En Cervo y en Barreiros mostraron que tienen mucho más que «un par»

Y. G. / R. G. R. CERVO / LA VOZ

BARREIROS

La Festa do Ovo Frito de Cervo volvió a demostrar una vez más su poder de convocatoria.
La Festa do Ovo Frito de Cervo volvió a demostrar una vez más su poder de convocatoria. Xaime Ramallal

Ambos rincones de A Mariña celebraron ayer casi a la misma hora sus fiestas del huevo frito

15 ago 2025 . Actualizado a las 22:51 h.

Cuando decimos «con un par» en español nos referimos a la valentía y al coraje. Es lo que precisamente hace falta tener para convocar la misma fiesta gastronómica en el mismo día y a la misma hora. Y, encima, sin desmejorar en éxito. En su día se pensaba que las respectivas fiestas del huevo frito que organizaban en Cervo y en Barreiros podían ser «rivales». Pero el tiempo ha dado la razón a otra expresión, «dos mejor que uno», que además es el nombre de la película española de 1984 protagonizada por José Sacristán y Antonio Resines. Volviendo al 2025, ayer 14 de agosto, Día Mundial del Lagarto, se celebró a las ocho de la tarde la XVIII Festa do Ovo Frito en Cervo, organizada por Airiños do Xunco y Cabaleiros da Bidueira, solo media hora después de que arrancase la VII Festa do Ovo Frito, promovida en la localidad barreirense por el CF Celta Barreiros.

La «lista de la compra» al unir ambas es más que llamativa: 11.400 huevos, 5.600 chorizos y 1.600 kilos de patatas. Todo producto de la tierra. La cervense, la veterana, es la que más consume. El año pasado vendieron allí, en la Praza do Souto, exactamente 2.985 tiques, según recordó el presidente de Airiños do Xunco, Rafael Blas. Unos mil menos manejaría la barreirense. El tirón para degustar en A Mariña, con 25 kilómetros de diferencia, la misma ración compuesta por dos huevos fritos, un chorizo, patatas, bebida y pan es innegable. ¿Cuál es el secreto para que tanto en Cervo como en Barreiros un plato sencillo donde los haya, y que uno replicaría en casa sin problema, tenga tanta demanda? Se suele escuchar: «Sabe como o da casa». También puede servir de reclamo el precio económico de la ración, con la que llegas cenado al hogar. El presidente del Celta Barreiros, José Manuel García, subraya que «é un prato que lle gusta a todo o mundo». Se refiere también a los niños: «Hai tres semanas fixemos a festa do mexillón, pero nin iso nin o lacón cocido lles gusta aos nenos. Tivemos que facer as ‘salchipapas', que algún adulto tamén comeu». «Ademais, aínda que estea bo día e os bañistas tarden en subir da praia, a partir dunha hora vén á festa do ovo frito toda unha caravana de xente», agrega. En Cervo, la organización habilitó, al igual que el año pasado, hasta tres filas más de puntos de venta de tiques. Según Rafa Blas, llegaron a precisar casi cien personas para los preparativos, pues tenían un total de 16 fogones donde freír se volvió como coser y cantar. Fue un no parar entre huevos, chorizos y patatas desde un palco, donde todos pudieron ver la producción en serie.

Pese a la rápida preparación de quienes acumulaban años de experiencia, las colas ayer en Cervo rondaban, sobre las nueve de la noche, los 400 metros en dos direcciones: desde la Praza do Souto hasta cerca del consistorio, y desde el mismo epicentro de la fiesta hasta el edificio de las Escolas Vellas, en la vía que lleva a Sargadelos. Tal es la afluencia a una fiesta que rinde culto «al mejor plato del mundo», según resaltó el actor Luis Tosar en una entrevista. Y es que la clara, con su puntilla crujiente, la yema, con esa salsa natural que envidiaría el mejor chef, y las patatas y los chorizos son una apuesta siempre ganadora. Barreiros y Cervo fueron la prueba del algodón.

Pero si alguien se quedó con ganas de más huevos, que sepa que en Barreiros, más concretamente en Celeiro de Mariñaos, todavía van a celebrar todo este fin de semana su fiesta de la tortilla, con un concurso donde se elegirá al mejor chef.