La llegada de El Corte Inglés obligaba en 1975 al resto del comercio de Vigo a abrir el sábado por la tarde

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

HEMEROTECA. La apertura vespertina de las tiendas, entre mayo y septiembre, movilizó a 2.000 dependientes afectados

18 sep 2025 . Actualizado a las 02:02 h.

Aún no había fallecido Franco cuando se instaló en Vigo El Corte Inglés. Abrió sus puertas el 12 de septiembre de 1975. Su presencia en la ciudad provocó importantes alteraciones en el comercio local. No solo se enfrentaban a un establecimiento global, con una oferta agrupada y variada, sino que también conllevaría la introducción de cambios notables en el propio ritmo del comercio local. Una de las innovaciones que llegaba era la apertura el sábado por la tarde durante todo el año. Hasta entonces, el convenio del textil al detalle y la piel, es decir las tiendas de venta de ropa, cerraban el sábado por la tarde desde mayo hasta finales de septiembre. Y El Corte Inglés abrió a comienzos de septiembre.

Los propietarios de los establecimientos de textil, piel y bazares se sintieron amenazados y comenzaron a moverse para poder abrir también el sábado por la tarde y así competir en igualdad de condiciones, por lo menos horarias. La diferencia legal que facilitaba a El Corte Inglés abrir era que estaba encuadrado en un sector denominado Actividades diversas, lo que le permitía ofrecer un horario distinto. Por otro lado, los convenios colectivos de las tiendas incluía el descanso de los trabajadores la tarde de los sábados entre mayo y septiembre.

Los empresarios locales decían que la llegada de El Corte Inglés cambiaba las circunstancias porque no podían competir en igualdad de condiciones. Pero esa intención chocaba con los intereses de sus empleados.

Los empresarios, agrupados en la Federación de Comercio, comenzaron a mediados de septiembre a enviar comunicaciones al delegado regional del Ministerio de Comercio y al gobernador civil en las que solicitaban abrir los sábados por la tarde. Sus interlocutores contestaban que no habría inconveniente siempre que se respetasen los derechos de los trabajadores.

La clave estaba en la interpretación de la Ley del Comercio de 1974, en la que se separaba la jornada laboral del horario de apertura de un establecimiento. Así que la solución que se proponía desde las autoridades era que se pagaran horas extraordinarias a los trabajadores que deseasen realizarlas.

Sin embargo, la gran mayoría de los trabajadores no quería renunciar a su media jornada de descanso sabatino. «Cuando se firmaron algunos convenios ya se trató el tema de El Corte Inglés y los representantes de los trabajadores manifestaron que no habría problema», explicaba un empresario en La Voz de Galicia el 18 de septiembre de 1975. Sin embargo, los representantes de los trabajadores no eran de la misma opinión, ya que no querían que se rompiese el convenio.

A la condición del pago de las horas extras, desde el Gobierno Civil se señaló que la delegación de Trabajo debía dar su autorización.

Contra todo pronóstico, por lo menos periodístico, el sábado 20 de septiembre, la mitad del comercio vigués abrió sus puertas por la tarde tras negociar con algunos trabajadores. Decía La Voz al día siguiente que en algunos comercios era notorio que atendían menos dependientes de lo habitual y con menos iluminación en sus establecimientos. Curiosamente, los Almacenes El Pilar, la gran empresa del sector existente en Vigo, no abrió ante la negativa de sus trabajadores.

El lunes 22 se conoció que nadie había autorizado la apertura del comercio. Se añadía en La Voz que los empresarios había solicitado autorización a Trabajo, pero este organismo no la había concedido porque los empresarios debía disponer de un permiso de Comercio.

Los representantes sindicales volvieron a recordar que el convenio impedía trabajar en la tarde del sábado en ese mes. En octubre el problema desapareció porque sí estaba permitido abrir en el polémico horario.

La cuestión se reactivo con la llegada de mayo. El primer día del mes, 264 trabajadores del comercio dirigían un escrito al gobernador civil mostrándole su disconformidad con la apertura la tarde del sábado. Esgrimían sus derechos adquiridos como principal razón para oponerse a la medida.

Libertad de horarios

Pero en el transcurso de esos meses hubo una importante novedad legislativa. El Gobierno publicó un decreto el 9 de enero de 1976 por el cual se establecía la libertad de horario para el comercio. Sí se añadía que no podía esa libertad de horario perjudicar a los trabajadores en sus derechos laborales, ni en las situaciones individuales adquiridas en cuanto a la duración de la jornada.

Con ese marco legal, el delegado regional de Trabajo resolvía, el 8 de mayo de ese mismo año, que la jornada laboral del sector fuera de 9.30 a 13.30 horas y de 16.00 a 20.00 horas. Se establecía el descanso durante toda la jornada del domingo y se dejaba a elección de los distintos establecimientos la posibilidad de descansar la tarde del sábado o la del lunes.

A partir de ahí ya todo quedaba en manos de la negociación del convenio colectivo. Los trabajadores insistieron en la libranza del sábado e incluso hubo algunas movilizaciones, pero ya no fue posible adoptar una posición conjunta. Tras la aprobación de la Constitución de 1978, se aprobaron dos leyes relacionadas con el comercio local, una en 1996 y la última, en el 2004. Ahora son las comunidades autónomas quienes marcan los horarios de aperturas en domingos y festivos. Son diez al año como máximo y están concentrados, casi en su mayoría, en el mes de diciembre para hacerlo coincidir con las ventas que se producen cerca de la Navidad y Reyes.