La costera de este año finalizó con un nivel de capturas elevado y un mercado estable, según los gestores vascos, aunque no se capturó toda la cuota que había disponible. De los 28,6 millones de kilos autorizados a pescar en el Cantábrico Noroeste se capturaron 21,3; esto es, el 74 % de las posibilidades de pesca. En cuanto al precio medio en las lonjas del País Vasco, este se situó en los 2,05 euros, frente a los 1,5 del 2024.

En las rulas gallegas se desembarcaron más de cien millones de kilos, pero esa cantidad engloba tanto las capturadas en el Cantábrico como al sur de Fisterra.