Miguel Lago: «Mi única línea roja como cómico es no ser un pesado»

jorge lama VIGO / LA VOZ

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El humorista vigués actúa mañana y el sábado en el Teatro Afundación

05 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El vigués Miguel Lago, que ayer cumplió 44 años, estará mañana y el sábado en el Teatro Afundación con el espectáculo 25 años de stand up. Las entradas se pueden adquirir en ataquilla.com a partir de 17,80 euros.

—¿Qué ha cambiado en esos 25 años de trayectoria?

—El público ha crecido y ahora es más exigente porque ya ha visto mucha comedia. Eso nos da más responsabilidad a los cómicos para ser mejores.

—¿Fue importante para su carrera el haberse trasladado a Madrid?

—Solo me trajo cosas buenas, no solo en el plano profesional. Mi hija mayor es viguesa, pero mis siguientes hijos ya nacieron en Madrid. Yo estoy muy orgulloso de ser muy gallego y también ser muy madrileño, porque Madrid abraza a todos los que vamos allí.

—¿Cómo es su espectáculo?

—En la primera parte, repasaré mis 25 años de carrera. La segunda parte está basada en el material nuevo y luego, al ser Vigo, habrá una sorpresita muy chula.

—¿El cómico siempre tiene que estar pegado a la actualidad?

—No es necesario, pero creo que es obligatorio. Yo me presento cada sábado en el Teatro Alcázar de Madrid y eso implica que soy un humorista vivo que está permanentemente generando ideas y escribiendo. Siempre dedico el arranque del espectáculo a la actualidad, porque creo que es un ejercicio de responsabilidad; el cómico no puede estar viviendo de los mismos chistes y engaños, sino que tiene que pegarse a la actualidad y comentarla. Ahora mismo, mientras estamos hablando, la fontanera del PSOE ha salido a contar mentiras y le ha aparecido Víctor Aldama en la rueda de prensa; eso es un momento tan acojonante que yo ya saqué la libreta y tengo cinco o siete minutitos sobre el tema que voy a sacar este fin de semana.

—¿También tiene el cómico una responsabilidad social?

—Depende de cada uno. Mi única responsabilidad es que el espectador se sienta cómodo y se ría sin parar, a partir de ahí podríamos ver si un artista decide tener más o menos compromiso. Yo aplaudo al que no tiene ninguna porque no quiere, y al que tiene mucho. Para mí, la única línea roja es no ser un pesado. El espectador va a ver un espectáculo de humor, no a un mitin ni a que le den lecciones y, sobre todo, no va a que le repartan moralina. Primero que se rían y luego ya tú di lo que quieras.

—En la dualidad texto-interpretación, ¿a qué da más importancia?

—Tienen que ir muy acompañados y, de hecho, mi mejora como cómico ha venido acompañada no solo de la escritura, sino de mi capacidad actoral a la hora de contarlo. Hay muchas bromas que escritas en papel no son ni medio simpáticas, pero pueden brillar si están apoyadas en una actuación muy potente. Sí, eso es un 50-50, un buen texto con una mala interpretación es un desastre, en cambio un mal texto con una buena interpretación se puede llegar a salvar.

—¿Qué cómicos le han influido?

—Yo soy hijo de Martes y Trece. Después, sufrí una revelación al ver El club de la comedia en el 99 y, a partir de ese momento, empecé a nutrirme de cómicos gallegos, como Carlos Blanco o Cándido Pazó y, de ahí, di el salto a conocer el material de americanos, como Jerry Seinfeld, o el inglés Ricky Gervais. Hubo otros compañeros a los que he ido conociendo en el camino y que admiro, pero creo que he conseguido un sello particular.

—¿Los textos se entienden igual en toda España?

—Sí, pero, por ejemplo, yo hago mucha más risa en el norte que en el sur porque soy del norte y eso imprime un carácter diferente y una manera diferente de contar. Yo soy comedia 100 % gallega, es decir, basada en la ironía, el sarcasmo, el doble sentido.

—¿Tiene sensaciones distintas cuando actúa en Vigo?

—Sí, tengo más responsabilidad y muchos nervios. A veces, los nervios me traicionan y luego no me acuerdo ni de la actuación porque me impone el Teatro García Barbón por su belleza y lo que significa. Me impone mi ciudad y ver a mi familia.