El joven médico de Vigo que desata grandes pasiones históricas

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El médico vigués Santiago Ogando, apasionado de la historia, en la entrada de la fortaleza de O Castro, junto a los cañones rusos.
El médico vigués Santiago Ogando, apasionado de la historia, en la entrada de la fortaleza de O Castro, junto a los cañones rusos. XOÁN CARLOS GIL

Desde el triángulo amoroso que cambió la historia de España hasta los cuernos más grandes de la realeza nos descubre el joven autor de «Romances y cuernos reales», un médico que se está especializando en neurología y que, si las urgencias lo permiten, cuenta historias... Pero siempre empieza por preguntar de dónde son a sus pacientes

28 jun 2025 . Actualizado a las 21:46 h.

Entre dos grandes pasiones se debate el corazón de este vigués de la cosecha del 99 que hoy se está especializando en neurología, pero ya en pañales se prendó de la historia, oyendo lo que contaban sus padres y sus abuelos. Era un crío en edad de echarse a las aventuras de Verne cuando se dio cuenta de que la realidad y la realeza le atraían tanto o más, de que la medicina y la historia iban a pedirle las dos compromiso vitalicio.

El joven Santiago Ogando ama dos vocaciones y es quien de conciliarlas sin perder la cabeza: la medicina, de la que hizo carrera y profesión, y la historia, que viene a ser una amante estable, divertida y más disfrutona que celosa.

¿Cómo se compaginan medicina e historia? ¿Es que ayudan las historias de la historia a prevenir, tratar o curar determinados males? «¡Los propios, seguro! —asiente—. Es cierto que la historia me gusta desde niño y que me decidí a estudiar Medicina en parte para tratar de hacer mejor la vida de la gente, que es algo que se consigue también con la historia... Pero son maneras muy diferentes», considera. Saber de historia y de ciencias sociales ayuda en la medicina, según su receta: «Si uno conoce algo de la historia del lugar de dónde es el paciente, puede acercarse más a él o animarle un poco. O decirle a un paciente ‘‘por el apellido que tiene, ¡seguro que es usted de Mos...!” siempre ayuda».

Contando en voz alta lo pequeño, Ogando ha conseguido desatar pasiones con la cuenta de Instagram @historiasporlahistoria, en la que tiende una suerte de alfombra roja interminable por el anecdotario inadvertido o secreto de reyes y reinas de España, y otros personajes de abolengo. ¡Pero humanos! Con algunas de esas pequeñas historias que tan a menudo se escabullen de los manuales, él ha armado un libro, Romances y cuernos reales, que ha presentado ya en Ourense, Vigo o A Guarda, picando la curiosidad rosa de muchos lectores.

El salseo siempre atrae y distrae más que la versión oficial y la oficiosa. «Me dirijo a la gente común y a la gente que sabe del tema, por dar otra visión diferente, para saber cosas que no son tan típicas de los libros», apunta el divulgador, que no se detiene solo en los hitos de Gala Placidia, Alfonso XIII, los Reyes Católicos, Carlos I o Fernando VII, sino que lleva el foco a los amores de estos monarcas para desnudar la vena romántica y más pícara de los que ocuparon el trono hispánico.

«No por ser reyes o reinas sentían o pensaban de una manera diferente al resto... Tenían otra forma de vivir, porque en esas circunstancias siempre estás expuesto a un tipo de privilegios y de deberes. Pero, al final, los procesos cerebrales son los mismos que los del resto de las personas», explica el médico, que revela, por ejemplo, cuál fue el triángulo amoroso medieval que cambió la historia de España. Por si lo ignoras, aquí en resumidas cuentas: el que formaron Alfonso XI, su amante Leonor de Guzmán y su legítima esposa, la reina María, una historia que se resume en «la tragedia de la Favorita».

