De O Cavadelo a la MSL

José Ramón Alonso de la Torre
J.R. Alonso de la torre REDACCIÓN / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

En Vilagarcía, los alcaldes de larga duración salen del fútbol siete o de la Master Senior League de baloncesto

06 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

De todos los nombres de bares y restaurantes que hay y ha habido en Vilagarcía, el que más me llamaba la atención era Amor de Madre. Se trata de un local que está en O Piñeiriño y acaba de cambiar el nombre. El pasado 8 de junio comí allí y, sin que pueda considerarse una relación causa efecto, cinco días después, rizaba el rizo y empezaba a llamarse Amor de Abuela. El restaurante ha triunfado por el nombre, por la cocina, por el servicio y por sus tartas de queso.

Amor de Madre o Amor de Abuela son nombres inverosímiles para una cafetería-restaurante, pero la hostelería es así y en Vilagarcía, agotados los nombres clásicos (España, California, Loliña, Castelao), bares, pubs y taperías rebuscaron la originalidad en el universo de los apodos: La Malquerida, El Tranquilo, La Pepita, La Antigua, La Francesa… Y han acabado rompiendo con las costumbres y las modas con este Amor de Abuela.

La intrahistoria de las ciudades se puede investigar atendiendo a los nombres de sus bares, pero también aporta mucha información estudiar los nombres de los equipos deportivos de las ligas populares. Recuerden cómo se llamaban los clubes o grupos de amigos que disputaban en los años 80 y 90 la liga de fútbol de O Cavadelo.

Ese descampado vilagarciano fue fundamental en la historia popular de la ciudad. Además de campo de fútbol, llegó a ser vertedero provisional de basuras en 1986, fue luego espacio festivo donde se instalaron, en las fiestas de Santa Rita de 1998, el doble de atracciones que en las fiestas compostelanas de la Ascensión de ese mismo año, y en 1997, se celebraron allí 48 horas de futbito con 32 equipos y 1.500 personas asistiendo a la gran final.

Pero O Cavadelo también tenía su faceta política. En 1995, dio nombre al pacto que firmaron Ayunta­miento de Vilagarcía, Auto­ridad Portuaria, Jefatura de Costas, Cofradía de Vilaxoán y las organizaciones de productores de Carril y Vilaxoán. Gracias a ese Pacto de O Cavadelo, la playa de Compostela acabó siendo un inmenso are­nal, Vilaxoán recuperó sus playas y hubo ayudas para los mariscadores.

En el campo de fútbol de O Cavadelo, competían equipos que tenían nombres de bares, pubs, vinos, conservas y restaurantes. Era lo propio de aquella época de final de milenio. Jugaban el O Churrasco contra el Conservas Friscos, el Bodegón San Miguel contra el Jamonería Os Arcos, el Viña Cartín contra el Pub Pecados… Pero desde el punto de vista político y sociológico, lo más significativo es que había pocos aspirantes a concejales que no hubieran jugado al fútbol en O Cavadelo y el alcalde que más tiempo gobernó Vilagarcía durante aquellos años, Javier Gago, había sido, naturalmente, futbolista en O Cavadelo, por no hablar de otros ediles como Carlos Guerrero, campeón de copa en O Cavadelo con un equipo de nombre hostelero por partida doble: Peñón-O Churrasco.

En O Cavadelo se levantó, ¡oh sopresa!, en tiempos de Rivera Mallo como alcalde, una plaza de toros donde cantó Mecano y se celebró una novillada que recordó a la Vilagarcía taurina de cien años antes, cuando en el San Roque de 1892 toreó Fernando Gómez El Gallo y se fletaron trenes especiales desde Santiago de Compostela para verlo. Fue durante las fiestas de Santa Rita de 1995 y en O Cavadelo, cuando admiramos la noria más alta de Europa y en agosto del 92, O Cavadelo llegó a convertirse en un asnódromo donde se disputó un emocionante derby de pollinos que atrajo a Vilagarcía a los mejores jumentos de A Illa, Vilanova, San Miguel de Deiro y Caldas de Reis, que compitieron por llevarse un sustancioso premio: 35.000 pesetas y tres sacos de pienso.

Pero cambiamos de milenio y también cambió Vilagarcía. O Cavadelo se convirtió en un párking y en lugar de norias y plazas portátiles, vimos cómo se instalaban allí los juzgados y la comisaría. ¿Y a qué se dedicaron maduritos y puretas vilagarcianos para mantenerse en forma, juntarse una vez a la semana, hacer deporte y tomarse después unas cañas o unos saludables smoothies? Pues a jugar a baloncesto.

En lugar de llenarse de barro y pasar frío en O Cavadelo, ahora juegan a baloncesto 3x3 en el pabellón del IES O Carril. El campeonato tiene un nombre muy americano: la MSL, o sea, Master Senior League, y los equipos tienen nombres graciosos, enrollados, modernos, guais… Se llaman Andaina Estrella Floja, actual campeón, Cocinas Santos-Conservas Estela do Mar, que ha quedado subcampeón y tiene un nombre más clásico, El Flaco, Fuera de Forma, Angry Cats Duende, Churrabasket Mobu, Te lo Reservo 6,25…

Aunque lo más llamativo de la MSL y lo que enlaza esta liga de maduros con la Copa de O Cavadelo es que también de esta competición ha salido un alcalde de Vilagarcía. Si Javier Gago, el alcalde referencia de los 90, había sido futbolista en O Cavadelo, Alberto Varela, actual alcalde, fue jugador en la MSL. Ana Granja, líder de la oposición, sabe perfectamente que el deporte popular condiciona la política vilagarciana y estuvo en la final de la MSL, el pasado 14 de junio en la plaza de Galicia, entregando el trofeo a la deportividad. Fue un símbolo, un aviso, una declaración de intenciones.