
La obra presenta una visión surrealista que combina incongruencia y belleza onírica
12 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«Caballo. La obra presenta una visión surrealista que combina incongruencia y belleza onírica. El color violeta cubre el cuerpo del equino, que tiene una apariencia metálica, resuelta en formas geométricas cóncavas. Sus patas delanteras son estilizadas y rectas, en contraste con las traseras, que se presentan en arpeo. Este acero aparente refleja la luz ambiental de un sol que intenta filtrarse a través de las nubes, creando una atmósfera fantástica que une cielo y tierra en el infinito. El caballo se inserta en un paisaje marino donde es el absoluto protagonista, rodeado de dunas y un mar de aguas procelosas. Los colores predominantes, morados, verdes y marrones rojizos, realzan la composición y crean una sensación de ensueño. Tienta poder bautizar a este corcel al igual que a los legendarios Rocinante, Babieca o Bucéfalo».
Ramón Andrés Pérez Rodríguez es un artista de Outes que muestra, a través de dibujos, su visión del mundo