LA PAREJA MÁS FIEL

Seis historias son las que nos tientan a querer saber en Romances y cuernos reales. ¿Cómo hizo el autor la selección de estos amores? «Empecé por Ataúlfo y Gala Placidia, que casi fueron los primeros reyes pos-Roma en Hispania, y terminé con Alfonso XIII y Victoria Eugenia, que son los bisabuelos del actual rey. Hice la selección dando grandes saltos», sin dejar pasar de largo a los Reyes Católicos y Carlos I. El que más atrajo a este médico que hace historia divulgando historias fue el capítulo de Carlos I y su esposa, Isabel de Portugal, un matrimonio por conveniencia entre primos recién conocidos, dos primos a los que no dieron mucha opción ni Cupido ni Estado y que se amaron como para perder el sueño por la noche e inspirar al mismo Garcilaso de la Vega aquellos versos: «Aconteció en una ardiente siesta, viniendo de la caza fatigados...». «A mí es de estos amores reales el que más me gusta porque es el único (quizá no el único, pero sí el que más célebremente) se mantuvo fidelidad de pareja. Y además por el interesante papel político que tuvieron ambos en la historia de España», detalla.

Amor y política son, más en estos casos, compañeros de cama, malos y buenos. «A veces para bien y otras para mal. En el caso de Carlos I e Isabel de Portugal fue para bien, en otros tuvo consecuencias muy negativas, a nivel familiar e internacional», señala.

Los Reyes Católicos, ilustra, vivieron en su relación por acuerdo varias etapas. «Isabel salía del dominio de su hermano, que era el rey en ese momento, y Fernando, inesperado heredero del reino de Aragón, conseguía ampliar sus derechos. Pero se enamoraron. Lo suyo fue un poco flechazo. Pasaron otras épocas peores, por infidelidades de Fernando y por momentos de guerra y de separación, pero en general fue un matrimonio muy bien avenido», resume Santiago. Un detallito interesante de esta pareja que marcó la transición (entre la edad media y la moderna): Fernando era solo un año más joven que Isabel, que se libró con el joven Fernando de candidatos a esposo «como el hermano del marqués de Villena, ¡que le sacaba décadas!».

El amor no tiene edad, dicen, pero piensa nuestro cronista vigués que, cuando es fruto de intereses de Estado, es preferible o más estimulante compartir intereses generacionales.

La primera historia que apasionó a este médico vigués, como es natural, fue la de Vigo. «Una historia fascinante, ya durante la época romana. Ahí está Vigo Street, calle situada en el centro de Londres, que hace alusión a la batalla de Rande en la guerra de Sucesión; el Vigo de la Reconquista, fue la primera ciudad de Europa que echó a las tropas de Napoleón. Ya solo conociendo la historia de Vigo, todo lo que se puede aprender de la historia de España y de Europa... es fascinante. La reunión de Alfonso XIII con el káiser Guillermo II en la ría de Vigo...», comparte.

La historia no es algo etéreo ni un mapa cronológico de nombres y fechas. «Si conocemos la historia, enseguida la relacionamos, por ejemplo, con los nombres de las calles por las que pasamos, como la calle Alfonso XIII de Vigo... O Cánovas del Castillo. Saber este tipo de cosas y enseñarlas de manera práctica puede ser muy interesante y beneficioso para los niños y para la gente en general, como hacer actos sobre la historia de los nombres de las calles. El saber histórico es un saber muy práctico», defiende.

¿Podemos ver al rey don Sancho como un pionero de la operación bikini y la violencia estética? Quizá. «Don Sancho I murió envenenado por una manzana, según algunas fuentes, en Castrelo de Miño. Pesaba 240 kilos y se lo llevó su abuela a Córdoba para que su primo lo pusiera a dieta... Terminó envenenado por una manzana, el alimento que tan buenas digestiones le había procurado», cuenta.

Sus fuentes son solventes y variadas. Para el primer capítulo de Romances y cuernos reales recurrió al cronicón de Idacio, «que era de Chaves», y para el de Alfonso XIII consultó el Boletín Oficial del Estado, aparte de acceder a postales privadas. «Fuentes las hay por todas partes, otra cosa es llegar a ellas», advierte quien tiene siempre repertorio para las comidas familiares y los viajes entre amigos.

Preguntarles a los pacientes de dónde son es costumbre en este apasionado de la historia que en cuarto de Medicina creó esa cuenta de Instagram con 100.000 seguidores, en la que va operando el corazón de las historias que encierran frases tan sonadas como No se tomó Zamora en una hora. La reina gallega de la belle époque, la estirpe real de la pizza Margarita y las raíces gallegas de la familia real belga son solo algunos de sus salseos...