Seis recetas para convertirte en el rey de las brasas

Marco Soriano de Tejada

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Julio y agosto son sinónimos de buen tiempo, reuniones al aire libre y el inconfundible aroma de la lumbre encendida. Damos por inaugurada la temporada de barbacoas. Toma nota y sigue los pasos para un verano a la parrilla

02 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Encender una barbacoa no consiste solo en poner carne sobre el fuego, es todo un arte. Desde la elección del carbón, mejor si es de encina o marabú, aunque también pueden ser briquetas, hasta la preparación de los ingredientes como son los marinados o adobos. Un truco esencial es dejar que las brasas alcancen su punto óptimo. Deben estar cubiertas de una capa blanca de ceniza y sin llamaradas para que el calor sea homogéneo. Para ello, es muy recomendable encender previamente el carbón en una chimenea.

En cuanto a las recetas, poner en una salmuera con antelación carnes y pescados es un buen recurso que marca la diferencia. Dependiendo del tamaño de las piezas que vayan a pasar por la barbacoa, hay que aplicarles más o menos tiempo, pero la media podría ser de 20 minutos, en una salmuera hecha con 50 g de sal por cada litro de agua. Además, una simple mezcla de aceite de oliva, ajo, limón y hierbas como romero o tomillo puede realzar el sabor sin restarle protagonismo a las carnes, pescados o verduras. En cuanto a estas últimas, es mejor cortarlas en tiras gruesas para evitar que se quemen y así conseguir una textura jugosa. Por ejemplo, el maíz a la brasa con mantequilla y pimentón es un clásico que nunca falla.

Un truco poco conocido es añadir una ramita de romero directamente sobre las brasas para aromatizar el humo, sobre todo si tenemos una barbacoa de carbón Weber, ya que la tapa ayuda a conseguir un sabroso y potente ahumado. También se puede utilizar un pincel de ramas de laurel atadas para dar sabor al ir volteando los alimentos. Y, por supuesto, no hay que olvidarse de los postres. Algo tan sencillo como unas rodajas de piña o melocotón a la parrilla, con un toque de miel, son una forma sencilla y deliciosa de cerrar una comida al fuego. También se le puede espolvorear un poco de azúcar glas para obtener un bonito caramelizado uniforme y crujiente. En definitiva, las barbacoas veraniegas no son solo cocina, sino que podríamos decir que son una experiencia. En ellas hay risas, historias compartidas al atardecer, y ese sabor inconfundible que solo puede dar el fuego. Una tradición que, con sencillos trucos, puede llevarse al siguiente nivel.

Mejillones al curry

Lava dos kilos de mejillones y pica dos cebollas y dos dientes de ajo muy finos. Calienta la barbacoa a 180° C para cocción directa y coloca un wok metálico, que no tenga el asa de madera, para que no se queme. Una vez caliente, pon un poco de aceite y sofríe la verdura con un poco de curry en polvo, añade los mejillones y remueve todos los ingredientes. Vierte 500 mililitros de vino blanco y deja los ingredientes cocer hasta que se reduzcan a la mitad. Termina añadiendo 500 mililitros de nata para cocinar y condimenta al gusto.

Pollo a la cerveza

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Esta es una receta que, aunque lleva su tiempo, hay que hacerla con briquetas y fuego indirecto. Resulta muy visual ya que se introduce una lata de cerveza por el trasero del pollo. En primer lugar precalienta la parrilla a unos 200 grados centígrados, sazona el pollo con sal, una cucharada de ajo en polvo y otra de pimentón dulce. Después, abre la lata de cerveza, vierte un poco para que no esté hasta arriba y coloca el pollo de pie sobre la lata. Cocina a la parrilla durante 90 minutos hasta que esté dorado y el interior hecho. Pasado este tiempo, retíralo con mucho cuidado y deja reposar antes de servir.

Costilla de cerdo con setas

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La elaboración es tan sencilla como salar el costillar, pintarlo bien con la salsa barbacoa por las dos caras y meterlo en una barbacoa tipo Weber con fuego indirecto a 180 ° C durante una hora. A la mitad de la cocción hay que volverlo a pintar por ambas caras. Si se tuesta mucho, baja la temperatura y si no está tostado, puedes incrementarla a 250° C los últimos cinco minutos. Es importante que las costillas de cerdo queden doradas y crujientes, así que trata de vigilar el proceso de cocción. Antes de sacar las costillas, limpia bien las setas y saltéalas en una sartén con un poco de aceite hasta que comiencen a dorarse y las salas.

Solomillo caprese

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Es una creación italiana procedente de la isla de Capri. En realidad surgió como algo muy sencillo y para equilibrar, en muchos casos, a los contundentes platos de pasta que estaban de moda en esa época. Se trata de un solomillo de ternera gallega, con un marinado ligero de miel, vinagre de Módena y soja a partes iguales, hecho al punto con la famosa ensalada, que en vez de acompañar la carne, literalmente la cubre. Para ello, el proceso es muy fácil. Haz los solomillos en la Weber. Pon el tomate y el queso y tapa la barbacoa para gratinar el queso y el tomate, acabando con un chorrito de aceite, sal y albahaca picada.

Jurel a la brasa

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Comienza haciendo una salmuera con el agua y la sal para poner el jurel durante 20 minutos. En este tiempo cuece las patatas bien limpias con sal y laurel y prepara las brasas. Saca el jurel, úntalo con aceite y ponlo en la besuguera. Ya solo queda poner el pescado en la Weber sobre las brasas con el tiro cerrado. En primer lugar ponlo con la piel para abajo y cuando comience a tostarse, aproximadamente unos cinco minutos después, dale la vuelta.

Piruletas de pollo

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En primer lugar, retira la piel del muslo. A continuación, corta los tendones que rodean el hueso. Ya solo queda empujar hacia arriba e invertir la carne del muslo de pollo para que parezca una piruleta. Aliña las piruletas con salsa búfalo y déjalas toda la noche en el frigorífico. Para hacerlas, colócalas en la rejilla sobre las brasas, cierra la tapa y deja que se hagan durante unos 15 minutos. Dales la vuelta y las dejas otros 15 minutos. ¡Y listo para triunfar!