«Tendremos una conexión por río entre Caminha y A Guarda»

Pedro Rodríguez
pedro rodríguez CAMINHA / LA VOZ

A GUARDA

nito videira

El alcalde portugués se compromete a restablecer el ferri

04 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Nosotros queremos y vamos a tener una conexión fluvial entre Caminha y A Guarda con una embarcación que pueda navegar con seguridad», declara el alcalde del municipio luso, Rui Lages. Su compromiso es recuperar el ferri que cruza el Miño y une ambos pueblos. «Recuperar esta conexión es urgente para nuestra economía, para el turismo y para dinamizar nuestro concello», asegura. El regidor lanza el órdago a poco más de un mes de que Portugal celebre elecciones municipales.

El Santa Rita de Cassaia, el último ferri que conectaba Caminha-A Guarda, dejó de navegar en el 2021. El pantalán de Camposancos no reunía las condiciones de seguridad necesarias para el transporte de pasajeros y que corría riesgo de hundirse. Dos años después, en 2023, Portos de Galicia concluyó las obras, pero el ferri no volvió a zarpar. «La embarcación está atracada en Caminha con un enorme banco de arena que impide su navegación y el canal está totalmente atascado por los áridos y sedimentos», explicaban los alcaldes de A Guarda y Caminha, Roberto Carrero y Rui Lages, respectivamente el año pasado, que insistían en la necesidad de un dragado de la desembocadura del río.

El pasado 25 de julio, para sorpresa de varios vecinos, el ferri volvió a navegar de nuevo. La Cámara Municipal de Caminha le ha encargado al astillero Guardamar de A Guarda una evaluación técnica para saber cuánto costaría arreglar el barco para que volviera a navegar. Llegó remolcado a través de una travesía por la desembocadura del río Miño en la que tuvo que esquivar varios bancos de arena. La maniobra solo se podía hacer con marea alta. «Una vez más quedó claro lo necesario que es el dragado urgente del río Miño», dice el regidor de Caminha, Rui Lages, que recuerda que la operación se planeó durante varios meses.

«Queremos tener una embarcación que permita que nuestros hermanos gallegos puedan venir a Caminha, pero, también, que nosotros podamos ir hasta A Guarda, visitar ese pueblo hermano una vez que el ferri este en condiciones de funcionar», añadió Lages, que no ha indicado todavía cómo se restablecerá la conexión. Fuentes municipales de Caminha indican que «para una conexión regular y efectiva necesitamos el dragado del río. De otra forma no es posible».

Pablo Comesaña, del astillero Guardamar, indicó a La Voz que se están centrando en que el ferri, que no se encuentra en el mejor de los estados, pueda cumplir con todos los requisitos que le exige la normativa para poder navegar y operar. «Nosotros le enviaremos un presupuesto a la Cámara Caminha para el arreglo», explica Comesaña. «El ferri podría volver a navegar y a ofrecer el servicio aunque no se drague el río», continúa. «Existe una ruta alternativa, que da un rodeo, pero que conecta ambos municipios por una ruta más larga», añade Comesaña.

La desaparición del ferri ha provocado que se hayan establecido varios negocios para transportar peregrinos entre ambos lados del Miño. Algunos de ellos carecían de permisos y una inspección en Portugal suspendió la actividad de tres empresas por no tener la documentación en regla e incluso, en algún caso, carecer de seguro para los viajeros. Tras su paralización, quedan solo cuatro embarcaciones que lleven a los peregrinos del Camino Portugués de la Costa, que está cerca de superar al tradicional en número de caminantes, de Caminha a A Guarda. La temporada turística de los taxis marítimos empezó e abril y los timoneles esperan proseguirla hasta el final de octubre.

La otra alternativa al barco es cruzar por el puente que une Goián con Vilanova de Cerveira. Está 10 kilómetros, unos 25 minutos en coche. Este es el único camino viable para los peregrinos cuando no hay servicio de transporte a través del río.