La coreógrafa de Shakira, en Laxe: «Es aquí donde quiero pasar el resto de mis veranos»

Patricia Blanco
PATRICIA BLANCO CARBALLO

AL SOL

ANA GARCÍA

«Es un regalo de la vida», dice Maite Marcos, de extenso currículo, sobre la artista colombiana, ya también amiga

16 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Lo llevo con naturalidad, porque para mí así lo es. Todos somos seres humanos». La coreógrafa barcelonesa Maite Marcos Muñoz sabe de esas informaciones que la sitúan como amiga y confidente de la estrella Shakira: lo es, pero ni lo publicita ni rehúsa hablar de ello con total amabilidad. Lo hace desde Laxe, uno de los corazones de la Costa da Morte, donde Maite ha hallado su refugio de verano: «Los últimos doce años de mi vida he veraneado aquí. Mi marido es gallego, y desde que pisé Laxe el primer verano, dije que este es mi sitio, dónde quiero pasar el resto de veranos de mi vida».

Tiene claros los motivos: «Me encanta este pueblo. Acogedor, hospitalario... Me encanta oír hablar en gallego, y también me gusta el clima, imprevisible. Un día hace frío, otro llueve, otro sale el sol. No me importa, y como principal atractivo esta playa, un kilómetro y medio de arena blanca, fina y maravillosa, que me lo ofrece todo. Si está nublado, paseo; si hace sol, me baño; si quiero leer un libro, ahí están las dunas. Y qué decir de la comida...». Le vienen a la cabeza la tortilla, el pulpo e incluso la lechuga: «Te digo que hasta echo en falta el caldo gallego, me lo tomaría también en verano». Motivos de sobra, pues, para seguir eligiendo Laxe cada año, durante todo un mes: «Suele ser julio o agosto, de preferencia julio». Malpica, Fisterra, Soesto, el Camiño dos Faros o Corme son lugares que le salen de carrerilla cuando explica qué visitan cuando andan por la Costa da Morte.

ANA GARCÍA

Maite se ha dedicado a la danza toda su vida, primero como bailarina y después como coreógrafa y docente, encaminada al montaje de espectáculos. Su nombre está ligado al teatro, al cine, a la televisión, a la publicidad, a causas sociales o a artistas como la propia Shakira, pero también a Jennifer López o Alejandro Sanz, entre otros. Incluso a esa Super Bowl LIV, que reunió a las dos primeras. En su currículo hay tres Eurovisiones: Chikilicuatre, Soraya y Algo pequeñito con Daniel Diges: «Son grandes producciones, cada año se supera el país anfitrión». En estos momentos, no obstante, está centrada en la gira de la artista de Barranquilla.

La gira más importante

La coreógrafa remonta a veinte años atrás sus primeras colaboraciones con Shakira, «de forma no fija, para nada». Eso cambió con los años, hasta ser hoy parte de su equipo estable: «Lo que tengo con Shakira es ya un vínculo personal, siento mucho amor por ella. Cada acción en la que he participado ha sido interesante, sobre todo por la manera en la que trabaja, por su búsqueda de la perfección, de la excelencia. Su trabajo incansable para mí es un aprendizaje. A su lado he crecido como profesional y como persona. En estos momentos tiene en marcha la gira más importante de su vida. Son muchos años de carrera y un repertorio lleno de hits, tantos que ha sido difícil elegir para quedarse en dos horas y media de espectáculo. Se ha superado a sí misma una vez más, para ofrecerle lo mejor a sus fans, y siempre con algún tema nuevo. Diez bailarines, cambios de vestuario entre nueve y trece veces, 180 personas en gira, una dimensión tremenda». Será el 4 de agosto cuando ambas retomen Las mujeres ya no lloran World Tour en Los Ángeles. Por el momento, con idas y venidas a España, esta gira en la que Maite no solo es coreógrafa, sino codirectora, la ha llevado a México, Medellín, Barranquilla, Nueva York, Boston, Miami u Orlando. «He participado en la preproducción y en la creación, diez meses. Nunca me había visto en algo tan grande. Shakira para mí es un regalo de la vida, la considero una de mis mejores amigas y solo puedo tener buenas palabras para ella. Como profesional, y como persona, mejor todavía». Lo sabe también por su faceta en la Fundación Pies Descalzos, con la que se han escolarizado 200.000 niños afectados por guerrillas y pobreza en Colombia, y con la que la catalana ha colaborado mediante el diseño de un programa de educación artística para la etapa de primaria.

Maite Marcos y Shakira, en Barranquilla, rumbo al escenario
Maite Marcos y Shakira, en Barranquilla, rumbo al escenario INSTAGRAM MAITE MARCOS

Maite Marcos lleva toda una vida fraguando desde la danza un proyecto personal. Por eso está abierta a trabajar con otros artistas, si bien la colombiana ocupa un lugar destacado: «Cuando me necesite, estaré ahí, le voy a dar prioridad como he hecho este último año de mi vida». Su buen hacer como coreógrafa ha ido corriendo «de boca en boca»: «Ni siquiera estoy prácticamente nada en redes». Su última publicación es de hace 13 semanas.

ANA GARCÍA

Asegura que la danza, y su trabajo en particular, es «muy artesano, humano, en constante relación con las personas, laborioso y bonito, en busca de comunicar sentimientos y pasiones». «Se trata de crear un lenguaje, una expresión, llegar al arte, mover algo dentro de quien ve la coreografía», incide. En un perfecto día de verano en Laxe, Maite saca tiempo para reflexionar acerca de que la danza tiene más reconocimiento en otros países que en este, a pesar de su «vasto folclore», de ser «multicultural y plural»: «Cada comunidad tiene su propia danza, símbolo de identidad, pero la danza reglada, académica, clásica o contemporánea, necesitaría algo más de ayuda».